Este será el avión militar más grande de la historia, capaz de transportar seis F-16 enteros

Radia quiere revolucionar la producción de energía con el Windrunner, el avión de transporte más grande del mundo: un avión colosal diseñado para transportar las turbinas eólicas más grandes, potentes y eficientes del mundo, imposibles de llevar por carretera. Pero ahora sabemos que Mark Lundststrom —el ingeniero de cohetes del MIT que lidera el proyecto— y su equipo quieren que el avión más grande del mundo en longitud y volumen de carga sea también la aeronave militar más poderosa jamás construida.

Ahora mismo, EEUU cuenta con los aviones militares más grandes, diseñados para llevar tropas, vehículos blindados y carga, pero el Lockheed C-5 Galaxy dejó de producirse en 1989, y la última unidad del Boeing C-17 Globemaster III salió de la línea de montaje en 2013. El Antonov An-124 —el avión de carga militar más grande en servicio— tampoco está disponible debido a la invasión ilegal rusa de Ucrania. Esto cambiará pronto, según nuevas declaraciones de Lundstrom para Global Aerospace News.

Un avión militar que rompe esquemas

El Windrunner rompe con los conceptos tradicionales de aviación militar, afirma el CEO y fundador de Radia. “Es la primera vez que un avión se diseña para mover volumen en lugar de masa”, asegura. Su diseño está optimizado para cargar grandes volúmenes, lo que lo convierte en una herramienta ideal para transportar cargas de grandes dimensiones, más allá de los tradicionales límites de peso.

Su capacidad es 12 veces mayor que el de un Boeing 747 y nueve veces superior al avión de carga más grande jamás construido, el gigante ucraniano Antonov An-225 Mriya que ostentaba el récord antes de ser destruido en 2022. Con 70 toneladas de carga y 105 metros de longitud, el Windrunner permite que la envergadura de 10 metros y altura de 5,1 metros de un F-16 quepa sin ningún tipo de modificación. Esto significa que puede “llevar hasta seis F-16 o seis helicópteros Chinook con los rotores [sin desmontar].” El despliegue de cazas como el F-16 usando aviones de carga es mucho más efectivo a nivel de coste que el llevarlos de una punta a otra del mundo volando, usando aviones nodriza para cargar combustible.

El cambio de paradigma que introduce el Windrunner es radical, asegura Lundstrom, porque no sólo ahorra tiempo, sino también reduce los gastos operativos: “El hecho de que no haya que desmontar ni remontar las aeronaves genera un ahorro importante en horas de trabajo del personal técnico”. En el pasado, la Fuerza Aérea de los EEUU ha usado el C-5 Galaxy para transportar F-16 desmontados, mientras que las de Noruega e Israel recurrieron a los Antonov An-124.

Ventajas operativas para aplicaciones militares

Además de su capacidad de carga, el Windrunner ofrece ventajas operativas en el campo militar, afirma Lundstrom.

Puede operar desde pistas de sólo 1.800 metros, una longitud que es dos tercios de lo que requieren otros aviones de carga de gran tamaño. Según el CEO de Radia, el avión puede también aterrizar en superficies no preparadas, como pistas de tierra en zonas de conflicto.

La clave está en su diseño, afirma: los motores están colocados a una altura equivalente a la de un edificio de tres plantas, lo que minimiza el riesgo de ingestión de objetos extraños, un peligro común en superficies irregulares o con residuos. Esto le da una ventaja crucial frente a aviones que requieren pistas de aterrizaje de hormigón reforzado.

El Windrunner también ha sido diseñado para utilizar la infraestructura aeroportuaria existente, incluyendo hangares y plataformas que ya están en servicio en bases militares de todo el mundo, lo que facilita su adopción sin inversiones adicionales.

Radia cuenta ahora mismo con 104 millones de dólares para desarrollar el proyecto, según apunta el Wall Street Journal, y tiene ya una valoración de mil millones de dólares. Además de Lundstrom, el proyecto cuenta con veteranos de la industria de Boeing, la Administración Federal de Aviación, y sectores de servicios públicos y energía renovable.

La compañía cree que podrá tenerlo en servicio para finales de esta década. Si tiene éxito, el avión revolucionará no sólo las operaciones logísticas de las grandes plantas de energía eólica sino también las militares a nivel global.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/


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