En próximos dos años se producirán importantes cambios en jerarquía de la Iglesia Católica

Santo Domingo.-La jerarquía católica en la República Dominicana se aboca a un profundo proceso de cambios en los siguientes dos años, ya que varios obispos cumplirán la edad en la que el Derecho Canónico los obliga a presentar su renuncia de la dirección de la diócesis, incluyendo a Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, que deberá hacerlo dentro de dos meses.

Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez cumple 75 años el próximo 31 de octubre, edad a partir del cual el Vaticano requiere que presente su renuncia como arzobispo titular.

El canon 401 del Derecho Canónico establece: “Al obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”.

Sin embargo, el Papa tras recibir la carta de renuncia no está obligado a aceptarla de inmediato, por lo que el obispo en cuestión puede permanecer siendo titular más allá de la edad establecida para que presente la renuncia.

Tal es el caso de monseñor Jesús María de Jesús Moya, quien tiene 78 años, pero el papa Benedicto XVI lo ha mantenido al frente de la diócesis de San Francisco de Macorís.

En el caso del Cardenal López Rodríguez podría continuar al frente de la Arquidiócesis de Santo Domingo más allá de los 75 años, porque, además de que disfruta de buena salud, es un influyente miembro del Colegio Cardenalicio.

Los cardenales mantienen su condición de “cardenales electores” hasta los 80 años. Esto quiere decir que hasta esa edad tienen derecho a votar en el cónclave en el que se escoge a un nuevo Papa luego de fallecer un Sumo Pontífice.

Otros obispos

Los otros obispos que están próximos a alcanzar la edad en que deben presentar su renuncia son los obispos auxiliares de Santo Domingo, monseñores Pablo Cedano, quien en enero próximo cumple 75 años, y Amancio Escapa, con 73 años; monseñor Antonio Camilo (obispo de La Vega), 73 años; Rafael Felipe de la Rosa (obispo de Barahona), que cumplirá 73 años el 12 de septiembre, y monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, que cumple 72 años el 19 de septiembre.

Obispos eméritos

Cuando el Papa acepta la renuncia de un prelado éste pasa a ser obispo emérito de la diócesis que administró y tiene la potestad de seguir residiendo en esa diócesis, a menos que el Vaticano decida lo contrario.

Los obispos eméritos siguen siendo miembros de la Conferencia del Episcopado Dominicano, pues éstos no pierden la condición de obispos.

En el país los obispos eméritos son Juan Antonio Flores Santana (de Santiago), Fabio Mamero Rivas (de Barahona), Tomás Abreu Herrera (Mao-Montecristi) y Francisco José Arnáiz (auxiliar de Santo Domingo). Monseñor Príamo Tejeda, quien fue obispo de Bani desde 1987 hasta 1998, desde hace varios años reside en la Florida.

Un episcopado totalmente dominicano

Una de las características que tiene la Iglesia católica dominicana es que todas sus diócesis son administradas por obispos dominicanos, lo que es visto como un reconocimiento al avance del clero criollo.

No siempre fue así. Se recuerda que cuando se firmó la histórica carta pastoral del 21 de enero de 1960, las diócesis de La Vega y San Juan de la Maguana eran dirigidas por el españor Francisco Panal y el estadounidense Thomas Reilly, respectivamente.

La Arquidiócesis de Santo Domingo tenía como arzobispo titular al italiano Ricardo Pittini, aunque el administrador apostólico era monseñor Octavio Antonio Beras. Santiago e Higüey eran dirigidas por los dominicanos Hugo Eduardo Polanco Brito y Juan Félix Pepén.


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