Dominicano preso injustamente 18 años reclama US$30 millones de compensación en NY
Nueva York.- Fernando Bermúdez, un dominicano que estuvo por 18 años injustamente preso por un asesinato que no cometió, anunció ayer junto a su abogado, esposa e hijos que está reclamando 30 millones de dólares en compensación por el tiempo que pasó, sin ser culpable en la cárcel.
La demanda también incluye indemnización por daños y perjuicios. Tenía 22 años cuando fue falsamente acusado por testigos usados por la fiscalía en una negociación para que lo señalaran el asesino de un hombre, al que mató otro en medio de una pelea frente a la desaparecida discoteca Palledium de la calle 14 en el Bajo Manhattan.
Su abogado, Michael Lamonsoff, se preguntó cuánto valen los años de juventud perdidos por Bermúdez mientras estuvo en la cárcel injustamente. ‘¿Cuánto vale eso, alguien me puede dar una cifra?’, insistió el jurista.
Desde el primer día de su arresto, el dominicano que fue liberado a los 40 años edad, luego que la organización Proyecto Inocencia tomara su caso, se hicieran pruebas de ADN, se revisaran las evidencias y los tecnicismos de los fiscales usados con manipulación en el juicio, Bermúdez se mantuvo alegando su inocencia.
Juzgado y hallado culpable por un jurado en 1991, fue en noviembre del 2009 que un juez de la Corte Suprema Estatal de Nueva York, anuló el veredicto, determinando que no había base legal para mantenerlo en prisión.
‘Busco justicia para mi familia y que lo que pasó a mí, no le pase a nadie más’, expresó el ex reo dominicano que se graduó de abogado en la cárcel y consiguió otros títulos académicos. En una entrevista con este reportero, el mismo día que fue liberado, Bermúdez dijo que se uniría a varias organizaciones de derechos civiles para luchar por la libertad de otros inocentes que conoció en la reclusión.
Para él, el haber salido de los barrotes hace algo más de un año, no significa que su vida se haya recompuesto. El largo trauma de haber perdido la mitad de su vida por un homicidio que nunca cometió, podría permanecer por siempre en su espíritu.