La aviación general no comercial: un nuevo nicho de negocio por desarrollar
La aviación general no comercial, un sector que mueve un turismo de alto poder adquisitivo, es uno de los potenciales mercados aún sin explotar en nuestro país. Estamos hablando de un nicho de la aviación que otros destinos de la región han sabido aprovechar, ya que lleva anualmente unos 350 millones de dólares de turismo a distintos destinos del Caribe insular, generando una cantidad considerable de puestos de trabajo directos e indirectos para la industria turística, comercial y de servicio.
A pesar de contar con uno de los sistemas aeroportuarios más completos de la región, con 8 aeropuertos internacionales, 6 aeródromos domésticos y más de una veintena de pistas con fines agrícolas, este sector aún no encuentra las condiciones necesarias para su desarrollo. Los aeropuertos lo ven como intruso entre las grandes aeronaves comerciales de pasajeros, que, por razones evidentes, ocupan la atención de los operadores aeroportuarios en pos de la rentabilidad.
A nivel estatal, las instituciones involucradas tienen la misión de fomentar el desarrollo de aeropuertos modernos, seguros y rentables, con un servicio de clase mundial igualitario y competitivo. En ese sentido, la nueva normalidad que vive el sector turístico, con las restricciones aplicadas, debería aprovecharse para impulsar el desarrollo de la aviación general no comercial. A eso le incluimos la necesidad de promocionar el país como excelente destino para este tipo de turismo, y más ahora que el turismo de alto consumo y los viajeros de negocios, ambos usuarios de las aeronaves privadas, se han estado enfocando hacia el Caribe. Esto crea una oportunidad para que el turismo de avión se diversifique aprovechando que la aviación general no comercial es una importante generadora de recursos, ya que el tipo de viajero que la utiliza gasta dinero e invierte en negocios y propiedades.
A pesar de que los datos estadísticos demuestran un aumento importante en los últimos años, producto de promoción e incentivos que lo ha hecho más atractivo, aún falta algo. Actualmente, cerca de 40 mil vuelos privados salen de Estados Unidos hacia diversos destinos del Caribe insular, muchos de los cuales solo hacen una parada para reabastecimiento de combustible en su ruta a la parte oriental de la región. A esto le sumamos que sólo en ese país hay unos 800 mil pilotos privados, y muy pocos saben dónde está República Dominicana. La meta entonces es atraer una importante porción de estos miles de pilotos privados que aún no viajan a nuestro país.
¿Qué los detiene? Complicaciones en los planes de vuelos, procesos de migración y aduanas, controles de seguridad (necesarios pero revisables en su forma, no en el fondo) y complejidad operativa de acceso y reabastecimiento de combustible en los aeropuertos internacionales. En la mayoría de los casos, no hay personal en tierra que hable inglés, por lo que los procesos sin asistencia son muy complicados para la mayoría de los pilotos. A esto le sumamos que los precios de los aeropuertos varían de visita a visita, además de muchos cargos excesivos por servicios “VIP”, lo cual hace que los pilotos no quieran regresar a nuestro país.
Entonces nos preguntamos, ¿cómo atraerlos? Eso es parte del reto. Es una realidad para los pilotos norteamericanos soñar con volar a nuevos destinos, aunque los frena que la mayoría de sus aviones no pueden recorrer grandes distancias y necesitan hacer una parada para reabastecerse de combustible. Un factor importante de disuasión para que los pilotos privados nos visiten es precisamente la falta de combustible en nuestros aeródromos domésticos y el tiempo que tienen que esperar para este servicio en los aeropuertos internacionales. Este es otro de los obstáculos a vencer. Dotar nuestros aeródromos domésticos del servicio de suministro de combustible serviría no sólo para la aviación general no comercial internacional, sino que permitiría que nuestro sector nacional se motivara a frecuentar los distintos destinos turísticos, así como generar excursiones desde y hacia estos, como parte de la oferta que se podría hacer a nuestros visitantes. Esto definitivamente activaría sectores productivos de varias provincias, ya que sus aeródromos podrían servir para romper con la imagen de subdesarrollo y lograr la inserción en la economía nacional.
El potencial turístico de localidades como Montecristi, Pedernales y Constanza trabaja para mercados de consumo alejados cientos de kilómetros, por lo que la inexistencia de transporte aéreo está suponiendo un lastre para la economía provincial. Su turismo debe soportar costes adicionales en transporte y tiempo, lo que les resta competitividad. Estas localidades cuentan con aeródromos domésticos completamente subutilizados. La ausencia de facilidades y servicios en los aeródromos en estas localidades, entre ellas el combustible de aviación, hace que éstos aparezcan como inexistentes, por lo que dotarlos de estos, consolidaría y dinamizaría el tejido productivo local y acercaría esta periferia a los centros logísticos comerciales del país, abriéndolos al turismo a través de las operaciones de aviación general y de negocios. Esto tendría un alto impacto para el desarrollo del turismo en estas comunidades remotas, ya que la aviación general puede conectar regiones que la comercial no puede, por lo que ayudaría a la promoción exterior atrayendo al turismo de alto poder adquisitivo, reduciendo la estacionalidad de los visitantes y abriendo al mundo destinos con gran potencial pero que hoy quedan fuera de los circuitos por carecer de un aeropuerto internacional.
Una vez estos aeródromos cuenten con servicio de suministro de combustible de aviación, podrían adecuarse para operar bajo el esquema de aeropuerto con operaciones internacionales limitadas (apertura eventual de un aeródromo doméstico para operar temporalmente como un aeropuerto internacional, coordinada previamente con las autoridades nacionales). Esto permitiría la llegada y salida de vuelos directos desde Estados Unidos y otros destinos del Caribe, ya sea para visitar las bondades de nuestra tierra o para hacer una parada técnica para repostar combustible.
Lograr aperturar nuestros aeródromos domésticos para las operaciones internacionales limitadas no es tan complicado. La coordinación con los organismos de controles fronterizos, de seguridad y fitosanitarios no requieren de mayor esfuerzo, considerando la cantidad de viajeros esperados de manera simultánea. Se requeriría igualmente el establecimiento de un punto de contacto designado, por supuesto alguien con conocimientos de inglés, para que los pilotos privados notifiquen su intención de visitar el aeródromo y se hagan las coordinaciones para que las autoridades antes mencionadas estén presentes para la operación.
El objetivo es atraer nuevas divisas turísticas, y para esto, se hace necesario establecer un Plan Estratégico con objetivos claros, a través del cual se fomente el desarrollo turístico sostenible del destino “República Dominicana”, se estimule la inversión turística y se promocione la participación comunitaria en las acciones propias del sector, a la vez de promover el desarrollo de la aviación privada para vuelos turísticos y de negocios. Al final, podremos conquistar algunos de los miles de “avioncitos” que pasan de largo, desconociendo que este paraíso terrenal colocado en el mismo trayecto del sol lo tiene todo.
NOTA: El autor es especialista en gestión y proyectos aeroportuarios.
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1 comentario
Emile Lemaire
Lo del combustible es lo de menos, además de precio del avgas, dese una voladita por los diferentes aeródromos u aeropuertos para que se le quite la gana de volar, lo reciben 6 personas de 6 departamentos diferentes, a cada uno le tiene que contestar lo mismo, luego salga de la terminal y vuelva a entrar para que se divierta de las vicisitudes que pasara para ir hasta su aeronave, luego viene las facturas de servicio VIP obligatorio que usted no recibe ni lo solicita porque ya han impuesto la utilización de FBO, si no no hay forma de llegar a su aeronave