Lance Armstrong reconoce que utilizó sustancias para mejorar su rendimiento
Washington.- Una vez el propio excliclista confiesa su participación en una trama de dopaje para mejorar su rendimiento, su defensa durante años cae en saco roto haciendo inútiles sus apariciones televisivas o el uso de su enfermedad como justificante para mantener así intacta la mentira ahora confirmada por el propio Lance Armstrong.
Tras la filtración de lo ocurrido en la grabación del programa en el que Lance Armstrong confesará su dopaje la sensación de decepción invade al mundo del ciclismo al ver cómo uno de sus mitos cae derrumbado por su propio peso.
A pesar, eso sí, de que el estadounidense haya intentado defenderse de los ataques hasta en cinco rotundas ocasiones que ahora quedan en palabras vacías.
– Año 2005. ‘¿Por qué iba a doparme?’: Así resumía el ciclista estadounidense en un conocido programa de la CNN su primera gran negación respecto a un caso de dopaje.
Justo después de finalizar el que fuera su último Tour de Francia, Larry King, conductor del programa televisivo, preguntaba directamente a Armstrong si podía asegurar ‘de manera inequívoca’ que no había usado ningún tipo de sustancia fuera de la ley.
‘Si he vuelto de una sentencia de muerte -en referencia a su enfermedad-, ¿por qué iba a regresar al deporte, doparme y volver a poner en riesgo mi salud?”, respondía el entonces campeón de la prueba más prestigiosa asegurando, con una cruda mirada a las cámaras que nunca se había dopado.
– Año 2006. Comunicado: Tan solo un año después de su defensa pública, de nuevo el exciclista tuvo que echar mano de sus servicios jurídicos para defenderse de unas palabras pronunciadas por la mujer del que fuera su compañero, Frankie Andreu, pronunciadas en sede judicial.
Fue ella quien afirmó que Lance Armstrong había tomado sustancias como EPO en el marco del proceso judicial iniciado por el propio ciclista contra una compañía que se negaba a pagarle una prima económica al considerar que hubo indicios de dopaje en el Tour de 2004.
En esta ocasión no hizo falta más que un comunicado para acallar las críticas.
– Año 2008. Nada demostrado: Tras un cambio en el organigrama directivo del Tour de Francia, la puerta de las sospechas sobre Armstrong parecía abierta de par en par.
Jean-Étienne Amaury, nuevo presidente de la empresa que organiza el Tour, junto con el prestigioso medio L’Equipe, cuestionó los métodos del estadounidense, a lo que este respondió dando la cara afirmando en L’Equipe que ‘nunca se demostró que me dopara, a pesar de siete años de vigilancia’, haciendo referencia al tiempo en el que las dudas sobre su figura habían crecido.
Aquí fue cuando el exciclista nombraba a su fundación de lucha contra el cáncer -Livestrong- como perjudicada dentro del proceso con mayor vehemencia.
– Año 2010. Un compañero comprometido. Uno de los momentos más comprometidos llegó cuando el que fue su compañero de equipo, Floyd Landis, fue desposeído del Tour de Francia 2006 por un positivo en testosterona.
El ciclista afirmó que el dopaje no solo afectaba a su figura, sino que todo el US Postal -equipo de ambos- estaba dentro de la trama.
‘No tenemos nada que esconder, nada de lo que huir. Es su palabra contra la nuestra. Creo que la historia habla por sí misma.
No sabemos lo que él hizo o dejó de hacer durante el Tour de 2006. Hemos seguido su caso y todas sus peripecias”, sentenció por entonces Armstrong.
– Año 2012. La última, en vano. Su última defensa pública se produjo mediante un comunicado tras darse a conocer el informe en el que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) estaba trabajando para desmontar una de las tramas ‘más sofisticadas’ conocidas hasta la fecha.
“Nunca me he dopado. He completado 25 años de carrera como atleta sin ninguna mancha, he pasado más de 500 análisis de dopaje y nunca he fallado en ninguno’, volvía a repetir entonces Lance Armstrong, que a la postre se vio obligado a retirar de su propia biografía el redes sociales sus honores como campeón del Tour en siete ocasiones.
Todas y cada una de las palabras de Lance Armstrong resultaron falsas al tener que acabar confesando él mismo su culpa, aunque tal y como amenaza con tirar de la manta, puede que todavía no se haya llegado al final de la historia.
Fuente: http://es.eurosport.yahoo.com