Convierten avión en restaurante bar en México

Ciudad de México.- Toda una vida sobre un avión es la que ha tenido Jorge Varela, quien luego de 20 años de trabajar como sobrecargo, perdió el empleo que le dio estabilidad económica y personal, vacaciones al menos 3 veces por año y una colección de autos clásicos valuada en miles de pesos, pero que no valían para darle de comer a su familia.

En la calle y sin empleo, don Jorge, con 50 años a cuestas, se las ingenió para sacar adelante a su esposa e hijos, vendió tortas y tacos en el mercado del centro de Cuernavaca e intentó contratarse con otra empresa, pero por su edad ya era difícil, así que un día se le ocurrió emprender su propio vuelo y poner un restaurante-bar dentro de un avión.

Flyer’s Snack-Bar es un lugar poco común, ahí se puede beber desde un kamikaze flyer’s, hasta una aerochelada.

A unos cuantos metros de la carretera México-Cuernavaca, en la colonia Acapantzingo de la capital morelense, se puede observar un avión modelo Fokker F-27-100, de origen alemán, que se ha convertido en uno de los bares más concurridos de la zona, en donde los visitantes se “imaginan que vuelan”, asegura su dueño.

-¿Cómo surgió la idea del avión-bar?

“Al no conseguir ningún otro trabajo, me surgió la idea de poner un bar que estuviera adornado con cosas relacionadas a la aviación y al comentárselo a mi familia, mi hijo mayor, Didier, que quiere ser piloto, me dijo: ‘oye, papá, ¿y si compramos el fuselaje (estructura) de un avión para hacer un bar?’ Eso se me hizo una gran idea.

Ahora es un lugar donde la gente puede venir a pasársela bien, estar dentro de un avión, tocarlo y visitar la cabina, pues hoy con los problemas que ha habido en la aviación, el reglamento es muy estricto y no te permiten conocer más allá de los asientos, pero aquí pueden acercarse a ese mundo”.

-¿Qué le han dicho las personas sobre este exótico bar?

“Muchos quedan asombrados y me felicitan, aunque al principio creían que estaba loco, pues vendí mi casa y todo lo que tenía para poder tener este avión-bar. En primera, no era comprar cualquier cosa; en segunda, ¿cómo lo iba a traer hasta este lugar? Porque no sólo era conseguir el avión, sino buscar los medios para trasladarlo.

Cuando lo traje y la gente lo vio todo quemado y en ruinas no creían que fuera a funcionar, pensaban que había tirado todo mi dinero a la basura, aunque poco a poco le fuimos dando forma al proyecto, hasta lograrlo. Ahora algunos compañeros se me han acercado para proponerme realizar el mismo proyecto en otros lugares, pero me he negado, porque esto es de mi familia

y no lo pienso compartir”.

Fuente: http://www.tvnotas.com.mx/


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