El Covid-19 incrementa la demanda de seguros de salud en España

En los momentos de incertidumbre ponemos nuestros ojos en aquello que nos ofrece seguridad. Es una reacción natural: buscar refugio en la tempestad, un agarradero en tiempos de zozobra. Esta máxima se aplica también en estos tiempos de pandemia. Se buscan certezas y seguridad, ya sea en los valores por los que regimos nuestra vida, en las personas de las que nos rodeamos o en los productos y servicios que consumimos.

Por eso, desde el comienzo de la crisis los expertos vaticinaron que algunos sectores responderían mejor que otros al envite. «Al ser una crisis sanitaria y por la percepción de la respuesta de la sanidad pública, el ramo de salud podría tener un comportamiento anticíclico comparado con el resto de ramos de no vida», advertía un análisis de impacto elaborado por la consultora Price Waterhouse Coopers al comienzo de la pandemia, en abril de 2020.

La frase entrecomillada da las claves de lo que se ha observado en los meses posteriores: ha aumentado el interés y la demanda para contratar un seguro médico, y uno de los principales motivos es la percepción de que la sanidad pública tiene dificultades para responder a una emergencia como la que estamos viviendo.

Una encuesta realizada por la consultora Bain & Company muestra que hasta un 27% de los encuestados sin seguro de Salud manifestó su intención de contratarlo a corto plazo. Es llamativo el contraste con la intención de compra de productos de crédito y seguros de Hogar y Automóviles, por los que sólo el 10% de los encuestados mostró intención de compra.

Un crecimiento sostenido

En realidad, el crecimiento de los seguros de salud privados viene observándose en España desde hace tiempo. Los datos anuales recabados en la Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras y recopilados por Unespa (Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras) mostraban que al cierre de 2018 un 21,97% de los españoles tenían contratado un seguro de prestación de servicios médicos. Es la cifra más alta desde 2010, cuando la contratación de estos seguros empezó a caer por efecto de la crisis económica.

En números brutos, esto significa que cerca de 10,3 millones de españoles tenían un seguro de salud privado en 2018. Las razones son variadas, pero muchas están relacionadas con la percepción de la sanidad pública, que en los últimos años se ha visto lastrada por el aumento de las listas de espera, el copago y la externalización de servicios. Muchos deciden complementar la cobertura pública con la asistencia privada, y para ello la fórmula más habitual es suscribir un seguro privado.

La tendencia se mantuvo en el último año del que hay registros. Los seguros de Salud crecieron un 4,77 por ciento en 2019, alcanzando unos 8.923 millones de euros de facturación, según los datos recogidos por Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA), divulgados a principios de 2020 por Unespa.

La pandemia acentúa el interés de los españoles

La encuesta de Bain & Company sugiere que la pandemia parece haber acentuado el interés de los españoles por los seguros médicos.

Hay que tener en cuenta que España fue uno de los países europeos más golpeados por la primera oleada y ha sido el primero del continente en sufrir la segunda. Las cifras oficiales ponen a España al borde de los 30.000 fallecidos por Covid 19, con más de 566.000 contagiados a mediados de septiembre. Esto, en cuanto a cifras oficiales. Pero el exceso de mortalidad atendiendo al informe de vigilancia y exceso de mortalidad del Instituto de Salud Carlos III durante la primera ola de la pandemia se cifró en 43.556 fallecidos, y en la actualidad ya bordea los 6.300, según ha informado ABC.

Los hospitales de algunas zonas estuvieron al límite de sus capacidades en el pico de marzo y abril y ahora es la atención primaria la que está bajo presión. De marzo y abril quedan en la memoria las imágenes y testimonios de la saturación hospitalaria en algunas zonas del país o las mil muertes diarias atribuibles a la Covid 19 (y tras cada cifra, una vida perdida). De la segunda oleada, empiezan a ser demasiado habituales las imágenes de colas ante los centros de salud, desbordados ante las nuevas tareas de rastreo de contactos y de detección del virus.

Los seguros médicos privados transmiten una imagen de seguridad y solvencia. Por poner un ejemplo: en lo más agudo de la crisis, muchos no pudieron realizarse una PCR, la prueba más fiable para determinar la infección activa del virus.

El cuello de botella se ha trasladado ahora a algunos centros de salud, que en muchos casos están entregando los resultados de la PCR con un retraso muy superior a las 24-48 horas que el protocolo fija como plazo óptimo. La realización de una PCR está cubierta por el seguro privado si se cumplen los requisitos clínicos.

Además, la saturación de los centros de salud tiene otra derivada: en muchos se están produciendo retrasos para las citas de consulta, e incluso colas para obtener cita previa. Este problema se evita con un seguro privado.

En situaciones de emergencia como la actual, un seguro médico privado puede garantizar un acceso mucho más rápido y efectivo a la cobertura sanitaria, de ahí el crecimiento de la demanda de este tipo de productos.

Fuente: https://www.abc.es/


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