Expansionismo de China amenaza la paz y el comercio mundial

El mar de China Meridional, para los chinos simplemente el mar del Sur, -conocido también como mar del Este en Vietnam- es parte del Pacífico Occidental. Este mar marginal tiene una extensión de unos 3,5 millones de kilómetros cuadrados y está situado entre China, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Vietnam, Tailandia, Camboya y Malasia.

Alrededor de un 40 por ciento de la totalidad de los productos petrolíferos del mundo se transportan cada año a través del mar de China Meridional. Según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), por allí se transporta un tercio de todo el comercio marítimo mundial.

Factor económico global

Investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, EE. UU., estiman que anualmente se envían mercancías por valor de 7,4 billones de dólares solo entre el mar de China Meridional y el Mar de China Oriental, es decir, en la zona comprendida entre China, la península de Corea y Japón.

Según el think tank estadounidense CSIS (Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales), por el mar de China Meridional navegan decenas de miles de barcos, que manejan el 40 por ciento de las importaciones y exportaciones de China, más del 30 por ciento del comercio de la India y alrededor del 20 por ciento del comercio de Japón con el resto del mundo. Esas aguas también son clave para el comercio interno asiático, así como con Europa, Cercano Oriente y África.

China contra los vecinos y sus aliados

Pekín reclama casi todo el mar de China Meridional para sí, y otros países vecinos acusan a China de no respetar sus zonas económicas exclusivas. La República Popular China ignora el fallo de un mediador de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, según el cual Pekín no puede, de acuerdo con la opinión jurídica internacional, presentar un reclamo justificable para su expansión.

China emprende acciones militares cada vez más agresivas en esta vía marítima, que han incluido confrontaciones con barcos filipinos y han desatado temores a un conflicto armado. Estados Unidos advirtió repetidamente que, en caso de conflicto, está obligado a prestar ayuda militar a Filipinas, y eso incluye también los incidentes en el mar de China Meridional.

Vietnam hizo un reclamo el mes pasado ante Naciones Unidas para expandir su influencia más allá de la actual zona de 200 millas náuticas. Manila hizo una movida similar en junio.

China considera, además, a la isla de Taiwán -que se declaró república independiente hace 75 años- como “provincia rebelde” que debe ser incorporada al territorio chino. Las preocupaciones de que Pekín pueda hacer cumplir su reclamo militarmente están alimentando aún más los temores de una guerra en la región.

Los tesoros del mar de China Meridional

Existen reservas sospechadas o probadas de gas natural en el mar de China Meridional del orden de los 5,38 billones de metros cúbicos, y alrededor de once mil millones de barriles de petróleo, según la agencia estadounidense Energy Information Administration (EIA). La zona marítima en disputa también contiene grandes cantidades de tierras raras, que son extremadamente importantes para la economía china.

Según estimaciones, en el Océano Pacífico hay yacimientos mil veces más ricos en esas tierras y metales raros que en todos los yacimientos conocidos. La mitad de ellos es controlada actualmente por China y son indispensables para la transformación hacia el uso de energías “verdes”.

Otro foco de crisis

Desde 2023, el comercio mundial se ve afectado por los ataques de los rebeldes hutíes del Yemen, aliados de Irán, en el mar Rojo. Los rebeldes disparan contra buques comerciales como respuesta a la contraofensiva israelí al ataque terrorista de Hamás contra Israel, en octubre de 2023. Grandes astilleros ya no conducen sus barcos por el mar Rojo y el canal de Suez, sino por el cabo de Buena Esperanza y el sur de África. Eso hace que los transportes se demoren diez días más, aumenta los costos de los seguros, contamina el medio ambiente, provoca mayores costos de combustible y provoca retrasos en las ventas de contenedores en Europa y Asia.

Mientras la guerra en la Franja de Gaza amenaza con extenderse a todo el Cercano y Medio Oriente porque Irán planea un ataque militar contra Israel y podría llevarlo a cabo en cualquier momento, otra zona de conflicto se abre en el Estrecho de Ormuz, controlado por Teherán. Un tercio de los envíos de petróleo del mundo pasan por ese estrecho, a la entrada del Golfo Pérsico.

Irán ha estado atacando regularmente a buques mercantes durante años, y los Estados occidentales considerarían una intensificación de esos ataques como una escalada grave. Si las compañías navieras también evitan esa vía fluvial, esto generaría costos aún mayores y retrasos adicionales.

El cuello de botella más estrecho de la región

Pero el principal punto de conflicto sigue estando en la actitud de Pekín hacia Filipinas, y, por supuesto, hacia Taiwán. Por ello, el verdadero peligro para el comercio mundial está en el estrecho de Malaca. Este cuello de botella se encuentra más al sur, entre Malasia, Indonesia y Singapur.

En 2023, fueron transportados cada día a través de ese estrecho unos 23,7 millones de barriles de petróleo y productos derivados, según la EIA, un 13 por ciento más que en el mismo lapso en el estrecho de Ormuz.
El estrecho de Malaca tiene, en su punto más angosto, solo 64 kilómetros de ancho, y ya se ve agobiado por colisiones de barcos y un tráfico extremadamente intenso. Esta zona marítima también es conocida por los robos y la piratería.

Varios expertos en geopolítica y asuntos militares predicen que si China ataca a Taiwán, Estados Unidos y sus aliados podrían bloquear el estrecho de Malaca. Eso pondría en peligro el suministro de petróleo de China y limitaría las exportaciones de la mayor economía de Asia.

Fuente: https://www.dw.com/


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