Las 8 claves para mejorar la seguridad vial en Europa

El año pasado fallecieron alrededor de 20.600 personas en accidentes de tráfico en la Unión Europea (UE). Aunque esta cifra supone un aumento del 3% con respecto a 2021 son 2.000 víctimas mortales menos (-10%) que en 2019, el año previo a la pandemia. Aun así, todavía se trata de una cantidad muy elevada que convierte en todo un reto el objetivo compartido por la UE y las Naciones Unidas de alcanzar la mágica cifra de cero muertes en carretera en 2050.

Para conseguir este ambicioso propósito Bruselas ha puesto en marcha un programa en materia de seguridad vial. La primera etapa culminará en 2030 y tiene como objetivo reducir a la mitad las muertes y traumatismos causados por accidentes de tráfico. En el documento quedan definidos los ocho indicadores clave de rendimiento (en inglés, key performance indicators o KPI) que evalúan el nivel de seguridad de los cuatro pilares básicos de la seguridad vial: persona, vehículo, infraestructura y atención post accidente.

Estas KPI ayudan a comprender mejor qué factores afectan directamente a la seguridad vial. También sirven para copiar las políticas más exitosas en la materia. Si uno o varios países obtienen buenos resultados se trata de aplicarlos en el resto de estados miembros.

La definición de los parámetros se hace en sentido positivo, es decir, se computa su cumplimiento, y se mide de manera porcentual. No serviría de nada hacerlo en cifras absolutas porque los valores (velocidades, niveles de alcoholemia, etc.) varían entre países y no serían representativos.

El estudio de las KPI se enmarca dentro del Proyecto Baseline (2020-2022), a partir del cual se ha establecido una metodología de trabajo común para todos los países. Este proyecto tiene continuación con una nueva fase, que va de 2023 a 2025, denominada Trendilione en la que participan activamente 25 países europeos y varios más como observadores.

Una vez finalizado el proyecto, la Comisión evaluará las capacidades nacionales para determinar el tipo de apoyo que necesita cada país, según explica Álvaro Gómez, director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección general de Tráfico (DGT), en declaraciones a la revista ‘Tráfico y Seguridad Vial’. España recogió para el Proyecto Baseline seis de los ocho indicadores definidos por la Comisión Europea.

Estos indicadores son los que hacen referencia a la velocidad, uso del cinturón y SRI, utilización del casco, consumo de alcohol, manejo de dispositivos móviles y seguridad de los vehículos.

Los dos capítulos que quedan pendientes son el indicador de seguridad de la infraestructura y el de respuesta posaccidente.

A falta de conocer los resultados finales, todo apunta a que España obtendrá unos buenos resultados globales en seguridad vial, incluso en las áreas que hay que mejorar, según apunta Gómez. “Nuestra conclusión preliminar es que España ocupa un buen lugar en estos ámbitos, aunque también hemos identificado áreas donde la comparación con otros países es menos positiva y donde, por tanto, debemos centrar los esfuerzos”.


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