El nuevo fenómeno meteorológico que se ha detectado en Marte

Cuando el ‘Róver Perseverance’ aterrizó en Marte tras un viaje de más de seis meses y 470 millones de kilómetros de recorrido, interplanetario, llevaba el primer micrófono en la superficie del planeta y los científicos han obtenido con él la primera grabación de audio de un torbellino extraterrestre.

El estudio ha sido publicado en la revista ‘Nature Communications’ por la científica planetaria Naomi Murdoch, un equipo de investigadores del Instituto Nacional Superior Francés de Aeronáutica, del Espacio y de la NASA.

Así lo ha explicado Roger Wiens, profesor de ciencias de la Tierra, atmosféricas y planetarias en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Purdue, dirige el equipo de instrumentos que realizó el descubrimiento y es el investigador principal de la SuperCam del ‘Perseverance’.

El conjunto de herramientas que componen la “cabeza” del robot incluye instrumentos avanzados de teledetección con una amplia gama de espectrómetros, cámaras y el micrófono.

“Podemos aprender mucho más con el sonido que con otras herramientas”, asegura Wiens. “Toman lecturas a intervalos regulares. El micrófono nos permite tomar muestras, no exactamente a la velocidad del sonido, pero sí casi 100.000 veces por segundo. Nos ayuda a hacernos una idea más clara de cómo es Marte”.

Por ello, Wiens confirma que el micrófono no está encendido continuamente, sino que graba durante unos tres minutos cada dos días. Obtener la grabación del torbellino, afirma el investigador Wiens que fue “una suerte”, aunque no necesariamente inesperada.

Información por sonido

Es más, en el cráter Jezero, donde aterrizó Perseverance, el equipo ha observado indicios de casi 100 remolinos de polvo, pequeños tornados de polvo y arenilla. Esta es la primera vez que el micrófono estaba encendido cuando uno de ellos pasó por encima del vehículo.

Por ello, la grabación del sonido del remolino de polvo, junto con las lecturas de la presión atmosférica y la fotografía ‘time-lapse’, ayudan a los científicos a comprender la atmósfera y el clima del planeta rojo.

“Pudimos ver cómo bajaba la presión, escuchar el viento, luego un poco de silencio que era el ojo de la pequeña tormenta, y después volver a escuchar el viento y ver cómo subía la presión” recuerda Wiens, “Todo ocurrió en pocos segundos”, añade el experto.

“El viento es rápido, de unos 40 kilómetros por hora, más o menos lo que se vería en un remolino de polvo en la Tierra”, prosigue.

“La diferencia es que la presión atmosférica en Marte es tan baja que los vientos, aunque igual de rápidos, empujan con aproximadamente el 1% de la presión que tendría la misma velocidad de viento en la Tierra” explica el investigador.

“No es un viento potente, pero sí lo suficiente como para lanzar partículas de arenilla al aire y formar un remolino de polvo”, subraya Wiens.

La información indica que los futuros astronautas no tendrán que preocuparse de que vientos huracanados derriben antenas o hábitats, pero el viento puede tener algunas ventajas.

Además, las brisas que eliminan la arenilla de los paneles solares de otros vehículos exploradores, especialmente ‘Opportunity’ y ‘Spirit’, pueden ser lo que les ayudó a durar mucho más tiempo.

“Esos equipos de exploradores observaban una lenta disminución de la potencia durante varios días o semanas y, a continuación, un aumento. Eso ocurría cuando el viento limpiaba los paneles solares”, explica Wiens.

En definitiva, la ausencia de estos demonios de viento y polvo en la planicie Elysium, donde aterrizó la misión InSIght, podría explicar por qué la misión está llegando a su fin.

“Al igual que en la Tierra, el clima varía según la zona de Marte, afirma Wiens. “Utilizar todos nuestros instrumentos y herramientas, especialmente el micrófono, nos ayuda a hacernos una idea concreta de cómo sería estar en Marte”.

Finalmente, los investigadores prevén que en el futuro haya una versión ampliada del Perseverance pueda enviarse a Marte antes de una misión humana, para producir continuamente oxígeno a un ritmo de varios cientos de árboles, lo que generaría el suficiente para mantener a las personas y alimentar un cohete que las devolviera a la Tierra.

Fuente: https://www.elperiodico.com/


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