La peligrosa intolerancia de los pilotos

Los pilotos aviadores dominicanos están demostrando una gran intolerancia, e incapacidad para debatir las ideas en el marco del respeto que se espera entre personas civilizadas.

Esto lo afirmamos cuando hacemos una retroalimentación de los cerca de cuatro años en los cuales nos hemos entregado al ejercicio de la comunicación social.

Tres casos durante el último año y en los cuales los desacuerdos con nuestros escritos han provocado airadas reacciones, todos con pilotos aviadores, no son una buena señal.

El primer caso, vamos a considerlo peccata minuta, y a no referirlo en detalle.

En los últimos dos casos, que son una respuesta a nuestro reciente escrito titulado “El carnavalesco centenario de la aviación dominicana”, nos vemos precisado a denunciarlo debido a la gravedad de los mismos.

Affe Gutiérrez, reconocido aviador, con todo su derecho nos pide que no le enviémos más nuestros mensajes; pero aún sin conocernos se atreve a considerarnos entre los “resentidos sociales que no aportan nada a la comunidad aeronáutica”.

Y dicho señor va mucho más lejos al decir que “Usted está empecinado haces meses en que haya una desgracia entre miembros de este gremio. Así no se hace periodismo”.

La acusación anterior es muy grave, a la vez que carente de veracidad y fundamentos. Como dicen que para un buen entendedor pocas palabras bastan, aclaro que a mi apreciado amigo Amín Canaán no ha nacido ser humano que lo manipule o controle, que nuestra relación interpersonal con el aviador y abogado Héctor Genao ha sido escasa, y que al Capitán José Gómez nunca lo he visto ni en fotos.

Luego y el mismo día de la publicación de referencia, su esposa, la periodista y aviadora Sara Pepén, también arremete contra nosotros, diciéndonos que parecía que estábamos molestos y no ser dominicano; a la vez que nos mandaba a presidir un gremio desde el cual aportáramos a la aviación, en vez de criticarla.

Del señor Gutiérrez no nos sorprende sus desaforadas opiniones, porque somos un pequeño país en el que todo se sabe y de dónde viene; pero sí de su distinguida señora esposa, a quien parece que sus intereses actuales la hacen renegar de su trayectoria como comunicadora social dedicada a la investigación periodística. Admito que cada quién tiene derecho al libre albedrío, y como dice el refrán que cada loco con su tema.

De antemano, pedimos disculpas a la generalidad de los aviadores dominicanos, y a la directiva de la Asociación Nacional de Pilotos (ANP), porque sabemos que estos son casos aislados, aunque no obstante nuestras serias y diversas críticas, esto sólo nos ha ocurrido con ese sector.

No ofende quien quiere, sino quien puede. Como persona de vocación democrática, simplemente advertimos que esto no debe continuar.

El ejercicio de la comunicación responsable, sabemos que es muy difícil en estos países subdesarrollados. Si sólo estuviéramos bajando artículos de internet, o explicando por qué vuela avión o cosas por el estilo, o haciendo “entrevistas positivas”, uno fuera el mejor de los periodistas.

Pero aunque no vemos malo lo anterior, denunciar y señalar con criterios y argumentos, a veces afectando grandes intereses, requiere responsabilidad y valentía.

Sepan nuestros apreciados lectores que en modo alguno aceptaremos ningún tipo de presiones. Publicaremos lo que haya que publicar sin ningún tipo de temor, y quienes crean que nos van a intimidar se equivocan de medio a medio.

Finalmente, aprovechamos la ocasión para lanzar una invitación a un debate público a los ardientes defensores de los aportes del ingeniero vegano Zoilo Hermógenes García, con su avión denominado el “Poliplano”; en el sentido de que dicha aeronave representó el más avanzado diseño de aeronaves hasta el año 1911. En caso de aceptar este didáctico reto, en el cual como dominicano y patriota me sentiría orgulloso y contento si me demostraran que tienen la razón, pudieran ser tantas personas como quieran en contra de este humilde servidor.


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