La NASA filtra por error un simulacro de emergencia espacial
La transmisión habitual en vivo de la NASA se interrumpió abruptamente. Tras la aparición de una rara pantalla negra, los espectadores escucharon una voz que informaba una urgencia médica a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI). Según las instrucciones de un operador anónimo, un comandante de misión sufrió afectaciones debido a la enfermedad por descompresión en órbita, y sus compañeros necesitaban iniciar un protocolo de atención urgente.
No hubo tal emergencia médica. Una hora después de ese evento, la NASA informó que había sido un malentendido. De alguna manera, durante la transmisión en vivo de la agencia espacial, se filtró un audio exclusivo de los operadores de la EEI. La voz pertenecía a un archivo de simulacro. En él se planteaba un escenario en el que un astronauta experimentaba la enfermedad por descompresión.
Durante ocho minutos, los espectadores oyeron cómo un supuesto cirujano remoto daba consejos a la tripulación para atender al comandante en crisis. Aislados en una estructura que orbita a 400 kilómetros de altura, a una velocidad de 27,600 kilómetros por hora, los astronautas debían ponerle un traje especial a su compañero y regresarlo a la Tierra. Cuando el afectado amerizara en su cápsula de escape, su acompañante necesitaría suministrar un tratamiento hipobárico de emergencia.
Mientras la transmisión continuaba y las redes sociales difundían la supuesta alerta, los tripulantes de la EEI dormían tranquilamente. “Este audio se desvió inadvertidamente de una simulación en curso en la que los miembros de la tripulación y los equipos terrestres entrenan para varios escenarios en el espacio y no está relacionado con una emergencia real”, afirmó la NASA en un comunicado.
¿Qué es la enfermedad por descompresión?
La enfermedad por descompresión se produce cuando hay una reducción rápida de la presión en el entorno. Se define como un cuadro patológico que aparece debido a la formación de burbujas procedentes de gases inertes disueltos (como el nitrógeno) en los tejidos, cuando se registra una disminución suficiente de la presión ambiental.
En un cuadro leve de enfermedad por descompresión, los pacientes experimentan fatiga general y dolor en las articulaciones o los músculos. Sin embargo, en casos graves, los síntomas son similares a los de un accidente cerebrovascular. En esta situación, el cuerpo afronta hormigueo, entumecimiento, inestabilidad, vértigo, dificultad para respirar y dolor torácico. Si la pérdida de presión es muy abrupta, las personas pueden exponerse a síntomas neurológicos serios como parálisis, convulsiones, pérdida del conocimiento, pérdida de la visión, asfixia y muerte.
Debido a la profunda relación entre la presión atmosférica y la formación de burbujas de nitrógeno en el cuerpo, la medicina tiene claro quiénes son los principales afectados. Los buzos, aviadores, montañistas, paracaidistas y, más recientemente, los astronautas, son quienes tienen más riesgo de padecerla. Existen algunos factores fisiológicos que aumentan la probabilidad de experimentar el cuadro. Entre los principales se encuentran las temperaturas bajas, la deshidratación, el ejercicio físico extenuante, el cansancio, la obesidad y la edad avanzada.
Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional viven una experiencia a la que pocos tienen acceso, pero el precio biológico puede ser bastante alto. Entre los registros médicos se encuentran la anemia, la pérdida de la visión, alteraciones en la presión sanguínea, erupciones cutáneas, infecciones respiratorias, la reactivación de virus latentes como la varicela, la pérdida de masa ósea y la atrofia muscular.
Fuente: https://es.wired.com/