¿Dormir poco te hace más productivo?
El sueño ha sido subestimado durante generaciones, asociado con falta de ambición o productividad. Sin embargo, estudios recientes han cambiado esta percepción, destacando la importancia de dormir bien para mantener un cerebro saludable y prevenir enfermedades neurológicas. En este artículo exploramos las consecuencias de no dormir lo suficiente y por qué el descanso debe ocupar un lugar prioritario en nuestras vidas.
El mito de la productividad a costa del sueño
Durante décadas, especialmente desde los años 80, dormir poco fue visto como una cualidad admirable en personas trabajadoras. Según Russell Foster, neurocientífico de la Universidad de Oxford, esta práctica no solo afecta habilidades cognitivas como la toma de decisiones y la empatía, sino que también nos hace menos competentes en general.
Por su parte, Melinda French Gates compartió que figuras como Bill Gates llegaron a considerar el descanso como algo sobrevalorado, hasta que estudios vincularon la falta de sueño con un mayor riesgo de demencia y Alzheimer.
Dormir menos de cinco horas al día no solo afecta el humor, sino que tiene consecuencias inmediatas en la cognición. Un estudio australiano equipara conducir con sueño insuficiente a hacerlo bajo los efectos del alcohol.
A largo plazo, la falta de sueño se relaciona con enfermedades neurodegenerativas. Según Foster, el cerebro necesita el sueño para eliminar proteínas como la beta amiloide, cuya acumulación está asociada con la demencia y el Alzheimer.
El sueño y su vínculo con el envejecimiento saludable
El sueño es esencial para prevenir el deterioro cognitivo. Foster advierte que no descansar lo suficiente durante la mediana edad incrementa el riesgo de desarrollar demencia en el futuro. Incluso una sola noche sin dormir puede elevar los niveles de beta amiloide en el cerebro.
Sin embargo, el experto puntualiza que la presencia de esta proteína no implica necesariamente que alguien desarrollará demencia, pero sí constituye un factor de riesgo importante en personas predispuestas genéticamente.
El menosprecio hacia el sueño tiene raíces históricas, vinculadas a la Revolución Industrial, donde el descanso se asociaba con ocio improductivo. Aunque esta mentalidad aún persiste, hoy se valora cada vez más el papel del sueño en la salud y el bienestar.
Cómo romper el ciclo del estrés y mejorar el sueño
Foster subraya que el estrés es uno de los mayores obstáculos para dormir bien, generando un círculo vicioso que dificulta el descanso. La solución no radica en medicamentos, sino en abordar las causas subyacentes de la ansiedad.
Dormir bien no es un lujo, sino una necesidad para mantener la salud física y mental. La ciencia ha demostrado que el descanso adecuado es clave para prevenir enfermedades neurológicas y mejorar nuestra calidad de vida. Es hora de priorizar el sueño como un pilar fundamental del bienestar.
Fuente: https://es.gizmodo.com/