Destinos turísticos mexicanos se adaptan a la nueva normalidad

El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente la pandemia de Covid-19 y el mundo entero bajó la cortina. El turismo, como una actividad social y de esparcimiento, ha sido de las más golpeadas, con una aparatosa caída inicial en México de 98% en abril.

La declaratoria de emergencia nacional dejó muchos planes en el cajón. Apenas en enero, a un año de la desaparición del Consejo Mexicano de Promoción Turísica, los secretarios de turismo del país habían diseñado el Plan Maestro 2020, para tomar la promoción de los destinos en sus manos y trabajar juntos para reforzar la imagen de México dentro y fuera de las fronteras.

Tras Covid, los objetivos del plan maestro cambiaron, “pero Asetur se mantiene como una institución promotora del turismo del país. Hay iniciativas que persisten como la de considerar al pez dorado exclusivo para la pesca deportiva y no comercial, o la defensa de los fines de semana largos”, explica Luis Humberto Araiza, presidente de la Asociación de Secretarios de Turismo (Asetur), y titular de Turismo de Baja California Sur.

Algunos planes se retomarán más tarde; sin embargo, Araiza López explica que la asociación mantiene “un frente común estratégico para mejorar la imagen de México en el mundo y ser un foro permanente que promueva alianzas importantes con organismos públicos y privados”.

Desde que la pandemia inició, se unieron para confeccionar protocolos de salud claros para la reapertura, y para armar “alianzas regionales, para trabajar entre destinos cercanos y desarrollar el turismo local, ahora que se presume que la gente no querrá volar mucho ni hacer viajes largos… es directamente una consecuencia del Covid”, señala Carlos Mackinlay, vicepresidente de Asetur y secretario de Turismo de la Ciudad de México.

Estas alianzas ya son una realidad entre los estados del Centro-Bajío y Occidente: Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí Guanajuato, Querétaro y Zacatecas, y entre los del Mundo Maya: Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Tabasco y Campeche.

Este es un acierto, señala AraizaLópez, porque los gobiernos locales no tienen las mismas capacidades presupuestales y materiales para hacer campañas. Aunque los 32 estados de la República mexicana tienen destinos turísticos para promocionar, cuatro de los más fuertes, activos y atractivos para los turistas cuentan sus planes para reactivarse en la nueva normalidad post cuarentena.

Quintana Roo celebra este año el 50 aniversario de la fundación de Cancún, pero lo ha tenido que hacer de manera más discreta. Debido a la pandemia de Covid- 19, “algunos festejos se hacen de manera virtual, otros siguen en agenda y otros se reprogramarán en fechas nuevas”, comenta Marisol Vanegas Pérez, secretaria de Turismo del gobierno del estado.

Conforme se han reactivado las actividades económicas, tras la etapa de confinamiento, los destinos turísticos de Quintana Roo operaron este verano con una ocupación hotelera de entre 25% y 27%.

Con el cambio del semáforo epidemiológico a amarillo, a principios de este mes, los hoteles ya pueden rentar a los turistas hasta 50% de sus habitaciones. De esta forma, la industria turística comienza a despertar en Quintana Roo, aunque todavía no logra recuperar sus estadísticas habituales.

“Cuando comenzó la pandemia, a mediados de marzo, teníamos 323,000 visitantes en el estado, pero ahora (a principios de septiembre) tenemos entre 5,000 y 7,000”, comentó la funcionaria. “Pensamos que vamos a cerrar el año con 60% de ocupación aproximadamente y que tendremos entre 9 y 10 millones de turistas en todo 2020”, comentó Vanegas Pérez.

La economía de Quintana Roo está altamente ligada al turismo, de ahí la urgencia de impulsar medidas de apoyo a esta actividad. Cancún y el resto del Caribe mexicano fueron los primeros destinos del país en recibir, del Consejo Mundial de Viajes el sello de viaje seguro, el cual constituye una señal de confianza al viajero nacional e internacional.

Pero en momentos de crisis hay que ser más creativos, por lo que hace unos meses se presentó la campaña “Lo mejor de dos mundos”, para reforzar la promoción de Quintana Roo en el país y el extranjero. “La campaña está enfocada en el mercado norteamericano y el canadiense. Y en cuanto se empiece a abrir el tráfico aéreo con Europa y Sudamérica, continuarán las acciones hacia esos orígenes”, comentó.

