La forma correcta de abrocharse el cinturón de seguridad

Abrocharse el cinturón en el coche es uno de los primeros gestos que debemos hacer cuando montamos en nuestro vehículo. Es el primer paso para asegurar la seguridad al volante tanto del conductor como de los pasajeros y su acción puede ayudar a salvar vidas. Además, nos protege en caso de accidentes e incluso en frenazos inesperados. Por ello, es primordial saber llevarlo de forma correcta para evitar que la cura se convierta en la enfermedad.

Según recuerda la DGT, lo primero es regular bien el asiento, siempre en función de la altura del conductor. Estar bien sentado en nuestro asiento es primordial para que las cintas del cinturón de seguridad queden bien sujetas y acopladas. La posición del respaldo también es un punto importante, que siempre debe estar colocado con una inclinación de entre 100 y 110 grados. Cabe destacar que el cinturón es el elemento más importante del sistema de seguridad pasivo y que su buen uso influye en la eficacia de los airbags o los reposacabezas.

De forma más específica, las bandas del cinturón debe ir apoyadas en las zonas más duras de nuestro cuerpo. Es decir, en los huesos. Por ello, lo ideal es que la banda diagonal esté acoplada en la clavícula, entre el hombro y el cuello. Además, la banda horizontal se debe colocar debajo del abdomen, en la zona de las caderas. Su sujección también es un elemento principal, y es por eso que debe ir bien tensado y lo más pegado a la piel que sea posible, siempre que no moleste de forma excesiva. Para favorecer el agarre, si somos el conductor, debemos evitar conducir con el abrigo puesto, usar cojines en el asiento o pinzas en las bandas.

Una vez hayamos abrochado el cinturón, es importante comprobar que lo hemos hecho correctamente. Para ello, debemos tirar de la banda diagonal para ajustarlo y así asegurarnos de que el cinturón no está enganchado o retorcido.

Errores comunes

El cinturón de seguridad también puede causar lesiones si no se utiliza de forma correcta y tenemos un accidente. Por ejemplo, si lo llevamos muy cerca del cuello, puede provocar cortes o quemaduras y causar graves lesiones cervicales. Otro de los efectos negativos que puede producir es el llamado efecto submarino. Esto ocurre cuando situamos la banda inferior por encima del estómago y nos deslizamos por debajo del cinturón. Tener así el cinturón puede producir que se compriman los órganos internos del abdomen.

Fuente: https://www.elnortedecastilla.es/


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