La ciencia explica cómo evitar el bajón de energía por la tarde después de tomar el café

El café es una de las bebidas más populares de España y es consumida por millones de personas. Además, dicho consumo es una práctica arraigada en múltiples culturas de todo el mundo, lo que ha hecho que este se convierta en una de las bebidas más populares y socialmente significativas del planeta.

Además, su consumo es una práctica común en muchas culturas, especialmente al comenzar el día y después de las comidas. Tomar café al despertarse es un hábito que muchas personas adoptan para activarse, ya que la cafeína estimula el sistema nervioso central, ayudando a combatir la somnolencia y mejorando la concentración.

Por otro lado, consumir café después de comer se asocia con la tradición de prolongar el placer de la comida, además de que se cree que ayuda en la digestión, por lo que ambos momentos del día son el reflejo del papel que juega el café como un estimulante y una parte importante de la rutina diaria de muchas personas.

Sin embargo, Andrew David Huberman, un prestigioso neurocientífico americano, ha alertado en una entrevista de longevidad.hub, una cuenta de Instagram y TikTok que aúna la opinión de todo tipo de científico, que esta práctica tan extendida en nuestra cultura no es nada saludable ni beneficiosa para la salud. Aquí te explicamos el porqué.
“No es un truco, es biología”

El profesor asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, enfatiza en la andenosina, que es una sustancia que el cuerpo produce naturalmente y que te hace sentir cansado a medida que pasa el día. Así, Huberman explica que “la cafeína es una antagonista de la adenosina. Básicamente, cuanto más tiempo estés despierto, más se acumula la adenosina en el torrente sanguíneo, y eso es lo que te hace sentir fatigado. La cafeína bloquea el receptor de adenosina, pero cuando esta cafeína desaparece la adenosina que todavía está alrededor se une a ese receptor y te da el bajón. Te sientes muy somnoliento”, explica.

Así, el profesor de la Universidad de Standford aconseja no tomarse el café nada más levantarse, sino esperar un tiempo. “Cuando te despiertes por la mañana no ingieras cafeína durante los primeros 90 minutos, más o menos. Es decir, trata de postergar la cafeína para que la adenosina y las interacciones del receptor de adenosina puedan disiparse. Y luego ya ingieres la cafeína”, explica Huberman con total naturalidad.

Así, con este pequeño truco conseguirás ralentizar el cansancio de todo el día, por lo que el efecto de la caféina será superior. “Si normalmente te daría un bajón alrededor de las dos o tres de la tarde, ya no experimentarás ese bajón de energía: la cafeína desaparece pero no queda mucha adenosina para unirse al receptor”, concluyó el profesor estadounidense.

Fuente: https://www.larazon.es/


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