Enfermedades como el sarampión y paperas de regreso a España

España.- El sarampión, las paperas y la tosferinas, enfermedades prevenibles mediante vacunas y que se creían totalmente controladas y en algunos casos, incluso casi erradicadas, han vuelto a reaparecer con fuerza en España en los últimos años. Y la razón principal es que parte de la población ha dejado de inmunizarse, ya que el calendario de vacunación existente en España, aunque recomendable, es voluntario.

“Hay un descenso en la cobertura de la vacunación. Para tener a una enfermedad controlada es preciso que se vacune al 95% de la población. Sin embargo, se está produciendo un descenso global y en algunas comunidades la cobertura solo llega al 80-85%”, explica a RTVE.es David Moreno, pediatra y coordinador del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría.

Según el último boletín epidemiológico del Centro Nacional de Epidemiología (CNE), durante 2011 (hasta el 24 de diciembre) en toda España se detectaron 1.534 casos de sarampión -un 429% más que en 2010-, 3.043 casos de tos ferina –un 251% más que el año anterior-, y 4.329 de paperas –un 62% más-.

Para Moreno, la causa principal de este repunte es que “por moda”, muchos padres dejan de vacunar a sus hijos. “Es una moda que viene de otros países como Francia, Reino Unido, países nórdicos que por miedo a los efectos secundarios o por una mala información recabada en Internet, las familias deciden no vacunar a su prole”, asegura. Aunque también en otras ocasiones, no se hace por ‘olvido o dejadez, sobre todo, cuando se trata de la segunda dosis’.

Precisamente, en España existe la Liga para la Libertad de Vacunación, una asociación que apuesta por el derecho a no vacunar por las consecuencias que puede tener. En este sentido, esta organización manifiesta en su web que ‘la vacuna no es la solución a los problemas sanitarios de la humanidad’ y también pide a la administración ‘que se revisen los calendarios de vacunación y la necesidad real de los mismos, que se reconozca jurídica y administrativamente sus efectos adversos tanto principales como secundarios, así como que se reconozca y se respete el derecho de todo ciudadano a escoger sobre la conveniencia o no de vacunarse’.

Sin embargo, el doctor Moreno recalca que “hay evidencias científicas de que es mejor vacunar porque si no lo hacen estarán sometidos a un riesgo innecesario y a su vez exponen al resto de la población a dicho riesgo. Además, los efectos secundarios de las vacunas no son tantos como se temen”.

Asimismo recuerda que las vacunas son “productos muy estudiados, incluso más que los medicamentos, que han pasado filtros de seguridad y que han demostrado ser uno de los mayores adelantos de la sanidad. Gracias a ellas, se ha conseguido erradicar enfermedades como la viruela y otras como la polio están casi a punto de desaparecer”.

Los riesgos de no vacunarse

Aunque en España no está penalizado el no vacunarse (algo que si ocurre en otros países como Australia donde los padres que no vacunen pagan más a Hacienda), ni se obliga, desde la Asociación Española de Pediatría insisten en la necesidad de que las inmunizaciones sistemáticas alcancen a todos los niños para lograr una buena protección ante las enfermedades inmunoprevenibles y evitar de paso que aparezcan brotes epidémicos.

Además, el doctor Moreno hace hincapié en que algunas de estas enfermedades pueden producir graves complicaciones a cualquier edad, que incluso pueden llegar a provocar la muerte, en el peor de los casos.

“Un 15% de las personas infectadas con sarampión puede llegar a padecer graves problemas y en algunos casos puede derivar en una encefalitis que puede dejar consecuencias neuronales, entrar en coma o incluso provocar la muerte tanto a adultos como a menores”, asegura.

También la tos ferina preocupa a los médicos por sus consecuencias, sobre todo en bebés. “En adultos no produce grandes complicaciones, pero sí en los más pequeños que si les da fuerte, pueden acabar en la UVI e incluso fallecer”, indica el pediatra.

Cambios en el calendario de vacunación

La alta cifra de casos de sarampión, tos ferina y paperas ha llevado al CAV a incluir entre sus recomendaciones adelantar la administración de determinadas vacunas para que la población esté mejor cubierta.

De este modo, proponen adelantar la primera dosis de la triple vírica(con la que se inmuniza contra el sarampión, las paperas y la rubéola) a los 12 meses en vez de administrarla a los 15 meses como hasta ahora, y la segunda dosis a los dos años, y no entre los tres y los cuatro años.

La razón para adelantar la primera dosis es que se han detectado bastantes casos de sarampión antes de los 15 meses. Y en el caso de poner antes la segunda dosis es debido a la “relajación natural de los progenitores, pues adelantándola a esa edad, conseguiremos que más padres se involucren en el proceso de vacunación y así, no solo evitaremos nuevos casos en niños, sino que frenaremos el contagio entre un elevado número de adultos que no están inmunizados”, señala el doctor Javier Arístegui, miembro del CAV.

Para frenar la propagación de la tos ferina, la Asociación Española de Pediatría propone que se introduzca su vacuna en la adolescencia porque “se ha producido un incremento de casos en adultos jóvenes, adolescentes y menores de tres años, hijos de adultos jóvenes infectados”. De momento, solo la Comunidad de Madrid y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla las incluyen en su calendario de vacunación.

Precisamente para evitar que en algunas regiones haya unas vacunas y en otras, otro; el Comité Asesor de Vacunas advierte de la necesidad de un calendario vacunal único en todo el territorio nacional. Desde la Asociación Española de Pediatría llevan años reclamándolo porque la existencia de 19 calendarios regionales ‘no tienen sentido porque en momentos en los que las familias cambian de residencia, unificar la cartilla de vacunación se convierte en una necesidad”, señala el vicepresidente de la asociación, Fernando Malmierca.

Y es que según este experto, “la situación actual es ilógica, crea desigualdades y da lugar a problemas a la hora de vacunar a los niños, ya que dependiendo del lugar de residencia, los menores están protegidos frente a una determinada infección, se inicia a la inmunización a una edad y otra y en algunas regiones los padres tienen que costear determinadas vacunas”.


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