En Estados Unidos surgen dudas sobre Pakistán y escondite de Osama Bin Laden
Washington.- El anuncio de la muerte de Osama Bin Laden provocó una alegría generalizada en Estados Unidos. Pero tras los primeros momentos de algarabía, las dudas empiezan a surgir. Y una de las más importantes se refiere al papel de Pakistán, sobre todo, el de sus servicios secretos (ISI).El escondite del líder de Al-Qaida sorprendió a las autoridades estadounidenses. El terrorista más buscado del mundo no estaba oculto en una cueva perdida en alguna remota montaña de la frontera con Afganistán, sino en una mansión rodeada de edificios militares a tan sólo 60 kilómetros de Islamabad, la capital paquistaní.
Por todo ello los líderes del Congreso de EEUU han urgido al gobierno del país asiático a dar explicaciones y ya han planteado la posibilidad de eliminar la ayuda anual de casi 1.300 millones de dólares que destinan a Pakistán si comprueban que Islamabad conocía el paradero del ideólogo del 11-S. La presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, esperan que la CIA ofrezca nuevos datos sobre la operación en Abbottabad, en concreto, en lo relativo al conocimiento y colaboración de las autoridades paquistaníes. Los interrogantes son numerosos y la información manejada durante gran parte de estos 10 años errónea. ‘El lugar donde estaba realmente Bin Laden era a 56 kilómetros al norte de una ciudad principal pakistaní’, ha señalado Feinstein.
El ‘número dos’ de los demócratas en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, ha asegurado que corresponde al Gobierno pakistaní despejar las dudas en el Congreso sobre su compromiso con la lucha antiterrorista. En caso contrario, ha señalado, el Legislativo estadounidense debe al menos explorar la posibilidad de reducir la ayuda a Pakistán. La republicana Susan Collins, miembro del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, también apoya la idea de que el Congreso recorte sustancialmente los fondos a Pakistán.
Riesgo de ‘Estado fallido’
Que el gobierno estadounidense no se fiaba de las autoridades paquistaníes lo demuestra el hecho de que no le avisaran de la operación militar por miedo a un ‘chivatazo’. Y que la muerte de Bin Laden ha provocado manifestaciones en su honor por algunos reducidos grupos extremistas es un aspecto que preocupa en Washington y que explica la rapidez con la que Pakistán se desmarcó de la misión norteamericana. Sin embargo, el recorte de la ayuda económica es un paso de enorme trascendencia que no todos los políticos norteamericanos están dispuestos a dar. Por ejemplo los senadores republicanos Lindsey Graham y John McCain, que ven en la eliminación de la ayuda económica estadounidense un riesgo para la estabilidad del país asiático y la posibilidad de que se conviertna en un ‘Estado fallido’, como ocurre en Afganistán.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, es de la misma opinión. ‘Pakistán ha sido durante mucho tiempo un socio en muchas de las cosas que estamos haciendo para frenar a los talibanes y a Al-Qaida. Tratamos esto como si ellos no hubieran hecho sacrificios. Han perdido miles y miles de sus soldados combatiendo a los terroristas’, ha destacado. También el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, consideró que existe un buen nivel de cooperación con Pakistán y que sería un error precipitarse.
De momento, las fuerzas de seguridad paquistaníes ya han reconocido su error y han recordado su contribución en materia de información. ‘Admito que fracasamos al no saber que Bin Laden estaba en ese recinto, pero durante diez años hemos estado ofreciendo información de inteligencia’, ha asegurado una fuente del ISI. Demasiado poco para el Capitolio. Los legisladores quieren conocer hasta el último detalle sobre la información de las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia del país asiático. Quieren despejar las dudas de un asunto ya de por sí enrevesado.