¿Exceso de chequeos a empleados aeroportuarios?

Gran extrañeza nos ha producido la noticia que da cuenta acerca de quejas por parte de empleados del Aeropuerto Internacional José Francisco Peña Gómez, por los supuestos excesivos chequeos de seguridad que son efectuados por miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESA).

La publicación hecha por el periódico El Viajero Digital, y bajo la firma del “periodista aeroportuario” Ray Castro, es titulada “Exceso de chequeo agentes CESA irrita empleados del AILA”.

En realidad no entendemos como este veterano periodista, con tantos años de ejercicio profesional, hace una publicación tan temeraria.

Una cosa es que algunos empleados entiendan que los chequeos de seguridad son muy rigurosos y excesivos; y otra es tratar de descalificar y desmoralizar a los miembros del CESA, en el cumplimiento de sus deberes y funciones.

Decir que el “inadecuado proceso de chequeo y revisión que vienen ejecutando los agentes del CESA”, es un juicio de valor muy subjetivo; o que miembros del CESA son “gente que no debería estar en un aeropuerto”, nos parece una solemne falta de respeto.

Pero lo más grave es lo expresado en el último párrafo de esta noticia, citamos: “Mientras los agentes del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESA), se empeñan en revisar de manera rigurosa a los civiles que cruzan por la referida puerta, con frecuencia ellos son sorprendidos en diferentes hechos delictivos entre ellos el tráfico de droga”.

Esto último es inaceptable. Preferimos no hacer ningún comentario al respecto, pues como dice el refrán, para un buen entendedor pocas palabras bastan.

A la alta oficialidad del CESA, reciban toda nuestra solidaridad en este caso. Y esto lo hacemos en nuestra condición de un técnico del sector aeronáutico y especialista en asuntos de seguridad de la aviación civil. Aunque les advierto que somos de opinión que sí se debe mejorar el aspecto de las relaciones humanas y el servicio al cliente por parte de sus miembros.

Y los empleados que no quieran someterse a las inspecciones y controles de seguridad, aunque sean “periodistas aeroportuarios”, que busquen trabajo en otro lugar.