Futuro incierto aguarda a deportados haitianos
Con sus dientes de oro, sus aros y acostumbrado a la vida en la Florida, Serge Michel Dorval teme que en el barrio de carpas para refugiados del terremoto del año pasado donde vive lo tomen por un estadounidense rico. Es un miedo que no lo deja dormir de noche.Este joven de 25 años no es estadounidense, por lo menos para el gobierno de Estados Unidos, que lo envió junto con otras 26 personas a su país natal al reanudarse en enero las deportaciones, suspendidas durante un año a raíz del terremoto que destruyó buena parte de la capital haitiana. Todos menos uno de los deportados había sido hallado culpable de algún delito. El restante era considerado una amenaza a la seguridad nacional.
Dorval se defiende con el creole, pero dejó Haití de niño y todavía está aprendiendo a manejarse en un país devastado, donde la mayor parte de la gente no tiene trabajo ni esperanza de encontrar uno. Vive en una carpa y añora las duchas calientes y el acondicionador de aire. Extraña a su hijo, quien vive en Fort Myers, Florida. Teme que su condición de delincuente deportado, que pasó dos años en la cárcel por posesión de cocaína, lo convierta en blanco de la policía. Y se pregunta cómo hará para sobrevivir.
“No le deseo Haití ni a mi peor enemigo”, declaró Dorval frente a la carpa que comparte con otras dos personas en un campamento de Puerto Príncipe donde viven miles de haitianos que perdieron sus casas en el terremoto.
“Estoy acostumbrado a ser tratado como un ser humano. En Haití la vida no vale nada”. Dorval es parte de una avanzada. El gobierno estadounidense suspendió por un año las deportaciones, pero planea expulsar este año a otras 700 personas condenadas por distintos delitos, según Bárbara González, vocera del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (conocido como ICE, por sus siglas en inglés).
No dijo cuándo serán deportadas por razones de seguridad. Cientos de miles de mexicanos, colombianos, salvadoreños, jamaiquinos y de otras nacionalidades son deportados a países que casi no conocen.