Descubren un planeta gigante tan ligero como el algodón de azúcar

La Universidad de Lieja, en Bélgica, ha descubierto un planeta con la misma densidad que el algodón de azúcar. Su nombre es WASP-193b y es el segundo planetamenos denso que conocemos, pero sus rarezas no acaban aquí.

Según indican os investigadores en un artículo publicado en Nature Astronomy, este planeta es incomprensible a partir de nuestras leyes físicas. El cuerpo nos pide decir que “según la ciencia no debería existir”, pero la ciencia no se encarga de decir si algo que ha sido descubierto empíricamente debería o no debería existir, así que, mejor, nos quedamos con lo de que es incomprensible.

Enorme y ultraligero

Dicho de otro modo, si partimos de lo que la ciencia sabe acerca de la formación de planetas, no sabemos cómo es posible que se forme uno tan poco denso. Porque, cuando decimos que tiene la densidad del algodón de azúcar no exageramos. WASP-193b tiene una densidad de 0,059 gramos por centímetro cúbico mientras que el algodón de azúcar tiene 0,05 gramos por centímetro cúbico.

Para que nos hagamos una idea de la diferencia respecto a otros planetas, podemos compararlo con Júpiter, otro gigante bastante ligero. A pesar de que WASP-193b es casi un 50% más grande que Júpiter (tiene prácticamente el volumen de un Júpiter y medio), su densidad es siete veces menor que la de nuestro gigante gaseoso. ¿Cómo podemos saberlo?

Distancias cósmicas

Medir la densidad de un planeta no es fácil, pero cuando ni siquiera está en nuestro sistema solar se vuelve incluso más complicado. WASP-193b orbita una estrella de características parecidas a nuestro Sol, pero ella lo hace mucho más rápido. Lo sabemos porque cuando el observatorio WASP-Sur estuvo tomando datos del cielo nocturno de 2006 a 2008 y de 2011 a 2012, los científicos captaron disminuciones regulares en el brillo de una estrella. Cada 6,25 días reducía su intensidad. A partir de ello pudieron deducir, por la llamada técnica del tránsito, que entre la estrella y nosotros pasaba un planeta que la eclipsaba regularmente, así como su tamaño.

A continuación, emplearon los observatorios TRAPPIST-Sur y SPECULOOS-Sur comprobar que, efectivamente, el objeto que se interponía fuera un planeta. Seguidamente, emplearon la espectroscopía para medir la masa del planeta mediante los espectrómetros HARPS y CORALIE. Ahora que sabían que era un planeta y que conocían su tamaño y su densidad podían deducir que estaban ante el segundo planeta extrasolar conocido con menor densidad, lo cual no es poco decir teniendo en cuenta que ya conocemos más de 5.000 planetas extrasolares. ¿Cómo es posible?

Una bolsa de patatas

La clave es el aire, igual que en las bolsas de patatas. De un tiempo a esta parte, se ha extendido la queja de que en las bolsas de patatas viene más aire que patata y eso es parcialmente cierto. Será cierto si tenemos en cuenta solo el volumen y con aire nos referimos al nitrógeno de las bolsas (que es el principal componente del aire que respiramos, pero no el único).

En este caso, el aire protege a la patata de ser aplastada durante el transporte de la bolsa, pero nos sirve para imaginar a WASP-193b. La densidad de esta bolsa de patatas será muy inferior a la densidad de una patata frita, porque hay que hacer la media ponderada entre la cantidad de patatas y la cantidad de gas, siendo el gas mucho más ligero que la patata. De hecho, cuanto más aire haya, en igualdad de condiciones, menos denso será.

Los investigadores sospechan que el nuevo planeta está compuesto, en su mayoría, de hidrógeno y helio. Hasta aquí no hay ninguna rareza, es la misma composición que tienen nuestros gigantes gaseosos que, de haber sido más grandes, podrían haberse convertido en estrellas. No obstante, en el caso de WASP-193b, estos gases forman una atmósfera enormemente inflada que se extiende decenas de miles de kilómetros más allá de la atmósfera que esperaríamos de un Júpiter.

El misterio

“No sabemos dónde ubicar este planeta en todas las teorías de formación que tenemos ahora mismo, porque es una excepción de todas ellas. No podemos explicar cómo se formó este planeta. Mirar más de cerca su atmósfera nos permitirá delimitar un camino evolutivo de este planeta”, agrega Francisco Pozuelos, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC, Granada, España).

O, en palabras de Khalid Barkoui: “WASP-193b es un misterio cósmico. Resolverlo requerirá un poco más de trabajo observacional y teórico, especialmente para medir sus propiedades atmosféricas con el telescopio espacial JWST y confrontarlas con diferentes mecanismos teóricos que posiblemente resulten en una inflación tan extrema”.

Fuente: https://www.larazon.es/


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