Ejercicio, uno de los pilares de la vida saludable
Hacer ejercicios en forma frecuente es importante para la prevención y el tratamiento de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares (ECV).
Los especialistas asocian esta práctica a la reducción de la morbilidad y mortalidad a causa de esta enfermedad, así lo explica la doctora Angélica Rumardo, cardióloga clínica y coordinadora médica del Departamento de Rehabilitación Cardíaca en los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias médicas y Telemédicas ( Cedimat).
El entrenamiento de intensidad leve generalmente se considera seguro para jóvenes y adultos mayores de 65 año sanos, y que no requieren una consulta con un especialista antes de iniciar sus ejercicios de manera regular.
La especialista lo considera uno de los pilares de un estilo de vida saludable y ve importante emularlo.
Aunque analiza que los beneficios de realizar ejercicio de manera regular están suficientemente demostrados por la ciencia, es fundamental tratar el riesgo potencial de muerte y empeoramiento de ECV ya establecidas en algunos pacientes.
A su juicio, el abordaje es básico en pacientes sanos desde el punto de vista cardiovascular previo a iniciar ejercicios o deportes competitivos de intensidad más que moderada.
Pruebas importantes
En el caso de personas sin experiencia en entrenamiento puede ser de vasta utilidad la realización de pruebas ergométricas (prueba de esfuerzo convencional, prueba de esfuerzo cardiopulmonar, prueba de caminata de seis minutos), para evaluar la salud cardiovascular.
Asimismo, el rendimiento físico permite a los especialistas hacer recomendaciones individuales sobre el deporte, tipo de ejercicio e intensidad a realizar, analiza la cardióloga.
Situaciones
Los eventos cardíacos graves y la muerte súbita en atletas tienen una incidencia variable y pueden causar un estado de ‘shock’, aunque se creía que se trataba de personas aparentemente sanas.
Existen diferentes modalidades de pruebas para aplicarse en enfermedad cardiovascular en deportistas, con lo que se busca de identificar enfermedades que podrían ser letales, o que, aún no han sido diagnosticadas.
Ante estas situaciones, se permite hacer una estratificación de riesgo de muerte, intervenciones específicas o modificaciones en el esquema de ejercicio a realizar, lo cual puede incluir recomendar el cese del ejercicio.
En consulta cardiológica se evalúa la historia clínica en detalle, los antecedentes familiares, examen físico completo y en casos necesarios pruebas complementarias como electrocardiograma, ecocardiograma, resonancia magnética cardíaca y otros.
Contraindicaciones
Existen contraindicaciones para realizar ejercicio que deben tenerse en cuenta tales como: angina inestable o dolor de pecho recurrente de origen cardíaco, presión arterial de 200 sobre 100 miligramo de mercurio, estrechez severa de la válvula aórtica o miocardiopatía hipertrófica obstructiva, explica la doctora Rumardo.
Asimismo, enfermedades inflamatorias o infecciosas en la fase aguda (miocarditis, pericarditis, endocarditis), taquicardias no controladas, bloqueo avanzado de la conducción eléctrica que aún no tengan marcapasos, diabetes mellitus descompensada, problemas ortopédicos importantes y otras complicaciones.
Manejo clínico
En el paciente que ya tiene una enfermedad cardiovascular establecida (insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria, infarto al miocardio) o aquellos que han sido sometidos a procedimientos como cateterismo cardíaco o cirugía cardíaca, ya sea de válvula cardíaca, bypass coronario, cirugía de aorta, reparación de defectos de nacimiento, cirugía vascular periférica y resección de tumores cardíacos, está altamente recomendado según las guías de manejo clínico la participación en un programa de rehabilitación cardiaca.
La especialidad
La rehabilitación cardiaca es un programa multidisciplinario integrado por un equipo que incluye cardiólogos, fisiatras, nutricionistas, psicólogos, terapeutas y enfermeras. la capacidad de ejercicio, promover y educar sobre los cambios necesarios para lograr un estilo de vida saludable, explico la experta.
Asimismo, la modificación y control de factores de riesgos cardiovasculares como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, sobrepeso u obesidad, conserjería para el abandono de hábitos tóxicos (tabaquismo, alcohol y otras drogas), mejora del sedentarismo, control del estrés psicosocial, y la implementación de planes de alimentación saludable.
Luego de un infarto al miocardio, procedimiento o cirugía cardíaca, en pacientes con insuficiencia cardíaca, podemos recuperar y/o mejorar la función del corazón, mejorar el rendimiento del mismo teniendo un impacto directo en disminuir síntomas, mejorar la calidad de vida, disminución de recurrencia de eventos cardíacos, disminución en la tasa de hospitalizaciones y más importante aún, el aumento de la supervivencia de quienes participan en el programa.
Al iniciar la actividad física en pacientes cardiovasculares, es fundamental establecer la frecuencia, intensidad, tiempo, tipo y modo de ejercicio. Con respecto a la frecuencia, se recomienda que sea la mayoría de los días de la semana (3 a 5 veces), de intensidad leve a moderada (calculado mediante diferentes parámetros) y se progresa según la evolución.
Recomendaciones
Con relación al tipo y modo de ejercicio, se recomienda el aeróbico, como caminar, trotar, nadar, bicicleta, bailar y elíptica este tipo de actividad tiene múltiples beneficios en mejorar y recuperación en el rendimiento y la función cardíaca, explica la profesional de la salud de Cedimat.
En otro sentido, el entrenamiento de resistencia o fuerza, como el levantamiento de pesas, se realiza para trabajar principalmente a nivel musculoesquelético.
Mucho cuidado
La especialista analiza que, aunque también tiene impacto beneficioso a nivel cardiovascular, este tipo de ejercicio no debe de ser realizado con peso más que moderado, debido a que puede producir remodelado en la estructura del corazón y empeoramiento de algunas enfermedades como la hipertensión arterial.
Esta práctica permite que el sistema muscular, como las articulaciones, entre otros componentes del sistema muscular esquelético estén preparados para el entrenamiento y que los parámetros cardíacos asciendan y desciendan gradualmente con el fin de evitar complicaciones y eventos cardíacos relacionados con el ejercicio o alguna lesión corporal.
Recomendación
Calentamiento
Tanto en pacientes sanos como enfermos es imprescindible que cualquier rutina de ejercicio inicie con cinco a diez minutos de calentamiento y al finalizar cinco a diez minutos de enfriamiento, aconseja la cardióloga Angélica Rumardo.
La elección de ejercicio de alta intensidad
El ejercicio de alta intensidad se reserva para un grupo limitado de pacientes con enfermedades cardiovasculares y usualmente se realiza en intervalos e inversamente proporcional al tiempo de duración de las rutinas de ejercicios.
Esta actividad debe ser estrictamente revisada y supervisada por profesionales con capacidad.