Día Mundial del Paludismo: Las vacunas, un cambio de rumbo en lucha contra esta enfermedad

El paludismo, enfermedad de la que hoy se celebra el día mundial, está causada por parásitos que se transmiten a los humanos por la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles.

Aunque es prevenible y curable, puede ser mortal si no se reciben la atención médica y los fármacos necesarios, sobre todo en los menores de cinco años, en las embarazadas y personas con VIH o con baja inmunidad.

La primera vacuna recomendada por la OMS

Fue en 2021 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la administración generalizada de la vacuna antipalúdica RTS,S/AS01 (vacuna RTS,S) para la población infantil en África Subsahariana y de otras regiones donde la transmisión del paludismo es alta.

Y lo hizo al basarse en los resultados de un programa experimental con el que se había vacunado, desde 2019, a más de 800.000 niños en Ghana, Kenya y Malawi desde 2019.

Esta vacuna contra la malaria es el resultado de 30 años de investigación y desarrollo de la farmacéutica GSK, en asociación con la organización internacional sin ánimo de lucro PATH (dedicada al desarrollo de soluciones tecnológicas relacionadas principalmente con la salud de niños y mujeres) y el apoyo de una red de centros de investigación africanos.

Un nuevo suero: dos países han anunciado la aprobación para su uso

El paludismo mató a 619.000 personas en 2021, con el 96 % de esos fallecimientos registrados en África, según la OMS.

En ese continente es Nigeria el país más castigado por la malaria de todo el mundo, ya que llegó a sumar el 27 % de las infecciones mundiales y el 32 % de las muertes por la enfermedad ese año.

Precisamente Nigeria junto con Ghana son los dos primeros países en aprobar el uso de una nueva vacuna contra la enfermedad desarrollada por la Universidad de Oxford (Reino Unido).

La vacuna, que se conoce como R21/Matrix-M y está fabricada por el Instituto Serum de India, es la primera en superar el objetivo de la OMS del 75 % de eficacia.

Ghana la ha aprobado para ser usada en niños de cinco a 36 meses, el grupo de edad con mayor riesgo de muerte por paludismo.

La vacuna de Oxford es de dosis baja y se puede fabricar a gran escala con un costo modesto. Se sometió a ensayos clínicos en Reino Unido, Tailandia y varios países africanos, incluido un ensayo de fase III en curso en Burkina Faso, Kenia, Mali y Tanzania que ha afecta a 4.800 niños.

Enemigo difícil de batir

“Sobre las vacunas que ya se pueden usar, sí podemos hablar de cambio de rumbo porque tenemos herramientas que no teníamos hasta ahora contra un problema grave que causa cientos de miles de muertos, aunque no hablamos de un cambio de paradigma de cura o de desaparición de la enfermedad en absoluto”, asegura a

Efesalud el portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), Javier Membrillo.

La vacuna contra el paludismo ha tardado en llegar porque es muy difícil encontrar una respuesta inmune al parásito que lo produce debido a los propios

mecanismos que éste utiliza una vez que penetra en el organismo de la persona a la que infecta.

“A veces nos ha costado entender que ninguna vacuna nos va a proteger al cien por cien del desarrollo de una enfermedad. El hecho de que una vacuna no haga desaparecer la enfermedad pero reduzca significativamente el numero de hospitalizaciones y muertes es muy importante”, reflexiona el experto de la Seimc.

Uno de los problemas es que hay peligro de que estos sueros no lleguen a los más desfavorecidos, porque “una vez más estamos ante un problema de salud global frente al que la respuesta no es global y las capacidades de todos los países no son las mismas”.

En este sentido, Membrillo invita a hacer una reflexión global porque alguien de un país desarrollado que viaja a una zona endémica de malaria a través de su sistema sanitario puede adquirir la profilaxis antipalúdica, una facilidad que para nada es la misma en los países más azotados donde “algunos no han visto un médico en su vida”.

Más armas prometedoras contra el paludismo

Hay otro nuevo y prometedor horizonte en el campo de las vacunas contra la malaria: un suero basado en la tecnología de ARN mensajero (ARNm) que ha conseguido una protección completa en modelos animales.

“Al no tener que conseguir una respuesta inmune en el organismo para que se produzcan los anticuerpos, sino que directamente introducimos la molécula que va a dar la orden al organismo durante un breve periodo de tiempo de que produzca el antígeno frente al que queremos que se produzca el anticuerpo, tenemos potencialmente unas posibilidades mayores de éxito”, explica el portavoz de la Seimc.

Sin bajar la guardia

Y a pesar de un futuro esperanzador, no hay que bajar en absoluto la guardia. La amenaza del paludismo aumenta porque las vacunas tienen sus limitaciones, no tienen protección universal. A ello hay que sumar que los expertos en climatología hablan de un aumento de la temperatura media global del planeta de dos grados.

Esto significa que países como por ejemplo España que son de climas templados pasarían a subtropicales y podrían tener el riesgo de la reintroducción de la malaria.
“Ya hubo en España hasta hace no tanto. Tenemos el mosquito en determinadas zonas y potencialmente, como ocurre con otras enfermedades transmitidas por otros mosquitos como el dengue, que poco a poco empezamos a ver puntualmente brotes autóctonos, la malaria podría volver a España en las próximas décadas”, alerta el portavoz de la Seimc.

 


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