Asimismo, Quintana Roo hace su lucha a través del sitio caribemexicano.travel, presentado en enero pasado, para promover sus atractivos de sol, playa, arqueología y zonas naturales, a través del cual los prestadores de servicios pueden anunciar sin costo su oferta turística.

Las ferias son un escaparate imprescindible para la promoción turística de cualquier destino, pero ante las circunstancias actuales, Quintana Roo debe ser más selectivo.

Por ello, en el Tianguis Turístico Digital se decidió participar solamente en el formato gratuito. “La Junta Directiva del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo tomó la decisión de utilizar los recursos para las acciones de promoción que se están realizando de manera directa”, explica la funcionaria.

Tras recibir el año pasado 14 millones de turistas en hoteles y 1 millón a través de las plataformas electrónicas de hospedaje compartido •como Airbnb•, la Ciudad de México esperaba un aumento en la afluencia turística de entre 1.8 y 2% este 2020 y recuperar la llegada de paseantes nacionales que en 2019.

El coronavirus paró en seco todos los planes. Hoteles, restaurantes, museos, centros comerciales y demás establecimientos no esenciales cerraron sus puertas para disminuir el riesgo de contagio, al tiempo que el presupuesto etiquetado para la promoción de la CDMX, se reorientaró hacia el fortalecimiento de los servicios médicos.

La reapertura para una gran parte de las actividades económicas comenzó el 29 de junio, cuando el nivel de ocupación hospitalaria le permitió entrar en semáforo anaranjado.

Hasta el 7 de septiembre, habían abierto más de 7,780 empresas del ramo turístico, aunque con aforos limitados en principio a 30% de su capacidad. “Lo hicieron mejor los destinos de playa; nos tocó sortear la temporada de verano y en la CDMX, igual que otras ciudades, hemos tenido un desarrollo más limitado en estos primeros meses”, dice Carlos Mackinlay, secretario de Turismo de la Ciudad de México.

Y es que, si bien existe un semáforo federal, también hay estatales y “cada destino debe calibrar bien sus alertas en función de la situación sanitaria y esa se evalúa con número de contagios y hospitalizaciones”. La CDMX ha sido muy estricta en el tema de aperturas, que se han dado de forma gradual y controlada, pues quiere evitar a toda costa regresar a semáforo rojo, que implicaría un cierre total.

“El reto principal sigue siendo la salud. Vamos lentos, pero seguros”, señala Carlos Mackinlay. En este sentido, en vez de emprender una gran campaña de promoción para impulsar el regreso de los turistas, “en la Ciudad de México más bien trabajamos para dar confianza al viajero sobre el destino que visita”, dice Mackinlay, y agrega que una medida importante fue la creación del Timbre de Seguridad Turística.

Este sello certifica que las empresas del sector siguen las medidas y protocolos necesarios para ser bioseguros. Las empresas que lo tienen pueden conocerse en medidassanitarias@cdmx.gob.mx. Asimismo, la CDMX ya cuenta también con el sello internacional Safe Travels (Viajes seguros), que otorga el Consejo Mundial de Viajes y Turismo.

A mediados de septiembre reiniciaron sus actividades, con restricciones, los centros de convenciones, “que ayudará al turismo de negocios, un nicho muy importante para la ciudad”.

Estas actividades, en la nueva normalidad serán distintas: con sesiones más cortas, aforos más pequeños, sanitización de espacios periódicos entre actividades y sin servicios de buffet. Todos los negocios del sector tendrán pequeños cambios, “algunos a la larga se convertirán en norma y otros se espera que sean temporales y que poco a poco regresen a la antigua normalidad”.

Aunque algunos de los eventos más importantes de la CDMX se cancelaron o se pospusieron hasta 2021, como la Fórmula 1, otros fueron replanteados para realizarse en formato virtual, como el Festival de las Catrinas MX. “El fondo mixto de promoción turística hará actividades importantes, todas virtuales, y estarán dedicadas a las personas que lamentablemente han fallecido por esta epidemia.

Pero no habrá desfile sobre Paseo de la Reforma ni Catrinas”. La CDMX espera tener un verano 2021 con niveles de ocupación parecidos a los de 2019, por lo que se prepara para retomar las campañas de promoción en diciembre o enero y recuperar la campaña Ciudad de México: Capital Cultural de América, que se lanzó a mediados del año pasado para desplegar el potencial turístico de la capital.

