La aduanas digitales: una realidad del presente que asegura el comercio internacional

Está claro que todo cambia y que el cambio siempre va unido a negativas que, siempre se considera que vienen a romper rutinas, las cuales, el propio ser humano ha considerado no necesitaban cambiarse, pero, la “digitalización” viene a demostrarnos que los cambios son cada día más reales y que esta realidad es difícil de asimilar por la rapidez del proceso, la inteligencia artificial corre hacia escenarios desconocidos y frente a toda esta incertidumbre,

¿cambiamos?, ¿no cambiamos? ¿nos adaptamos? ¿esperamos a ver qué pasa? ¿esperamos a ver que hacen otros? Lo más curioso de todo esto es que, “la inteligencia artificial” es quien nos marca unas pautas para encontrar respuestas a estas preguntas y más curioso aun, si nos paramos a pensar, la propia inteligencia artificial se soporta en un trabajo desarrollado por la inteligencia humana, es el hombre quien trabaja todos esos datos que darán respuestas a todas esas preguntas y al final, tendremos que adaptarnos al cambio que, nos marcara la respuesta de la inteligencia artificial, desarrollada por los humanos.

La digitalización pasa por las aduanas

El entorno de aduanas no se queda fuera de todos estos cambios, incluso se puede decir que, esta muy claro que esos cambios ya han comenzado porque, no podemos olvidar, entre otras variables que, “las aduanas” son parte de la “administración” y hace algunos años ya nos obligaron a comunicarnos “digitalmente” con toda la administración, como empresas y profesionales, soportados con los “certificados digitales” que registran y se nutren con los datos que nosotros mismos proporcionamos y que son la base de la transformación digital en los nuevos procesos de comunicación entre empresa-aduana-empresa.

Los importadores y los exportadores pueden dar fe de cómo tuvieron que comunicar a las aduanas, de manera digital y desde la propia web de la AEAT, quienes eran sus representantes frente a la operativa aduanera, de eso ya se encargó el Código Aduanero de la Union (CAU) en el 2014 cuando estableció las primeras pautas para el desarrollo de la “Aduana Digital en el Territorio de la Unión” pero claro, era tan ambicioso, a la vez que novedoso e innovador que, este cambio no se creía, necesitaba un tiempo o simplemente no se podía o quería ver la necesidad de adaptación.

Lo que si esta claro, muy claro, es que desde las aduanas sí han seguido trabajado, a nivel mundial, entendiendo las limitaciones territoriales, políticas o económicas de cada país, donde el trabajo aduanero hizo una apuesta por la digitalización tan clara como real y que según establecía el MARCO NORMATIVO SAFE, en el 2010, la Organización Mundial de Aduanas (OMA) establecía unas directrices para que, la información electrónica se estableciera como prioritaria con el único objetivo de agilizar el proceso de comunicación entre aduanas, puertos y empresas garantizando una seguridad enfocada en el consumidor final a quien, la transmisión del dato le proporcionaría una trazabilidad real a todas y cada una de sus compras y en todo este tiempo, el comercio online ha seguido su operativo y a día de hoy, ha superado con creces, las expectativas que se tenían en el movimiento de mercancías incluso ha ampliado los actores del mismo, ya no solo se hacen intercambios entre empresas o de empresas a particulares, ahora son los propios particulares los que pueden realizar “intercambios comerciales” entre ellos mismos y con el soporte de plataformas que invaden el globo terráqueo, y ante esta situación, aún hay actores que siguen pensando si deben o no asimilar el cambio y adaptarse al proceso digital de las aduanas que se come los espacios tradicionales.

Frente a todos estos nuevos escenarios que, tras la pandemia han quedado completamente identificados, solo cabe una salida: adaptarse, no por “imperativo legal” sino mas bien por “sentido común”, a los procesos digitales que, simplifican, agilizan y garantizan que ese nuevo escenario, donde el comercio es cada vez más digital y global.
Los pasos a seguir

La Organización Mundial de Aduanas (OMA) ha establecido una ruta de trabajo donde prioriza el acercamiento de la empresa a sus nuevos procesos digitales. Desde la OMA se ha reconocido que, el comercio internacional pivota entre empresas que son pymes y en un entorno de empresa familiar, donde, a nivel mundial, más del 90% de la cifra del negocio internacional esta desarrollado por ellos y que, estadísticamente está demostrado que su operativa real está fuera de las irregularidades y delitos que persigue la legislación aduanera. Toda la normativa que se desarrolla para la protección del medio ambiente, la defensa del menor y la correspondiente persecución a la mano de obra infantil. Sumemos a ello el control fiscal y tributario a las empresas, la persecución del contrabando, falsificaciones o entornos delictivos dentro del intercambio internacional de personas, capitales o productos. Por tanto, las medidas económicas están enfocadas en perseguir estos engranajes que incumplen la norma y no en perseguir a la pyme. La normativa establece que, todas las empresas que sean verificadas como “seguras y confiables” por la propia aduana podrán ser reconocidas como empresas OPERADOR ECONOMICO AUTORIZADO (OEA) y gozar de una serie de beneficios y ventajas. Una iniciativa que evitaría inspecciones, controles y roturas en su cadena logística internacional y, por tanto, facilitar digitalmente el intercambio de datos en beneficio de los nuevos procesos digitales de las plataformas mundiales donde se intercambian productos que ya han sido aceptados por las aduanas.

Las empresas importadoras o exportadoras, están obligadas a la actualización de todas sus gestiones administrativas y adaptar su operativa diaria a procesos digitales y, para ello, estar certificados como empresas OEA. Estos procesos los van a diferenciar en todo lo que significa el intercambio comercial con el objetivo de no perder cuotas de mercados, actualmente el consumidor final tiene una información sobre los productos que es tan cambiante como sus intereses y necesidades vinculadas a opciones de cambios digitales que ofrecen cambios más rápidos de los que la empresa puede asimilar en sus procesos de fabricación y comercialización. El consumidor comprará productos OEA no solo por la garantía del productos sino por la rapidez y agilidad en los envíos y eso no es solo digitalización, es ahorro en el proceso de compra-venta.

Fuente: https://www.muyinteresante.com/


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