Japón promete ganar la batalla de Fukushima
Tokio.- El primer ministro de Japón se comprometió el viernes a ganar la batalla contra el calentamiento excesivo en una planta nuclear, aún cuando autoridades de seguridad atómica plantearon dudas sobre la exactitud de las mediciones de radiación efectuadas en el complejo y expertos en el tema nuclear advierten que la contaminación perdurará por largo tiempo en la zona impactada por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo.Hace una semana, Naoto Kan se abstuvo de hacer declaraciones sobre el problema en medio de los temores de que la radiación emanada de los reactores de la planta nuclear de Fukushima había contaminado alimentos, leche y agua potable.
Pero siete días más tarde, cuando los administradores de la planta todavía no logran enfriar los reactores, Kan se comprometió a que Japón creará el sistema más seguro del mundo.
Japón ‘hará todo lo necesario para ganar la batalla’ en la planta Dai-ichi de Fukushima, dijo el primer ministro nipón en una conferencia de prensa televisada.
Cuando concluya la crisis, ‘estableceremos un sistema que tenga capacidad de respuesta a cualquier situación y se basará en el precepto de que todo puede suceder’, señaló.
Demasiadas preguntas
Tres semanas después del sismo más potente registrado en Japón en el último siglo, muchas preguntas no tienen respuestas. ¿Qué tan serio es el problema? ¿Tiene solución? ¿Cuál es la situación actual de Fukushima?
Jacques Repussart, director general del Instituto de Radioprotección y Seguridad Nuclear (IRSN), dijo a la Agencia Francesa de Noticias (AFP) que el estado en que se encuentra la planta “seguirá siendo problemático durante largo tiempo, pero no se esperan más fenómenos muy violentos en los próximos días. Por lo tanto, hay una situación que está en vías de ser resuelta. (â¦) Aparentemente, la fusión del combustible fue detenida por el riego”.
El experto agregó que “es urgente evacuar el agua que fue contaminada después de estas operaciones, pues genera una radiactividad ambiente que impide trabajar en esta instalación. Hay que bombearla, tratarla o en el peor de los casos, echarla al mar para que se diluya”.
Y agregó que en Fukushima “hay que continuar regando, pues si las piscinas que contienen combustible gastado se vaciasen, se registrarían incendios y emanaciones muy importantes”.
Bernard Bigot, administrador general del Comisariado de Energía Atómica (CEA) de Francia, dijo que “se entrará en la etapa de control de las instalaciones cuando se hayan puesto en servicio los sistemas habituales de enfriamiento, la prioridad actual del operador Tokyo Electric Power (TEPCO)”.
Esfuerzos a largo plazo
Respecto a los niveles de radiación en la zona, Repussard dijo que “hay desechos radiactivos en forma de aerosol más allá de la zona evacuada, sobre todo porque llovió”, y que “esos depósitos plantean un riesgo para los alimentos”.
“Pero se puede tener una contaminación significativa en una parte del territorio sin que eso obligue a desplazar a las poblaciones, una operación que tiene impactos humanos, sentimentales y financieros. No hay que ignorar esta contaminación, sino tomarla en cuenta sobre todo en lo que respecta a la cadena alimentaria. En lugar de alejar a la gente, se puede alejar la alimentación contaminada para reducir las dosis absorbidas”, aconsejó.
Philippe Jamet, comisario de la Autoridad de Seguridad Nuclear francesa (ASN), acotó que “sin embargo, los vecinos no regresarán a sus casas a 2 km de la central, y también habrá restricciones alimentarias a largo plazo”.
En cuanto a si se puede evitar una catástrofe como la ocurrida en Fukushima, Jamet dijo que “se requerirán varios años para comprender y saber cómo evitar que se reproduzca un accidente de esta gravedad”.
Cuerpos de desaparecidos
Mientras en Fukushima prosiguen los trabajos para enfriar los reactores nucleares dañados por el terremoto y el tsunami, en los alrededores de la central nuclear miles de soldados japoneses y estadounidenses lanzaron el viernes una gran operación aérea y marítima para recobrar los cuerpos de los muertos.
