La importancia de vacunar los niños contra a gripe
La guía elaborada por la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) conciencia a madres y padres sobre la importancia de proteger correctamente a los niños frente a la gripe destacando que la eficacia de la vacuna antigripal inactivada (elaborada con virus muertos) oscila entre el 45 % y el 91 %.
En 2022 se aprobó la incorporación de la vacunación sistemática en la población infantil entre 6 y 59 meses a partir de la temporada 2023-2024 durante la temporada gripal. No obstante, según datos de la SEE solo un 32,7 % de los menores de cinco años fueron vacunados.
La SEE advierte que los menores de cinco años, y especialmente los menores de dos años tienen un mayor riesgo de complicaciones, siendo las respiratorias las más frecuentes como la neumonía y la bronquiolitis.
No obstante, también pueden producirse otras complicaciones menos frecuentes como la miocarditis y encefalitis, pero que pueden ser graves.
¿Cuáles son los síntomas?
La infección por virus influenza (gripe) puede ser asintomática o provocar una enfermedad que por lo general es leve, pero que puede llegar a ser grave.
Normalmente, se presenta con un inicio repentino de fiebre elevada (38º C-40º C) que a menudo está acompañado de tos no productiva (sin flemas ni mucosidad), dolor muscular, malestar general, escalofríos, cefalea, rinitis y tos.
En los niños pequeños y lactantes puede producir un cuadro clínico inespecífico o gastrointestinal de vómitos, dolor abdominal, náuseas y diarrea.
La mayoría de niños suelen recuperarse después de 3 a 7 días, si bien en ocasiones se pueden producir complicaciones y en personas inmunodeprimidas la evolución es más duradera.
La vacunación, una medida esencial
La vacunación anual es la estrategia más efectiva para prevenir la gripe en los niños y sus complicaciones, además de reducir la transmisión del virus a otras personas.
Su objetivo principal es reducir la morbilidad y mortalidad asociada a la enfermedad y su impacto en la comunidad.
En el documento se recomienda una sola dosis de vacuna de gripe durante la temporada gripal, a excepción de la población pediátrica entre 6 meses y 8 años con condiciones de riesgo:
Si no hay antecedentes de vacunación previa o se desconoce se administrarán dos dosis separadas al menos 4 semanas en su primera temporada de vacunación y posteriormente una dosis anual.
Si hay antecedente de vacunación previa se administrará una sola dosis.
¿Qué niños pueden acceder a la vacunación frente a la gripe?
La población infantil entre 5-69 meses de edad.
Personas de 5 a 18 años de edad que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye (enfermedad que provoca hinchazón en el hígado y en el cerebro) tras la gripe.
Personas de 5 años o más internas en centros de discapacidad o residentes e instituciones cerradas.
Personas con mayor riesgo de complicaciones por presentar:
Enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias incluyendo displasia broncopulmonar, fibrosis quística y asma.
Diabetes Mellitus.
Enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico.
Enfermedad hepática crónica.
Enfermedades neuromusculares graves.
Inmunosupresión.
¿Cuáles son las consecuencias adversas?
Según el manual, los efectos adversos de las vacunas antigripales inactivadas en niños son breves y leves.
Entre el 5 % y el 12 % de los vacunados presenta mialgia, fiebre, cansancio y dolor e hinchazón en el punto de inyección, pero estos síntomas suelen desaparecen en un día o dos sin tratamiento.
En las vacunas atenuadas (elaborada con virus vivos debilitados) las reacciones más frecuentes son la fiebre y la congestión nasal.
Contradicciones de la vacuna
Las vacunas inactivadas de la gripe no se deben administrar a los niños menores de 6 meses y a las personas que hayan tenido una reacción alérgica confirmada a una dosis anterior de la vacuna o una reacción alérgica confirmada a cualquier componente de la vacuna (que no sea ovoalbúmina, una proteína de la clara del huevo).
La vacuna intranasal atenuada no debe administrarse en:
Menores de 2 años.
Personas que han tenido una reacción alérgica grave o potencialmente mortal a cualquier ingrediente de la vacuna en aerosol nasal (que no sean proteínas de huevo).
Personas que hayan tenido una reacción alérgica grave a alguna vacuna contra la gripe.
Niños y adolescentes de 2 a 17 años que estén recibiendo medicamentos que contengan aspirina o salicilatos.
Personas con sistemas inmunitarios debilitados debido a cualquier causa, incluidas la inmunosupresión por medicamentos, los trastornos inmunitarios congénitos o adquiridos, la infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o la asplenia.
Niños de 2 a 4 años que tienen asma o antecedentes de sibilancias en los últimos 12 meses.
Personas con fugas de líquido cefalorraquídeo (LRC) que es el líquido entre el espacio que rodea el cerebro y la nariz, garganta, oído o cualquier otro lugar de la cabeza.
Personas con implantes cocleares.
Personas que han sido tratadas recientemente con fármacos antivirales contra la gripe (dependiendo del fármaco y de la fecha de la última dosis).