“Queremos que los viajeros vuelvan progresivamente y recuperar dentro de la nueva normalidad los datos más importantes del turismo, actividad que significa 8% del PIB de la CDMX, 1.5 millones de empleos y una derrama de casi 6,000 millones de dólares, que por supuesto este año no se alcanzarán.

La tierra del tequila ha visto como, poco a poco, los visitantes fluyen hacia sus destinos tradicionalmente turísticos, como Puerto Vallarta, Guadalajara, la Costalegre y sus pueblos mágicos. Pero el panorama ha cambiado, “la gente busca seguridad, confianza, que haya protocolos de higiene establecidos y en eso estamos trabajando con la industria”, comenta en entrevista Germán Ernesto Kotsiras Ralis Cumplido, secretario de Turismo de Jalisco.

La reactivación empezó en junio, de la mano de “diversas industrias, Guadalajara empezó a crecer por el turismo de negocios. La industria automotriz empezó a abrir, convocó a sus ejecutivos y empezó a mover gente”, dice Germán Ralis.

El cambio del semáforo a color amarillo en Puerto Vallarta permitirá a los hoteles operar al 50%, sin embargo septiembre es temporada baja, reconoce el secretario.

En forma emergente, los prestadores de servicios turísticos —principalmente los trabajadores que ganan propinas—, recibieron estímulos del gobierno del estado; mientras que en julio se puso en marcha el programa Reactiva, apoyos económicos para las pequeñas y medianas empresas, incluidas las turísticas.

Pero la mejor recuperación vendrá de la cooperación, de ahí que en agosto pasado, el gobierno de Jalisco firmó una alianza estratégica con los estados de Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas, para impulsar al sector turístico en la región. “Trabajamos para generar acciones conjuntas, que nos permitan capitalizar ciertos elementos regionales.

Por ejemplo, tenemos 32 pueblos mágicos —25% de los registrados en el país—, tenemos muchos de los elementos de la identidad mexicana y elementos gastronómicos importantes”, comenta Germán Ralis sobre la alianza. “Vamos a aprovechar todo eso para el turismo carretero, para la gente que le gusta viajar en trayectos no muy largos, que tengamos la posibilidad de visitar el México que no conocemos, y obviamente aprovechar los destinos de sol y playa —Puerto Vallarta y la Costalegre—, y así reforzar el atractivo turístico de la zona Centro-Bajío y Occidente”, añade.

Germán Ralis adelantó que la alianza dará a conocer un plan de impulso al turismo, una estrategia que involucra hoteles, restaurantes, aerolíneas y otros, para sumar esfuerzos”, concluye el funcionario.

Ciertamente no es el único destino de sol y playa, pero el hecho de que la mayor parte de sus visitantes son extranjeros, aunado a que México no cerró fronteras aéreas, hizo que la reactivación para Baja California Sur fuera más pronta.

“Se dice que la oportunidad está en el mercado doméstico, con viajes cortos y por carretera… y tienen razón, solo que por la cercanía con Estados Unidos (EU), el turista estadounidense nos ve como un destino doméstico”, dice Luis Humberto Araiza, secretario de Turismo, Economía y Sustentabilidad de Baja California Sur (BCS).

El estado trabaja ya en la certificación local Punto Limpio y fue la segunda del país en recibir el sello Safe Travels del WTTC, “un tema importante porque fortalece la imagen de BCS en el exterior y nosotros recibimos muchos extranjeros. Queremos dar una señal de confianza”, dice Araiza.

Desde que comenzó su reapertura en julio, BCS ha visto cómo vuelven sus visitantes, aumentan las frecuencias de vuelos, las playas y los establecimientos llenan su aforo limitado al 30%… y respira nuevamente. “En nuestro estado la principal economía es la turística, es el mayor motor.

Otros tienen la automotriz o la aeronáutica… acá no”. Pero Baja California tiene una ventaja: mientras los otros destinos lamentan la pérdida del verano 2020, para la península apenas viene lo bueno. “Nuestra temporada alta empieza en noviembre, con la llegada de las primeras ballenas jorobadas y el tiburón ballena.

Esperamos estar ya en mejores condiciones”. Ahora que EU flexibilizó la alerta de viaje hacia México, Araiza López espera recuperar los niveles pre Covid a fines de 2021. “La competencia será dura, por eso hay que retomar la promoción como paraguas a nivel internacional y mostrarnos como un país que lo tiene todo”.

Fuente: https://www.milenio.com/


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