El restaurante de lava: una cena al rojo vivo

AlUla, una localidad de Arabia Saudita, situada en medio del desierto en la provincia de Medina, en la región noroccidental del país y cerca de las ruinas de Hegra (el primer sitio en el reino saudí declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), es un lugar de monumental belleza, considerado por muchos como una de las maravillas poco conocidas del mundo.

Este enclave histórico y “museo al aire libre”, con tumbas que son el legado milenario de la civilización humana, así como cañones, barrancos y formaciones rocosas de colores y formas asombrosas rodeadas por las arenas de la inmensidad desértica, es un inmenso territorio de 22.000 kilómetros cuadrados (km²) y un antiguo núcleo comercial de la Ruta del Incienso.

La Ruta del Incienso (‘Incense Road’ en inglés), que tuvo su apogeo hace unos 2.000 años, era una red de rutas comerciales que se extendía a lo largo de dos mil kilómetros para facilitar el transporte de incienso, mirra y otros artículos, desde Yemen y Omán en la Península Arábiga hasta el Mediterráneo.

AlUla es ahora el último recuerdo de la historia preislámica del reino saudí: la civilización nabatea, que también construyó la extraordinaria ciudad de Petra en Jordania y dejó atrás 111 tumbas impecablemente conservadas, talladas en las rocas de arenisca de Hegra (https://whc.unesco.org/es/list/1293#top), según la oficina de turismo saudí (www.visitsaudi.com).

En este lugar repleto de maravillas naturales, monumentales e históricas se estrenó un concepto gastronómico pionero en el mundo, denominado ‘Forces of Nature’ (Fuerzas Naturales), consistente en cocinar un festín de productos locales mediante lava fundida a 1.350 grados Celsius (centígrados) de temperatura, en un alto horno metalúrgico.

El “primer restaurante de lava del mundo”, como lo llaman sus creadores, no es un local edificado donde se sirven comidas y bebidas a diario como los establecimientos urbanos, sino un sitio al aire libre entre las rocas y en medio del desierto, especialmente acondicionado para esa ocasión y que ha estado abierto durante un tiempo limitado, como una ‘experiencia piloto’.

Los organizadores recomendaron a los comensales llevar ropa abrigada, debido a las bajas temperaturas nocturnas del desierto, aunque matizaron que las hogueras y los fuegos encendidos al aire libre en el lugar, así como la propia lava al rojo vivo utilizada para cocinar, contribuiría a elevar el calor ambiental.

Esta iniciativa del estudio Bompas & Parr, B&P (http://bompasandparr.com) de Londres (Reino Unido) se basa en el trabajo innovador de uno de los principales expertos mundiales en roca fundida, el profesor Robert Wysocki de la Universidad de Syracuse, en Nueva York (EE. UU.) informa a EFE B&P.

El corazón de un volcán en la mesa

Para preparar la cena para los invitados, un equipo de “técnicos especializados en lava” vertieron las rocas recién fundidas en un alto horno según la metodología del profesor Wysocki, asando los ingredientes de los platos en pocos segundos, sobre tres asadores rugientes, y en algunos casos solo ahumándolos, explican Sam Bompas y Harry Parr.

Los menús, inspirados en los orígenes de la cocina a fuego abierto, incluyeron platos como el apio nabo entero horneado con sal, los filetes de ternera terminados de asar mediante lava fundida y lomos de cabra asados a la parrilla en fogatas, puntualizan.
Añaden que entre las bebidas que se sirvieron figuran cócteles ahumados, flameados y carbonizados, así como café y té mantenidos sobre una mesa caliente,

utilizándose en algunos casos, atizadores de bebidas calentados al rojo vivo.

Cenar, disfrutando de las exquisiteces elaboradas con ingredientes locales y del espectáculo de la cocina de lava, bajo el cielo nocturno, a luz de las antorchas y el calor de las pequeñas hogueras, en medio del mágico entorno desértico, también es una manera de conectar con la naturaleza volcánica de esa región.

En Arabia Saudita hay más de 200 volcanes inactivos y algunos de los paisajes volcánicos más bellos del mundo, según B&P.

La piedra caliza de AlUla se formó hace entre 541 y 251 millones de años, dando lugar a la geología distintiva de la región, caracterizada por sus paredes rocosas con entornos habitables, sus cañones de piedra arenisca y sus mesetas volcánicas negras con reminiscencias lunares, añade esta fuente.

El estudio de ‘arquitectura del sabor’ Bompas & Parr está especializado en el diseño de experiencias gastronómicas inmersivas, en las que las personas disfrutan de la comida inmersos en un ambiente generador de bienestar recibiendo estímulos multisensoriales, emocionales y estéticos cuidadosamente diseñados.

De hecho, poco después de ‘Forces of Nature’, que se desarrolló durante una semana en el Cañón Shlal de AlUla, B&P organizó otro evento en un complejo hotelero: la experiencia ‘Incense Road’, que incluyó una proyección audiovisual alrededor de una mesa comunal, sobre un episodio de la historia de esa zona situada en la antigua Ruta del Incienso.

La Ruta del Incienso conectó los antiguos reinos árabes de AlUla, que antaño fue una bulliciosa ciudad presidida por los nabateos, con las grandes civilizaciones de la antigüedad, como la antigua Grecia, el Imperio Romano y las dinastías egipcias, cuando Hegra estaba en la cúspide de su poder, según B&P.

Fuente: https://www.expreso.ec/


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