Esto es lo que dice la ciencia sobre el principal problema del hábito de fumar

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1.300 millones de personas consumen tabaco en todo el mundo.

Una cifra que representa al 22,3% de la población. En España es más elevada. En una completa encuesta elaborada por el Ministerio de Sanidad, podemos apreciar que el consumo de tabaco es diario entre el 33,1% de la población.

Este informe revela además que, aunque el consumo ocasional ha caído en las últimas décadas (en 1997 era del 46,8% y actualmente del 39%), el diario no ha registrado grandes descensos (algo menos de dos puntos desde el 34,9% de 1997).

Evidencia científica frente a las creencias

Los datos que acabamos de dar implican una realidad palpable: pese a que lo mejor que puede hacer un fumador es dejar esta práctica, lo cierto es que hay consumidores que no tienen en mente hacerlo. Y entre muchos de ellos, en ocasiones, se han implantado una serie de creencias sobre cuál es el principal problema del hábito de fumar que, en realidad, no están fundamentadas por la ciencia. Son algunas de las siguientes:

1.- Nicotina

El imaginario popular nos ha llevado a veces a pensar que la nicotina es la sustancia más perjudicial que habita dentro del tabaco, pero no es así. Lo cierto es que la nicotina es una sustancia que se encuentra de forma natural en la propia planta del tabaco. Genera adicción y no es inocua, desde luego, pero no es lo más dañino del hábito de fumar.

2.- Combustión

A consecuencia del punto anterior, hay quienes consideran que el principal problema del hábito de fumar reside, precisamente, en la nicotina. No obstante, la American Cancer Society desmiente este punto: el mayor perjuicio se produce en la combustión del cigarrillo, ya que “el humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas, incluyendo al menos 70 que se sabe causan cáncer” y “algunas que pueden causar enfermedades cardiacas, pulmonares u otros problemas de salud graves”. Por ello, “la mayoría de las sustancias vienen de la combustión de las hojas de tabaco en sí y no de los aditivos incluidos en los cigarrillos (u otros productos del tabaco)”.

3.- Alquitrán

El alquitrán es otra de las grandes sustancias señaladas como potenciadoras del efecto perjudicial del hábito de fumar. Así lo certifica también la American Cancer Society, que la califica como “sustancia muy nociva” junto a los óxidos de nitrógeno, el amoníaco o el monóxido de carbono. Eso sí, también recuerda que se produce tras la combustión del tabaco, con lo que está presente en los cigarrillos tradicionales, pero no en los productos de tabaco calentado ni en los vapeadores.

4.- Alternativas sin combustión

En ocasiones se piensa que el dispositivo para tabaco calentado o los vapeadores son igual de perjudiciales que el cigarrillo tradicional. Sin embargo, como hemos visto, el principal problema del hábito de fumar reside en la combustión del cigarrillo, algo que no existe en ninguno de los otros dos productos. Según informes clínicos y no clínicos recopilados por Philip Morris, en el caso de los dispositivos para tabaco calentado, suponen una mejor opción para aquellos adultos que de otra forma seguirían fumando, ya que, si bien estos productos no están exentos de riesgo y con su uso se inhala nicotina (que es adictiva), emiten niveles medios de sustancias tóxicas significativamente menores en comparación con el humo del cigarrillo.

Los españoles piden información sobre alternativas

Teniendo en cuenta la confusión que suele existir en torno a los principales efectos perjudiciales del hábito de fumar, los propios consumidores reclaman un escenario más claro. Según una encuesta realizada por Povaddo en 2023 y encargada por Philip Morris International, el 69% de los españoles afirma que, si hay posibilidad de acabar con los cigarrillos en un plazo de 10-15 años –ya sea porque los fumadores abandonen su hábito o porque opten por cambiar a mejores alternativas científicamente validadas–, las autoridades deberían dedicar tiempo y recursos para hacerlo realidad.

La encuesta, realizada a 2.412 personas en 12 ciudades de España, revela la confusión que existe en torno a las alternativas sin humo, ya que cerca de la mitad de los encuestados (45%) afirman haber recibido información contradictoria o poco clara sobre los cigarrillos electrónicos o los productos de calentamiento de tabaco, en los últimos seis meses. Y en este sentido, siete de cada diez españoles considerarían cambiar a estas alternativas si tuvieran más claridad sobre sus diferencias con el cigarrillo tradicional y la ciencia que las respalda.

Además, el 74% asegura que los fumadores deberían tener acceso e información precisa sobre aquellas alternativas sin humo que acrediten científicamente ser una mejor opción en comparación con seguir fumando, mientras que el 73% añade que las autoridades deberían plantearse el papel de las alternativas sin combustión a la hora de conseguir el objetivo de un país sin humo.

“Lo mejor que puede hacer un fumador es dejar de fumar, pero ¿qué pasa con los que no abandonan el hábito?”, se pregunta Daniel Cuevas, presidente de Philip Morris España. “Es evidente que tienen derecho a tener información clara y rigurosa sobre la ciencia que avala a las alternativas libres de humo, pero lamentablemente sigue habiendo mucha confusión y desinformación alrededor de estas. El cambio real a un futuro libre de humo de los cigarrillos solamente llegará si somos capaces de avanzar juntos -industria, administraciones, medios de comunicación y consumidores y sociedad en general– con la involucración de todos los agentes. Países como Italia, Portugal o Grecia ya lo están haciendo y, en España, necesitamos dar un paso al frente para avanzar a la velocidad de nuestros vecinos europeos”.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/


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