Increíble odisea en la utopía de las ISO

Dice un popular refrán que no hay mal que por bien no venga. Y es que nuestros recientes malogrados intentos de obtener una licencia aeronáutica dominicana, nos han servido para ser testigo de excepción del superlativo desorden que gira alrededor de la expedición de estos vitales documentos para los técnicos de la aviación civil.

Nuestra mala imagen nos la formamos desde el momento en que nos presentamos a buscar información para la “conversión” de nuestra licencia como despachador de aeronaves norteamericana a la dominicana, pues a pesar de lo establecido en la Resolución No. 004/2011 del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), fue necesario consultar al encargado del Departamento de Licencias a los fines que el mismo dijera si este tipo de licencias puede ser convertida.

Luego soy envíado a recibir toda la información donde una joven, en el primer piso del Edificio Norge Botello. Los requisitos me son leídos, porque no tenían por escrito, como tampoco originales del formulario de solicitud. Tomo nota de los documentos que debo presentar: formulario de solicitud debidamente lleno y firmado, fotocopias a color de la licencia a convertir y la Cédula de Identidad y Electoral, Certificado de No Antecedentes Penales, y efectuar dos pagos de RD$700.00.

Una semana después, me presento con toda la documentación y se me pregunta por el Certificado Médico, a lo cual me veo en la obligación de aclararles que no es un requisito para ese tipo de licencias; y se me pide que vaya a efectuar los pagos en la Academia Superior de Ciencias Aeronáuticas (ASCA), encontrándome con la agradable sorpresa que el pago era de sólo RD$100.00 y no de RD$1,400.00 como se me dijo previamente.

En esa oportunidad, también se me pregunta si tenemos una licencia aeronáutica dominicana, lo cual respondo afirmativamente y especifico que se trata de una de Técnico de Mantenimiento de Aeronaves (TMA) no vigente, misma que es verificada en el sistema informático, y me comunican que no tendría que tomar un examen sobre los Reglamentos Aeronáuticos Dominicanos (RADs).

Al transcurrir varios días, nos apersonamos a indagar sobre nuestra solicitud, y ya se había recibido la respuesta afirmativa de la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos de América; pero vuelven a deliberar y una distinguida señora dice que sí debo examinarme de los RADs, e inmediatamente solicito y recibo la base de datos sobre la cual sería examinado.

Esta vez me dicen debo pagar RD$200.00 por derecho a examen, e inmediatamente me dirijo a la caja de la ASCA, donde no se me recibe el pago porque se me exigía presentar un nuevo formulario, tal como si nuestra solicitud fuese compleamente nueva.

En ese momento decidimos no continuar con el proceso, pues ni remotamente imaginabamos algo similar, sobre todo cuando el IDAC ha basado la proyección de su imagen institucional en las certificaciones internacionales de calidad de la Organización Internacional para la Estandarización (ISO).

Tal vez lo nuestro haya sido mala suerte, porque ni la “Sala de Ayuda” nos fue de utilidad.

Nuestra motivación al escribir sobre este tema, también hemos escuchado serias quejas por personas que se han examinado o han querido actualizar sus licencias de TMA, es que el IDAC abra los ojos y aplique los correctivos de lugar.

No podemos dejar de recordar lo diferente que son las cosas cuando las autoridades de aviación entienden que su labor es facilitar los trámites a los usuarios. El pasado año, casí al vencer el plazo otorgado por la FAA para el cambio al nuevo formato de sus licencias, hicimos todas las diligencias por internet, y en apenas unos pocos días y el pago de US$2.00 se nos envío nuestra nueva licencia a una dirección en Miami.

Disculpas a nuestros lectores, porque nos expresamos en primera persona, a la vez que aclaramos que en modo alguno buscamos un trato privilegiado.

Pero está bueno que me pase, porque que hago solicitando una licencia que no me serviría para nada, y si acaso buscara un trabajo en esta grandiosa aviación civil dominicana, la paga que recibiría sería similar a la de un “mensajero con motor”.


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