Enrique Peña Nieto será el próximo presidente de México al triunfar con más del 37% de los votos
México, DF.- Doce años de Gobierno han enviado al Partido Acción Nacional (PAN) al tercer lugar en las preferencias del electorado mexicano. Doce años de ponerse mutuamente palos en las ruedas han llevado a que el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) sirvieran en bandeja el triunfo al Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que combatieron desde la oposición cuando este ejercía el poder de manera hegemónica en el país. La bien engrasada maquinaria del partido que monopolizó el gobierno entre 1929 y 2000 hizo el resto.Así, el priista Enrique Peña Nieto será desde el próximo mes de diciembre el presidente de la República, después de haber obtenido en torno al 37 por ciento (13,4 millones de papeletas) del total de votos válidos, según el escutinio parcial, al 71,24%. El recuento rápido del Instituto Federal Electoral en 7.500 urnas y cuya fiabilidad prácticamente no tiene mácula ya apuntaba la victoria de Peña Nieto.Andrés Manuel López Obrador ha sido segundo en los comicios de este domingo, tras sumar cerca del 33% de las papeletas (11,8 millones de votos) en representación de una coalición de partidos de izquierda, según los datos provisionales.
La panista Josefina Vázquez Mota se deberá contentar con el 25 por ciento de sufragios (9,1 millones de votos). Gabriel Quadri también obtiene un triunfo al superar por apenas unas décimas el 2 por ciento necesario para que su partido, Nueva Alianza, conserve el registro electoral.
«Cambio de rumbo»
Conciliador como cabía esperar, Peña Nieto agradeció «a todos los mexicanos» por decidir «un cambio de rumbo» para el país. Con un papel delante, quien ocupará la presidencia de la República a partir del próximo 1 de diciembre también agradeció al actual mandatario, Felipe Calderón, por su gestión, por su llamada de felicitación y por su comportamiento durante la campaña.
«La lucha contra el crimen va a seguir. No habrá ni pacto ni tregua»
El exgobernador del Estado de México, que este mes cumplirá 46 años, insistió en la victoria de la democracia y de todos los mexicanos, incluidos quienes no votaron por él. «Gobernaré con todos y para todos: me esforzaré al máximo para dar respuesta a sus legítimas demandas». Entre ellos incluyó a los estudiantes, que desde el movimiento #YoSoy132 nacido en las redes sociales se convirtieron en sus más feroces críticos.
«No hay regreso al pasado: mi Gobierno está orientado hacia el futuro. Mi gobierno respetará y hará respetar la ley. La lucha contra el crimen va a seguir con una nueva estrategia para reducir la violencia, pero no habrá ni pacto ni tregua». Diálogo, acuerdos, reformas y resultados serán los ejes de su presidencia, sentenció.
López Obrador se lo pensó dos veces antes de comparecer en público, y cuando lo hizo se solapó con un mensaje institucional de Calderón en cadena nacional de radio y televisión. Ante sus incondicionales, que se empeñaban en denunciar el supuesto fraude que el propio tabasqueño anunció semanas atrás, AMLO anunció que esperará hasta tener los resultados definitivos para fijar una postura: «No actuaré de forma irresponsable y en su momento informaremos al pueblo de México sobre el resultado de la elección».
Como volviera a denunciar falta de equidad en el proceso, López Obrador se guarda un as en la maga para posibles movilizaciones futuras, como las que paralizaron la capital cuando, en 2006, no reconoció su derrota por 245.000 votos ante el propio Calderón. “Todavía no está dicha la última palabra”.
Vázquez Mota había sido la primera en reconocer que los resultados no le eran favorables y asumió que “hoy termina una campaña electoral y empieza el tiempo de los ciudadanos. El nuevo gobierno tendrá la responsabilidad de cumplir sus promesas y compromisos; vigilaremos para que los cumplan para impulsar las reformas estructurales que se requieren e impedir el retorno del autoritarismo, la corrupción y la impunidad. No permitiremos al nuevo gobierno que se rinda ante el crimen organizado”.
También según las encuestas, el PRI habría ganado los gobiernos estatales de Jalisco (que arrebata al PAN después de 18 años), Chiapas (que gobernaba el perredista Juan Sabines) y Yucatán, mientras que Miguel Ángel Mancera será el nuevo jefe de Gobierno del Distrito Federal y el PAN conserva Guanajuato. Para conocer a los nuevos mandatarios en Tabasco y Morelos habrá que esperar a los resultados oficiales definitivos por la cerrada lucha entre los candidatos del PRI y el PRD en ambas entidades de la federación.
Con una participación superior al 62 por ciento de los ochenta millones de electores censados (casi 50 millones de sufragios, la mayor en la historia de México), la jornada electoral transcurrió sin apenas incidentes. Se instalaron en tiempo y forma más del 99 por ciento de las urnas y el número de denuncias fue menor a la mitad de las registradas en los comicios de 2006.