Divergencias entre controladores aéreos colisionan en su Casa Club

Aeropuerto Internacional Las Américas JFPG.- Las profundas divergencias que se vienen escenificando durante los últimos años entre los miembros de la Asociación Dominicana de Controladores Aéreos (ADCA), llegan a su cúspide con los cuestionamientos sobre la adquisición de los terrenos y la construcción de la Casa Club de ese gremio.

En un inusual e inedito ejercicio de transparencia, considerado por algunos que prefieren mantenerse en el anonimato como una burda intención de hacer daño a la pasada gestión que encabezó Félix Rosa Martínez, la ADCA publicó en su página web (www.adca.org.do) documentos internos sobre sus finanzas.

El informe de la auditoría entregado por la empresa de auditores Almánzar & Asociados, de fecha 24 de septiembre de 2011, y que cubre los años 2009, 2010 y hasta julio de 2011; los informes de situación financiera correspondientes a los meses de julio, agosto, septiembre, y octubre de 2011. Esos son parte de las informaciones subidas a la citada página web.

Asimismo, se encuentra publicado un resumen de la Asamblea General General Extrordinaria celebrada el 15 de diciembre de 2011, y la relación de los pagos realizados al ingeniero Alexi Manuel Batista Ruíz, controlador aéreo y contratista para la construcción de la Casa Club.

ANOMALÍAS DENUNCIADAS CON LA CASA CLUB

El Tema 3 de la referida Asamblea de diciembre, fue el de la Casa Club.

Se debatieron las supuestas anomalías en el contrato de venta del solar donde se levantó la Casa Club. Mientras la ADCA tiene un contrato de venta de 12,000 metros cuadrados, legalmente sólo sería propietaria de la mitad del terreno; de lo cual se habrían dado cuenta al momento de negociar un préstamo con el Banco de Reservas, entidad que consideró como propiedad legítima únicamente 6,000 metros cuadrados.

Pedro Belén, abogado apoderado y también controlador aéreo, habría señalado “que puede existir la posibilidad de que aparezca de la nada alguien, reclamando propiedad del terreno no saneado legalmente”.

Los puntos más relevantes en la firma del contrato, también fueron descritos por el abogado Belén: el originalmente firmado ascendía a RD$12,000,000 y luego se firma otro contrato derogando al primero ascendiendo a un monto de RD$16,500,000. El primer contrato fue presentado en Asamblea, pero no fue distribuido ni analizado, mientras que el segundo contrato no fue presentado a la Asamblea. El presupuesto suplementario no está contemplado en ninguno de los dos contratos, ni fue llevado a Asamblea para su aprobación.

También se cuestiona el hecho que el Ing. Alexis Batista, contratista de la obra, tiene exequátur con fecha de emisión posterior a la firma de ambos contratos con la ADCA, significando que en caso de ser penalizado por irregularidades, serían realizadas por el Código Penal y no por el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos, y Agrimensores (CODIA).

El ingeniero Batista hizo uso de la palabra y dio como bueno y válido el trabajo realizado en la Casa Club, y consideró que el problema principal son las deudas contraídas no pagadas, razón por la cual ha recibido actos de alguacil por concepto de ex-empleados cuyos honorarios no han sido saldados.

Informó que los acuerdos realizados tanto contractualmente como en materia de pagos, fueron hechos con la directiva anterior, aunque estos acuerdos no hayan sido ventilados en Asambleas, como correspondía; a la vez que explicó que las variaciones de montos entre ambos contratos obedecen a cambios arquitectónicos sugeridos por la parte contratada, representada por Félix Rosa Martínez, presidente de la ADCA en esos momentos.

FÉLIX ROSA SE DEFIENDE Y CONSIDERA SU GESTIÓN HA SIDO LA MÁS TRANSPARENTE

Entrevistado sobre estas denuncias, Félix Rosa Martínez va mucho más lejos y dice que su gestión al frente de la ADCA ha sido la más transparente en toda la historia de esa entidad, y que se ríe de las mismas; al tiempo que agregó que hasta julio de 2007 no existía la manera de hacer una auditoría, porque no existía ningún tipo de control interno contable. Se quejó de que en una asamblea un socio dijo “yo quiero un carguito para poder sacar lo mío”.

En tal sentido, reitera el reto para que lo semetan a la justicia quienes entienda que él ha malversado aunque sea un solo centavo.

Admite que hay una irregularidad por falta de realizar un procedimiento en lo relativo a la adquisición de los terrenos, pero que parece que la actual directiva no se ha interesado en ello, porque hasta en asambleas lo ha planteado. Además, enfatiza que los mismos fueron comprados a la familia Gabirondo, a quién define como personas respetables que desean cooperar para finalizar esos trámites.

De igual modo, justifica el aumento de los costos estipulados en el primer contrato, y que llevaron a la firma del segundo, con las alzas experimentadas en los materiales de construcción desde que se hizo el primer presupuesto en el 2008 hasta el momento en que inició la obra.

Alegó que la primera etapa de ese proyecto, que representaba un 35% de los costos (RD$45,000,000.00) del diseño original, sólo contemplaba la construcción de la piscina y la verja perimetral. Ante comentarios hechos en el sentido que eso sólo sería una “piscina para insectos”, y que allí irían únicamente los que quisieran bañarse en ella, el Comité Ejecutivo que presidía hizo una serie de adiciones no incluidas en el primer contrato que también aumentaron los costos, entre ellas una cancha de baloncesto, el área de juego de niños, y los gazebos.

Defiende la calidad de la obra realizada, y que una muestra es que la tasación efectuada el 11 de septiembre de 2011, por el ingeniero Antonio Guarionex Lora, determinó que el valor actual de ese inmueble es de RD$33,361,878.66.

En cuanto al ingeniero Alexi Batista, afirmó que este fue el contratista de la obra por lo cual lo de su exequátur era irrelevante, y quienes construyeron y firmaron los planos fueron un ingeniero y un arquitecto con amplia experiencia; y que hasta ahora no se ha presentado ningún vicio de construcción, siendo los únicos problemas los mostrados con las bombas de la piscina que fueron dañadas por el mal uso de algunos usuarios que las manipularon inadecuadamente.

En lo relativo a la firma de los dos contratos, dijo que ambos fueron aprobados en asamblea, y que los estatutos de la Asociación dan luz verde al Comité Ejecutivo para el mejor uso de los recursos económicos en beneficio de la misma.

OTRO ASPECTO DE LOS CONTRATOS

Al margen de este debate entre los controladores aéreos, hemos observado que previo a la firma del segundo contrato, la ADCA desembolsó RD$2,400,000.00 más que lo estipulado en el primer contrato.

De fecha 25 de septiembre de 2010, el primer contrato fue por RD$12,000,000.00. Al ingeniero Alexi Batista le fueron pagados, hasta el 18 de mayo de 2011, la suma de RD$14,400,000.00; a través de los cheques números 2463 de fecha 30/09/2010, 2540 de fecha 19/11/2010, 2607 de fecha 14/01/2011, 2676 de fecha 14/03/2011, 1061 de fecha 26/04/2011 (tomado de la cuenta del Plan de Ayuda Mutua), 2727 de fecha 29/04/2011, y 2764 de fecha 18/05/2011.

El segundo contrato fue firmado en fecha 25 de mayo de 2011 y por la suma de RD$16,500,000.00.


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