Inversiones chinas crecen en Norteamérica pero México pierde la oportunidad
Las inversiones chinas crecieron 40% en los países ricos de Norteamérica en 2020, revela un reporte de Baker McKenzie, pero expertos advierten que el Gobierno mexicano desaprovecha una oportunidad histórica porque no ha podido atraer a estos inversores.
“Existe mucho el interés y la tendencia va hacia captar más inversiones chinas, pero faltan ingredientes en la fórmula para que se capitalice de forma mucho más exitosa”, comenta a Efe Tonatiuh Salinas, presidente del Comité de Promoción y Atracción de Inversiones del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce).
La firma Backer McKenzie reporta que la inversión extranjera directa (IED) de China en Europa cayó 44% en 2020, a US$7,500 millones, pero aumentó más de un tercio en Estados Unidos y Canadá, hasta los US$7,700 millones.
El representante del Comce lamenta que, pese a recibir “una gran cantidad de empresas interesadas”, los últimos datos disponibles muestran una IED de China de US$147 millones frente a US$9,000 millones de Estados Unidos en México en 2020.
Aun así, señala como ejemplo de éxito a la tecnológica Huawei, que empezó a construir su centro de datos el año pasado en la ciudad de Querétaro, en el centro del país.
“Sí veremos algunas empresas aterrizando inversiones en nuestro país. Sin embargo, no en la velocidad y el potencial que existe”, expone Salinas.
Socios en espera
China ha invertido US$1,391 millones de 1999 a septiembre 2020 en México, con un 43% en manufactura, 15% en servicios y el resto en otros sectores como minería y comercialización, explicó la subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora, la semana pasada.
El intercambio con China representa 10% del comercio internacional de México, con un aumento de 11% de las exportaciones a ese país de enero a noviembre de 2020, ahondó.
China es el segundo socio comercial de México, el tercer mercado de exportaciones y la segunda fuente de importaciones, detalló.
“La relación comercial entre México y China todavía no ha iniciado su etapa de crecimiento acelerado y para ambos países puede ser una buena fórmula”, opina el representante del Comce.
Desde que hay registros, China solo ha representado 0.2% de la IED en México, apunta Enrique Dussel, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Es una participación muy pequeña y muy irregular, es decir, de ninguna forma en los últimos cinco o 10 años uno pudiera destacar una tendencia a la alza”, sostiene el académico.
Oportunidad desperdiciada
Dussel critica que la retórica de diversificación de mercados y atracción de inversiones chinas en México no se materialice.
“Se está esperando a que llegue esa inversión y no llega, o llega a cuentagotas y de forma muy irregular. El potencial ahí existe, existía, y cómo va, seguirá existiendo en 10 años”, apunta.
El investigador considera que México no ha sabido negociar con las empresas de China, donde existen protocolos específicos y diálogos de alto nivel de Estado.
Asimismo, cree que México debe aprovechar el atractivo que ofrece a empresas estadounidenses y de terceros países ante la reubicación de cadenas de producción por la pandemia.
“Ni las empresas chinas ni el sector público y privado mexicano se han preparado suficientemente, entonces seguimos comprando esa abstracción de lo que es China y su inversión, pero no se han hecho esfuerzos por actividades y cadenas de valor específicas”, argumenta Dussel.
Norteamérica renovada
El atractivo de México trascendió en 2020 cuando la pandemia inició en Wuhan y con la firma del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), destaca Andrei Guerrero, experto del Centro de Estudios China-Baja California.
“Los manufactureros que estaban allá se dieron cuenta de la importancia de deslocalizar hacia otras partes del mundo sus procesos y en ese contexto México ha sido muy atractivo o ha sido un lugar a donde uno esperaría que llegaran las inversiones”, manifiesta.
Pese a que la guerra comercial entre Washington y Pekín alcanzó su punto más alto con los aranceles de Donald Trump, Guerrero percibe que las tensiones continuarán con Joe Biden.
Por ello, cree que es momento de que el Gobierno de México actúe, en particular para atraer inversiones en la industria automotriz, electrónica y energías limpias.
“Esas cadenas de suministro que comienzan en China y que abastecen a México, en algunas ocasiones para que sean transformadas las materias primas o los productos intermedios, después van a dar a Estados Unidos, y eso es en realidad un triángulo comercial”, describe.
Fuente: https://www.eldinero.com.do/