Según el último balance oficial, 16,451 personas siguen desaparecidas, además de los 11,578 muertos confirmados.
En la búsqueda de los cuerpos, las tropas japonesas y estadounidenses desplegaron 120 aviones y helicópteros y 65 navíos a lo largo de la costa noreste, donde casas, barcos, autobuses y trenes yacen aún dispersos bajo el fango.
Un total de 24,000 militares de los dos países aliados participan en esta masiva operación, que durará tres días, según la prensa japonesa.
‘Vamos a concentrarnos en las costas, las desembocaduras de los ríos y los territorios aún cubiertos por el agua del mar’, explicó un oficial de las Fuerzas Japonesas de Autodefensa, como se llama el ejército nipón.
‘Los cuerpos que el mar se llevó se hundieron, pero deben salir a la superficie en algunas semanas’, añadió el portavoz.
Zona de alto riesgo
Las búsquedas no podrán hacerse, sin embargo, en un perímetro de 30 km en torno a la central accidentada de Fukushima Daiichi, donde el nivel de radiación es peligroso.
Unos mil cadáveres que yacen en la zona de evacuación en torno a la central de Fukushima no han podido ser recogidos, informó el viernes la prensa.
Las autoridades habían previsto en un primer momento recuperar y sacar esos cadáveres fuera del perímetro de 20 km de donde fueron evacuados los sobrevivientes, pero luego reconsideraron ese plan, ya que los cadáveres se vieron ‘expuestos a fuertes niveles de radiaciones post mortem’, según la policía.
Diversos problemas se plantean: descontaminar los cuerpos en el lugar haría aún más difícil su identificación posterior, y entregarlos tal cual están a sus familias acarrearía riesgos de contaminación radiactiva aérea durante su incineración.
Fuera de control
El primer ministro Kan reconoció que la situación en la central de Fukushima ‘aún no está estabilizada’.
Añadió que su gobierno está recurriendo a ‘todos los expertos’ para ayudarlo, y destacó que la gente no se expondrá a ningún riesgo si sigue las consignas de las autoridades.
El gobierno reveló con anterioridad que se detectó un alto nivel del radiactivo yodo 131 en una napa de agua a 15 metros de profundidad bajo la central nuclear accidentada de Fukushima.
Este nivel es ‘10,000 veces superior’ al límite de seguridad establecido por el gobierno, dijo a la AFP un portavoz de TEPCO, la empresa operadora de la central.
Además, en las muestras de agua de mar recogidas a 300 metros al sur de la central, el nivel de yodo radiactivo era 4,385 veces superior a lo legal, indicó el jueves TEPCO.
Alimentos contaminados
La contaminación radiactiva, que ha causado ya la parálisis de las exportaciones nacionales de vegetales, productos lácteos y otros alimentos en ocho prefecturas, se ha propagado a la carne.
El análisis de una muestra de carne tomada en la población de Tenei, de la prefectura de Fukushima, a unos 70 km de la central nuclear, ha arrojado un nivel de 510 becquereles de cesio radiactivo, superando el límite de 500 becquereles, según las autoridades.
El gobierno ha asegurado al público que la contaminación en el agua y los alimentos no han alcanzado niveles que representen un peligro inmediato para la salud.
‘La AIEA nos ha informado que el nivel de radiación en el suelo superaba los límites previstos por ella y nos ha pedido seguir de cerca la situación en base a esas informaciones’, declaró el portavoz del gobierno japonés, Yukio Edano.
Japón ha resistido a la presión de la Agencia Internacional de Energía Atómica para que amplíe en 20 km la zona de evacuación en torno a la central de Fukushima, sobre todo desplazando a los habitantes de la población de Iitate, a 40 km de la planta atómica.
En Ititate, de los 6,000 residentes habituales, unos 3,800 permanecían aún allí el jueves, dijo un funcionario local, Takashi Kobayashi, contactado por teléfono.
‘Hemos sido advertidos de los altos niveles de radiación detectados, pero los residentes piensan que es mejor permanecer en el pueblo. No pueden permanecer en casa de familiares durante mucho tiempo y necesitan atender a sus rebaños’, añadió.