¿Estás sentado muchas horas al día?

En el acelerado ritmo de la vida moderna, donde gran parte de las actividades diarias se realizan frente a una pantalla, el sedentarismo se ha convertido en una preocupación creciente para la salud pública. La ciencia y sus estudios abocados a la actualidad ha arrojado luz sobre los riesgos asociados con pasar largas horas sentado, revelando que estar sentado más de 8 horas al día puede aumentar significativamente el riesgo de muerte.

El costo oculto del sedentarismo

Diversos estudios han vinculado el sedentarismo prolongado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, tales como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Las personas que permanecen sentadas más de 8 horas al día tienen un riesgo 20% mayor de muerte prematura en comparación con aquellas que pasan menos tiempo en esta posición.

La ciencia detrás del riesgo

El mecanismo que subyace a estos riesgos se relaciona con cómo el cuerpo humano responde a la inactividad.

Permanecer sentado por períodos prolongados puede llevar a una disminución de la sensibilidad a la insulina, un factor clave en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Además, la inactividad física contribuye a la acumulación de grasa visceral, la cual se asocia con enfermedades cardiovasculares. La falta de movimiento también puede provocar una menor circulación sanguínea, lo que puede aumentar el riesgo de coágulos y otros problemas vasculares.

Otros riesgos relacionados con esta inactividad pueden ser: obesidad, desviación de la columna vertebral, rigidez muscular, disminución del ritmo cardíaco y de las funciones cerebrales, problemas de constipación, problemas en el páncreas, aumento de la presión arterial, niveles elevados de azúcar en sangre y diabetes, problema en la próstata.
Interrupciones activas: una posible solución

A pesar de los alarmantes hallazgos, hay estrategias que pueden ayudar a mitigar los efectos negativos del sedentarismo. Levantarse y moverse regularmente, aunque solo sea por unos minutos cada hora, puede tener un impacto positivo en la salud. Estudios sugieren que estas interrupciones activas pueden mejorar la circulación sanguínea, aumentar el gasto energético y mejorar la sensibilidad a la insulina.

Las recomendaciones de salud pública están comenzando a reflejar la importancia de reducir el tiempo sentado.

Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la American Heart Association (AHA) han actualizado sus directrices para incluir recomendaciones sobre la reducción del tiempo sedentario. Estas directrices sugieren incorporar más actividad física en la rutina diaria, como caminar, usar escritorios de pie y tomar descansos regulares durante el día laboral.

Otros aspectos que debes tener en cuenta son:

• Después de comer no te sientes, camina.

• Realiza estiramientos de músculos y articulaciones con regularidad.

• Haz ejercicios al menos cuatro veces por semana.

• Trata de no usar automóvil o algún transporte para recorrer distancias cortas, lo mejor es que camines.

En un mundo donde las tareas diarias a menudo requieren estar sentados, es crucial ser conscientes de los riesgos asociados con el sedentarismo prolongado. Al implementar cambios simples, pero efectivos en la rutina diaria, podemos proteger la salud y reducir el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura. La clave está en mantenernos en movimiento y encontrar un equilibrio entre nuestras obligaciones sedentarias y un estilo de vida activo.

Fuente: https://www.diariouno.com.ar/


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