¿Dónde están la mayoría de los volcanes de la Tierra? La ciencia y la historia responden

Si pensamos en volcanes, es probable que nuestra mente se sitúe en alguna zona alrededor del pacífico, y aunque no iría nada mal encaminada, lo cierto es que habría que apuntar a otros muchos lugares y aun así, sería difícil atinar. En estos momentos existen alrededor de 1.350 “volcanes potencialmente activos en todo el mundo”, según datos del Departamento del Interior de Estados Unidos. Tan solo poco más de un tercio de ellos han entrado en erupción en algún momento de la historia, la registrada, claro.

Lo que sucede en el Océano Pacífico es que este está bordeado por zonas de subducción, o lo que es lo mismo: lugares alrededor de los bordes de las placas tectónicas donde una placa se desliza debajo de otra. Así, cuando las placas oceánicas viejas, frías y densas “se deslizan por debajo de las placas continentales adyacentes y van descendiendo de regreso al manto terrestre, liberan agua de los minerales formados en el fondo del océano, y esta agua hace que el manto de arriba se derrita, produciendo magma.

Según explica Ed Llewellin, profesor de vulcanología en la Universidad de Durham en el Reino Unido, “el magma asciende desde el manto por encima de la placa descendente y encuentra su camino a través de la placa continental suprayacente. Es por eso que hay cadenas de volcanes en todo el Pacífico, como los Andes en América del Sur, las Cascadas en América del Norte, las Aleutianas entre Alaska y Siberia, y así sucesivamente”.

Sobre el llamado Anillo de Fuego

Es por ello, también, que precisamente en el Pacífico se encuentra el llamado Anillo de Fuego, un cinturón sísmicamente activo con forma de herradura de 25.000 millas de largo (40 000 km) que es el epicentro de alrededor del 90% de los terremotos del mundo y el 75% de los volcanes terrestres activos del mundo.

En el Pacífico occidental, las zonas de subducción “presentan principalmente una placa oceánica deslizándose debajo de otra placa oceánica”, señala este experto. Esto puede formar cadenas de islas volcánicas, como las Islas Canarias, el archipiélago japonés, gran parte de Melanesia, una subregión de Oceanía en el Pacífico Sur que contiene Fiji, Vanuatu, las Islas Salomón y Papúa Nueva Guinea, entre otras.

Sin embargo, debido a la naturaleza de los movimientos tectónicos, el Pacífico no siempre ha sido un punto de acceso volcánico. Hace 252 millones de años, cuando el período Pérmico de la historia de nuestro planeta se convirtió en el Triásico, habitar la Tierra habría sido asunto muy complejo debido a la inmensa actividad volcánica que se producía. De hecho, en algún momento de dicho periodo, tuvo lugar lo que se cree que es el evento de extinción masiva más grande de la historia. El resultado de la catástrofe, estiman hoy, pudo haberse traducido en un 96% de la vida marina y un 70% de la vida terrestre extinguida, según un artículo de 2017 en la revista ‘Nature’.

De aquella Tierra primitiva a hoy

La Tierra primitiva era mucho más caliente de lo que es ahora, tanto que los científicos creen que hubo períodos en los que toda la superficie de la Tierra estuvo cubierta por un océano de magma. Así lo atestiguan rocas antiguas encontradas en Groenlandia que indican que, hace 3.600 millones de años, “un mar profundo de magma incandescente” se extendía por la superficie de la Tierra, según un estudio de 2021 publicado en la revista ‘Science Advances’.

Lo cierto es que es gracias a que aquel mar dejó de estar tan caliente, por lo que la especie humana tuvo cabida en el planeta, y es por ello también que sigue actualmente en él. Sin embargo, y aunque el peligro de erupción ya no sea tan elevado como antaño, la mayor parte de la actividad volcánica sigue ahora ajena a nuestros ojos, bajos nuestros pies, allá donde no alcanza la vista. “Gran parte de los volcanes del planeta están ubicados bajo el agua, a lo largo del sistema de dorsales oceánicas de 65.000 km de largo (40.000 millas)”, explica Llewellin.

Toda esa actividad parece poco probable que vaya a desaparecer pronto. Algunos expertos, por ejemplo, han sugerido que esa extinción podría llegar en unos 91 mil millones de años. Para ello la Tierra debería perder todo su calor, y visto lo visto, eso solo significa que los volcanes existirán durante mucho más tiempo que los humanos, e incluso puede que sobrevivan al sol, que probablemente morirá en 5 mil millones de años.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*