Empleados del Metro dan al gobierno plazo de una semana para que atienda sus demandas

Los empleados del Metro de Santo Domingo darán un plazo de una semana al gobierno para que responda a las peticiones que están demandando concernientes a mejoras laborales.

Luego de protestar pacíficamente por más de tres horas, una representación de los operadores y otros colaboradores fueron recibidos por un viceministro de la Presidencia por orden del presidente Luis Abinader.

Al ser acogidos en la casa de gobierno, estos le hicieron entrega de un documento que demanda cuatro puntos fundamentales que son: pagar prestaciones laborales a empleados desvinculados, reponer otros compañeros, aumento salarial y la libertad sindical.

Así lo informó, Manuel María Mercedes, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, quien ofreció detalles a miembros de la prensa luego de conversar con los manifestantes para darles las pautas a seguir tras el encuentro.

Expresó que desde la dirección de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) hay una actitud represiva debido a que no les permiten a los empleados asociarse entre sí.

“Nos pidieron un compás de espera de una semana para ellos dar una respuesta, se creó un enlace entre el viceministerio y ministro de la Presidencia por mandato del presidente, por eso le hemos solicitado a los trabajadores a reintegrarse en sus labores para darle paso al gobierno”, señaló.

Mercedes detalló que los recibirían en un pasillo, pero minutos después por la “preocupación del presidente” y por la “magnitud del problema”, fueron recibidos en una oficina del Palacio Nacional.

Estimó que hay unos 1,000 empleados despedidos que no han recibido sus prestaciones y pidió la reposición de otros 40 trabajadores.

Agregó que de acuerdo a las peticiones, el gobierno les pidió un compás de una semana para revisar los documentos y canalizar los acuerdos a los que pudieran llegar.

Mercedes recomendó a los manifestantes que se reintegren en sus labores mañana en sus horarios correspondientes para esperar las decisiones previas a estas protestas.

Resaltó que no de no obtener respuesta en el tiempo establecido, el gobierno tendrá que asumir las consecuencias de las manifestaciones.

Ayer desde las 9:00 de la mañana retumbaban los tambores junto a múltiples pancartas que identificaban diversas reivindicaciones que algunos empleados activos y otros desvinculados pedían por mejoras salariales, pago de prestaciones, mejores condiciones laborales, reposición de los cancelados, modificaciones en los horarios laborales, entre otras.

“Estamos cansados de que el Metro tenga una dictadura con respecto al trato del empleado”, dijo Anthony Sierra, uno de los trabajadores desvinculados que se desempeñaba como agente de explotación.

El grupo, compuesto por conductores, operadores de trenes y agentes de explotación, caminó por casi dos horas desde la estación Juan Pablo Duarte del Metro, situada en la avenida John F. Kennedy esquina Máximo Gómez, hasta llegar a las inmediaciones de la casa presidencial.

El recorrido estuvo custodiado por unidades policiales y agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett).

“Empleados por estar haciendo esto (protesta) estamos siendo desvinculados”, confesó Sierra durante la marcha, al tiempo de aclarar que como trabajadores tienen el derecho de hacerlo.

La manifestación se ha realizado para buscar una “solución” a los problemas que este grupo ha exigido durante nueve días, según comentaron los protestantes a periodistas.

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Mercedes dijo que esta marcha no se trata de un tema político porque los Derechos Humanos están involucrados en las demandas, independientemente de la militancia que estos tengan.

Resaltó que las peticiones son demandas reivindicativas lo que evidencia que no es político.

“Si es político, yo soy político, porque esas son demandas que afectan a los trabajadores”, expresó.

 


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