Hoy en día es posible llegar a los 100 años; estas son las claves, según la ciencia
Hoy en día es posible tener 100 años o más con calidad de vida. Desde 1860 se ha duplicado la expectativa de vida, pero solo entre 2020 y 2030 podría aumentar dos décadas. La frase debe ser “quiero morir joven… a una edad avanzada”.
La expectativa de vida en países de altos ingresos es de 80 a 85 años. En la Argentina y los Estados Unidos, es solo de 76 años. Una preocupación es cómo mantener a tanta gente mayor, pero la idea actual de longevidad es que a los 90 o más años, deberíamos vernos como una persona sana de 60 a 70 años hoy. Es posible un reseteo de la edad con activación de ciertos genes que enlentecen el envejecimiento celular, generando la “velocidad de escape de la longevidad”.
En un estudio para evaluar si se podía predecir el riesgo de desarrollar Alzheimer, se analizó el cerebro que donaron monjas con una edad de 75 a 100 años. Se evaluaron las autobiografías que habían escrito cuando tenían 20 años y las que tenían textos más extensos, mayor densidad de ideas y conceptos positivos tuvieron una menor incidencia de demencia y mayor expectativa de vida. Incluso algunas tenían hallazgos de Alzheimer en el cerebro, pero no mostraban signos de la enfermedad. Las autoras de biografías breves tuvieron una mayor incidencia de Alzheimer.
Estudios con resonancia magnética han mostrado que el volumen cerebral aumenta en personas que caminan más. El ejercicio aeróbico combinado con anaeróbico disminuye hasta un 40% la mortalidad.
La alimentación es clave y el objetivo debe ser definir qué, cuánto y cuándo hay que comer. Personas que comen pescado semanalmente tienen un mayor volumen cerebral. El ayuno intermitente tiene un efecto positivo sobre pérdida de peso, grasa y salud cardio metabólica.
El control del estrés, las horas de sueño adecuadas, moderar la ingesta de alcohol, evitar el cigarrillo -el Reino Unido propuso prohibir la venta de cigarrillos y Nueva Zelanda la prohibirá a los nacidos desde 2008-, son algunos hábitos que favorecen la longevidad.
Una tecnología permite definir la edad de las arterias de acuerdo a la cantidad de colesterol adherido en la pared arterial. También es posible definir edad biológica midiendo el daño en el ADN. Si la edad biológica de una persona es igual o mayor que la cronológica, esto es una indicación de que se deben aumentar las medidas para revertir el envejecimiento.
La estimulación cognitiva con programas de computación, es efectiva en personas con enfermedad cognitiva y también en gente sin estos trastornos por la necesidad de mantener un procesamiento mental rápido y acumular información en el mundo actual.
Los suplementos se han desarrollado exponencialmente, pero entre más de 6.000 productos, solo unos pocos tienen evidencia sobre efectividad.
Pero la clave de la longevidad no es hacer alguno de los cambios descritos, sino que es indispensable hacer todo. Menos del 5% de la población lo hace.
Se está evaluando el efecto en la longevidad con la cámara hiperbárica, baños en agua helada, y el uso de sauna. La polución del aire es un riesgo ignorado sobre el que la OMS definió que hasta 5 microgramos de partículas de 2,5 micrones por m3 no hacen daño. En Buenos Aires el valor es 15 microgramos. Estas partículas llegan a las arterias donde producen infartos cardíacos, ACV, y demencia. Por la polución mueren ocho millones de personas por año en el mundo.
David Sinclair, de la Universidad de Harvard, logró “resetear” las células del nervio óptico estimulando genes embriónicos en animales ciegos que recuperaron la visión. Su trabajo fue publicado en la tapa de la prestigiosa revista Nature bajo el título “Volviendo atrás en el tiempo”. Más recientemente, Sinclair publicó que un “cocktail” químico rejuveneció animales.
Un objetivo clave es modificar genéticamente las proteínas llamadas sirtuinas que actúan en neuroprotección, respuestas inmunes y en el desarrollo, ciclo, y reparación del ADN celular. En un artículo reciente, la transfusión de sangre de ratas jóvenes a otras adultas rejuveneció un 9% a estas últimas, lo que equivaldría a seis años en un ser humano. La rapamycina, una droga para uso en trasplantes, es inhibidora del complejo mTOR que tiene efecto en el metabolismo celular y ha mostrado potencial para extender la vida.
La inteligencia artificial no reemplazará a los médicos, pero innumerables estudios han mostrado que la IA tiene una capacidad diagnóstica que potencia la efectividad de los médicos y disminuye significativamente sus errores.
Los avances descritos progresan minuto a minuto. Si esperamos a estar preparados para incorporarlos, será tarde. El objetivo de frenar al reloj biológico para cumplir 100 años en un estado físico y cognitivo óptimos ya es una realidad.
Fuente: https://www.eltiempo.com/