El telescopio James Webb de la NASA halló una misteriosa atmósfera en un exoplaneta
El telescopio espacial James Webb de la NASA volvió a asombrar a la comunidad científica con un descubrimiento que podría cambiar la comprensión sobre la habitabilidad de los exoplanetas. El instrumento detectó gases atmosféricos en “55 Cancri e”, un exoplaneta rocoso que orbita dentro de la zona habitable de su estrella madre a solo 41 años luz de la Tierra.
Este exoplaneta, también conocido como Janssen, no es un descubrimiento reciente. Fue identificado en 2004 y su tránsito fue observado en 2011. Sin embargo, la posibilidad de una atmósfera habitable fue una cuestión de intenso debate entre los astrónomos, dada su proximidad a su estrella y las extremas condiciones que esto implica.
Sin embargo, la reciente detección de gases atmosféricos por parte del James Webb es un avance que abre nuevas posibilidades para su comprensión y posterior estudio.
Los detalles del exoplaneta
“55 Cancri e” es clasificado como una supertierra, con una masa ocho veces mayor que la de la Tierra y un diámetro aproximadamente del doble. Esta configuración llevó a especulaciones sobre su capacidad para albergar vida. Las observaciones recientes sugieren que la atmósfera podría contener moléculas de vapor de agua y otros gases esenciales para la vida, tal como la conocemos.
Además, la cercanía del planeta a su estrella hace que su superficie probablemente sea un océano de magma burbujeante. Sin embargo, la posibilidad de que el planeta tenga un lado en plena oscuridad y otro siempre iluminado abre la puerta a condiciones más templadas y potencialmente habitables en la cara oscura.
“En el lado diurno la temperatura es de unos 2.500 grados Celsius, mientras que en el lado nocturno es de unos 1.100 grados; la diferencia es enorme”, explicó Brice-Olivier Demory, de la Universidad de Cambridge, el principal autor de un estudio publicado en la revista Nature.
La proximidad del exoplaneta lo convierte en un objetivo primordial para futuras investigaciones, y los científicos esperan analizar su atmósfera en mayor detalle para buscar biofirmas, es decir, señales químicas que podrían indicar la presencia de vida.
La detección de estos gases no solo incrementa las esperanzas de encontrar vida más allá de la Tierra, sino que también despierta al interés de reflexionar sobre la diversidad de condiciones que podrían permitir la existencia de organismos en otros mundos.
Fuente: https://www.canal26.com/