Descansar y tomar todo con calma te vuelve más creativo
Cuando pensamos en alguien creativo generalmente pensamos en personas sobresalientes, como Leonardo DaVinci, Paul McCartney o Steve Jobs, que, en sus respectivos ámbitos, marcaron un antes y un después.
También solemos vincular la creatividad con el humor, y es muy común que a nuestro amigo con más facilidad para hacer una broma de la nada sea considerado el más creativo de la palomilla.
Pero casi nadie vincula la creatividad con tomar una siesta en medio del trabajo o con procrastinar antes de entregar un proyecto muy importante para la empresa en la que laboramos. Curiosamente, la ciencia sí cree que existe un vínculo enorme entre descansar, no tomarnos tan en serio el trabajo y la creatividad.
A continuación te contamos por qué el cerebro creativo necesita descanso.
La creatividad
Definir el acto creativo no es fácil, pero de manera sencilla podemos decir que es una suerte de pensamiento original, una forma de resolver un problema de una forma poco común.
En palabras del psicólogo Robert Keith Sawyer la creatividad es:
“La capacidad de crear, de innovar, generar ideas o conceptos, o nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que normalmente llevan a la resolución de problemas y producen soluciones originales y valiosas”.
En pocas palabras, la creatividad es crear un producto que, para la mayoría, se califica como nuevo, útil o valioso.
Ahora bien, en teoría todos podemos ser creativos, pero siempre sobresale alguien que parece más creativo que el resto. De acuerdo con los expertos una de las condiciones para ser más creativo que la media es tomar todo con calma.
Como diría Clavillazo, la cosa -y la creatividad- es calmada.
Tómatelo con calma
El mundo moderno es un mundo de competencia. Todos sabemos que, en el campo laboral, académico, afectivo, deportivo, y prácticamente cualquier otro, existe otro que podría hacer lo mismo que nosotros hacemos, probablemente mejor, por eso estamos inmersos en una suerte de competencia constante para reafirmar nuestro valor como mercancía útil.
Pero, justo la presión de la competencia y el exceso de trabajo, de acuerdo con los expertos, son dos elementos que frenan la creatividad.
De acuerdo con Brigid Schulte, periodista experta en relaciones laborales y ganadora del premio Pulitzer, se dedicó a investigar cómo funciona la creatividad en su libro Overwhelmed: Work, Love, and Play When No One Has the Time, donde, después de entrevistar a varios expertos concluye que ser workaholic es lo pero para la creatividad.
Por el contrario, descansar y tomar varios breaks en el trabajo ayuda a fomentar la creatividad.
Schulte descubrió que los principales momentos de creatividad ocurren cuando nuestro cerebro se encuentra en reposo y no cuando se trabaja en algo.
No sólo eso, también nos ayuda el ocio. Así, cuando nos encontramos en un momento de relajación viendo el teléfono o haciendo cualquier actividad poco productiva en una interrupción de nuestro trabajo, es cuando es más probable que ciertas redes de nuestro pensamiento que normalmente no están asociadas se conecten entre sí y se comuniquen entre ellas.
Es en estos momentos cuando una idea perdida, un recuerdo de hace años, una imagen de un programa de televisión, un sentimiento afectivo olvidado, y montones de pensamientos aleatorios se combinan para dar forma a una idea novedosa.
La ciencia piensa que descansar te vuelve creativo
La base de la idea de Schulte surge de una investigación de Nicholas W. Kohn y Steven M. Smith, que formaban parte del departamento de Neurociencia Cognitiva Aplicada de la Universidad de Londres.
Los científicos estudiaron cómo interactuban grupos aleatorios para generar ideas. Descubrieron que las ideas más originales no se generaban al presionarlos con jornadas extenuantes de trabajo, sino en ambientes relajados en los que se les permitía tener varios descansos. De hecho, la mayoría de las mejores ideas surgían después de un descanso en el que los participantes hacían alguna actividad improductiva, como charlar, ver un programa de televisión o simplemente tomar un café, cuando es más fácil que nuestra mente vague.
Finalmente, la doctora Sarah Mednick sostiene que tomar siestas en medio de la jornada laboral -siempre y cuando se llegue a sueños en la etapa MOR- ayuda como una especie de ejercicio creativo del cerebro, permitiendo tener ideas más originales.
En el estudio realizado por Mednick, se descubrió que los sujetos que tomaban siestas habituales con sueño MOR obtuvieron mejores resultados en problemas sintácticos basados en la creatividad.
Así, ya sabes que la próxima vez que te atrapen durmiendo una siesta en la chamba puedes aducir que solo buscabas ejercitar tu creatividad.
Fuente: https://www.televisa.com/