La nueva tecnología invisible de los cazas de EE.UU. desconcierta a los expertos

Dos cazas de combate ‘invisibles’ F-35C han sido avistados sobre el cielo de la base naval estadounidense de Point Mugu, en California, algo nada extraordinario hasta que observas la extraña superficie cromada con un acabado similar a un espejo y las marcas geométricas que cubren todo su fuselaje. Nadie sabe qué es este material ni cuál es su función. Los expertos sospechan que puede ser una tecnología desconocida que añada nuevas funciones de invisibilidad con la que el Pentágono lleva experimentando varios años.

Las sospechas, sin embargo, no han sido confirmadas en ningún momento y, lógicamente, los militares norteamericanos no dan ningún tipo de explicación.

Según informa la publicación militar The Warzone, los aviones pertenecen a un reservado escuadrón de pruebas de la Marina norteamericana conocido como ‘Los Vampiros’: el US Navy Air Test and Evaluation Squadron Nine (VX-9) con el código de cola XE que lleva probando armas y tecnología experimentales desde sus orígenes en 1951.

Función desconocida

No es la primera vez que se observan aviones con materiales y estructuras similares, aunque los nuevos avistamientos parecen especialmente complicados y diferentes a otros que hemos podido observar. En Marzo de 2022 un F-22 Raptor cromado en el Red Flag, un ejercicio de combate y entrenamiento avanzado que se celebra anualmente en la base aérea de Nellis, en Nevada, cerca de la mítica Área 51 dónde los militares norteamericanos prueban tecnología futurista extremadamente secreta. El experto de aviación David Cenciotti en The Aviationist aventura que podría tratarse de un nuevo revestimiento experimental en pruebas para el NGAD, el avión de sexta generación que el Pentágono está desarrollando en estos momentos.

Precisamente fue en Área 51 donde se desarrolló el que quizás es el ‘avión invisible’ más famoso: el cazabombardero F-117 Nighthawk. Según The Warzone, la fuerza aérea norteamericana también probó recientemente otro de estos “acabados exóticos” en este avión, sobre las Dunas Eureka, en el polígono de pruebas militares de Saline, en la frontera de California y Nevada.

Hace dos años, otro avión de pruebas llamado Hijo de Ares — desarrollado por la compañía Scaled Composites, la NASA y los militares norteamericanos — también fue fotografiado sobre el Mojave, el inhóspito desierto compartido entre California, Nevada y Utah donde también vuelan las aeronaves experimentales de Área 51. Como describe el experto militar Tyler Rogoway, “una gran parte del avión aparece con superficie de espejo mientras revestimientos oscuros cubren la mayoría de las superficies restantes. Parece que existe alguna pintura de imprimación u otro recubrimiento alrededor del arco de la cabina y los bordes delanteros de la toma de aire del chorro dorsal”. Según Rogoway, “es, sin duda, un tratamiento de aspecto increíblemente extraño en un avión que ya tiene aspecto alienígena”.

Sospechas razonables

Pero este recubrimiento no tiene nada de alienígena, sino que, como apunta Cenciotti, probablemente sea un nuevo material “posiblemente relacionado con IRST (siglas en inglés de “búsqueda y seguimiento por infrarrojos”), sistemas de orientación, o sistemas láser de baja potencia”.

Rogoway también recalca que “todavía no conocemos la historia exacta de estos acabados, pero se cree que ayudan a reducir la firma de estos aviones, ya de por sí sigilosos, sobre todo en el espectro infrarrojo, sin que ello repercuta drásticamente en la sección transversal del radar del avión”. Pero también añade que quizás esté relacionado con la durabilidad de la superficie antirradar, que puede ser notablemente delicada.

Para complicar más el diagnóstico, las marcas y el material parece variar notablemente de avión a avión, quizás con el tiempo. Los últimos F-35C avistados tienen revestimientos marcadamente diferentes del F-22, como éste también es diferente del F-117 y del Hijo de Ares. También sabemos que, a mediados de los 90, también se publicaron fotografías del F-117 con acabados de espejo que no tuvieron explicación ni en su momento ni ahora. Parecen, sin embargo, mucho más sencillos que el del F-35.

En lo que coinciden todos los observadores es que, aunque no tengamos ni idea de cuáles son exactamente las funciones que aportan estos tratamientos en sus múltiples variantes, puede tratarse de una tecnología en pruebas que finalmente podría llegar a los aviones de sexta generación americanos. Por ahora, el misterio continuará.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/


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