Déficit de atención, un trastorno que afecta a miles niños estudiantes
Santo Domingo.-Desde sus cinco años, Carlos demostró ser un niño muy inquieto. Sus padres no tenían paciencia con él; pero su maestra notó que el niño no sólo era intranquilo, sino que nunca prestaba atención a la clase, por lo que le externó esta situación a la sicóloga del plantel, quien analizó todas las actitudes del pequeño y procedió a darle terapia.Luego de varios días, al ver que el niño se mostraba distraído en las consultas, la psicóloga se comunicó con los padres de éste y les explicó que su hijo tenía déficit de atención. De inmediato, sus padres se preocuparon, se informaron al respecto y trataron a Carlos con más cariño. De igual manera, siempre estuvieron pendientes de los avances del niño en la escuela, lo llevaron a terapias todos los días a un psicólogo y a consultas con un neurólogo para descartar algún problema mayor en el funcionamiento de su cerebro.
Ahora Carlos tiene 10 años y, gracias a la ayuda de sus padres, la psicóloga y su neurólogo, él es un niño más atento y obediente.
¿Qué es el déficit de atención?
Carmen Melenciano, psicopedagoga y psicóloga del Instituto San Juan Bautista, explica que el déficit de atención es un trastorno que se manifiesta en el niño, impidiéndole concentrarse y poner atención en la escuela, y provocándole así deficiencia en el aprendizaje.
Minolis Montero, psicóloga clínica, añade que no sólo es un problema de aprendizaje en la escuela, porque los niños con déficit de atención no obedecen a los mandatos de sus padres ni ponen atención a nada.
“Los niños con trastorno de déficit de atención necesitan un cuidado especial, y recibir clases en aulas con no más de 10 estudiantes”, especifica Montero. El trastorno de déficit de atención tiene una edad aproximada para desarrollarse.
Al respecto, Montero expresa que desde los cinco años se puede manifestar este trastorno. “Esa es la edad en que se detecta si el niño no se puede concentrar y si no le pone la atención debida a la clase”, añade.
Causas del déficit de atención
“No se puede decir con exactitud cuál es la causa de que el niño presente déficit de atención, pues se han registrados casos en niños de madres solteras, en familias normales, madres adictas al alcohol o las drogas y cuando el embarazo no es deseado”, dice la psicóloga clínica.
Además sostiene que no se pueden encasillar los motivos por los que el niño presenta déficit, pues se caería en un error. Son muchos los factores que pueden influir en los niños que desarrollan el trastorno.
Comportamiento
El comportamiento de los niños con déficit de atención muchas veces es confundido con los de un niño hiperactivo; por eso, los padres deben estar pendientes no sólo del comportamiento del niño; deben preocuparse por su rendimiento escolar y cómo reacciona ante cualquier situación.
“Hay padres que se rehúsan a aceptar que su hijo pueda tener algún problema, ignorando que la mejor ayuda para el niño es que ellos le tengan paciencia”, expresa Montero.
LA DEFICIENCIA Y CÓMO APLICAR TRATAMIENTOS
La sicoterapeuta Carmen Melenciano indica que se pueden presentar tres tipos de déficit de atención: leve, moderado y severo. Los dos primeros son controlables en poco tiempo con terapia y el apoyo de los padres; pero el déficit severo provoca que el niño no entienda nada, esté ausente totalmente, olvide todo. La buena noticia de este tipo de déficit es que se puede controlar, pero para eso los padres, médicos, y un psicólogo deben trabajar unidos.
“Para poder ayudar a un niño que presente este trastorno hay que trabajar en conjunto: un pediatra, neurólogo, psicólogo y los padres que son la principal ayuda para controlar la deficiencia”, expresa Melenciano.
Cómo tratarlo
“Los niños con deficiencia padecen de ansiedad, y autoestima baja; por ello necesitan más cuidado”, explica Melenciano.
Los padres deben tener paciencia, dedicarle más tiempo a su hijo y ponerle más atención. Deben integrarse y no pensar que es solo papel del maestro.
Los sicólogos tienen la función de trabajar la atención y la concentración por medio de terapias que ayuden al niño a mantener la atención en lo que se quiere (matatiempo, rompecabezas, etc.), mantenerlos supervisados y controlarle la ansiedad.
Además, deben mantener una relación directa con los padres y los médicos.