Controlador aéreo revela cómo avión de guerra persiguió ovni en Bogotá

“Torre El Dorado, lo tengo a la vista. Salgo en su persecución, autoríceme el sobrepaso”.

El avión T33 de la Fuerza Aérea con matrícula 2072 había empezado un vuelo visual desde la base militar de Palanquero, en Puerto Salgar, Cundinamarca, con rumbo al aeropuerto El Dorado, en Bogotá, donde ciertas anomalías habían sido registradas tanto por pilotos que allí se dirigían como por controladores aéreos.

Eran las 9 de la mañana, a mediados del año 1964. Ese día, contó el experimentado controlador aéreo Eduardo Russi, la Fuerza Aérea colombiana enviaba a dos aeronaves Lockheed T-33 Silver Star, aviones de combate de fabricación estadounidense y que habían participado en la Guerra de Corea, en la década de los 50, con el objetivo de brindar apoyo a este aeropuerto. Estos aparatos eran de lo más sofisticado en el país para la época.

Semanas atrás, dijo Russi, cierta alerta se había despertado en el aeropuerto El Dorado. Primero, el piloto de un DC4 de Avianca, hacia las 8 de la noche, cuando se aproximaba a la sabana de Bogotá, cerca de Facatativá, llamó trastornado al control de aproximación para informar que se le acababa de cruzar otro avión a la misma altura.(Esta historia fue publicada originalmente en 2019).

Sin embargo, desde la Torre de control le manifestaron que su apreciación no tenía lugar, pues en la zona el único avión que estaba volando era el que él estaba piloteando. “Cuál avión, usted es el único en la zona. No hay ningún tráfico”, le respondieron al aviador, reseñó Russi.

Una semana después de ese leve inconveniente, un hecho más sorprendente causó revuelo entre los controladores aéreos de El Dorado, entre ellos Russi. El piloto de un avión Costellation de Avianca, cuyo origen era Cartagena, llamó alarmado por unas supuestas luces que pasaban por encima y debajo de la aeronave que conducía. El suceso fue constatado por los operarios del aeropuerto, pues también vieron cuando las luces “jugarreteaban” con el medio de transporte.

Estos acontecimientos eran inusuales, al punto que de la Fuerza Aérea de Colombia (FAC) decidió enviar a aquellos T33 para brindar apoyo y conocer si esas luces que habían manifestado ver representaban algún tipo de riesgo y descubrir de qué se trataba.

Aquella mañana, Eduardo Russi oficiaba como titular de la Torre de control aéreo de El Dorado, una de las instrucciones que le dio su jefe, Pedro Sánchez, era estar atento a la llegada de los aviones de la FAC. Las condiciones climatológicas no podían ser mejores, señaló, el cielo estaba azul, despejado, tanto así que se podían ver los nevados del Ruiz y del Tolima.

“Ustedes tanto que fregaron (molestaron) con esas cosas de las apariciones, que la Fuerza Aérea les va a dar gusto. Vienen de traslado por si acaso algo sucede”, le manifestó Sánchez a Russi.

El primer T33 en salir desde Palanquero fue el FAC 2072.

-El Dorado de Palanquero: tome nota, el Fuerza Aérea 2072 despega de Palanquero a El Dorado. Va en vuelo de traslado, en plan visual, se lo cambiaré por El Rosal.

El Rosal es un pueblo que queda en la sabana de Bogotá, cerca del municipio de Subachoque. Tan solo un par de minutos después, una nueva llamada desde Palanquero fue contestada por Russi.

-El Dorado de Palanquero: tome nota, el Fuerza Aérea 2070 despega para El Dorado. Vuelo de traslado, plan visual, se lo cambiaré por El Rosal.

Russi manifestó que después de unos 10 minutos, el FAC 2072 le indicó que estaba entrando por El Rosal, por lo que quedaba al tanto de las instrucciones para aterrizar. Desde la Torre de control se emitió la orden para que se le notificara cuando pasara por la baliza, un objeto señalizador a unas cuantas millas de la pista 1-2 de El Dorado, cerca de Funza, para así autorizar el aterrizaje.

Tras esa comunicación, Russi notó que los maleteros, los encargados de tanquear los aviones y quienes se encontraban en plataforma lo señalaban a él en la Torre de control. Inicialmente, pensó que lo apuntaban porque quizá temblaba, pues en la edificación donde se encontraba solo se apoyaba en dos columnas, por lo que esta se pendulaba cuando un sismo ocurría. Sin embargo, observó a sus lados y vio que nada se movía. El controlador atendió una nueva llamada, en este caso era desde la plataforma.

-Oiga, encima de la torre hay una cosa toda rara, ¿qué es eso?

El entonces joven Russi acercó su cara al vidrio, miró hacia arriba y, pese a la insistencia que le hacían por teléfono, manifestó que no veía nada. Por lo que colgó esa comunicación y atendió al FAC 2072, aeronave que indicó que estaba cruzando la baliza exterior y se le autorizó el aterrizaje.

El teléfono volvió a sonar. La llamada era de Avianca.

-Encima de la Torre hay algo, ¿qué es eso?

Ante la constancia en ese detalle extraño, Russi volvió a pegar la cabeza al vidrio y, en efecto, sobre la Torre de control había un aparato. El controlador describió que era un objeto redondo, como una rueda, su color era amarillo profundo, fuerte y con unas partes negras. En el centro de la esfera se notaba una luz blanca e intensa, como la de la soldadura eléctrica. “Brillaba más que el Sol y eso que el día estaba totalmente despejado”, indicó.

Para ese instante, el FAC 2072 estaba por aterrizar, pero justo antes Russi contó que en una nueva comunicación indagó si la aeronave tenía el objeto no identificado a la vista.

-FAC 2072 de Torre El Dorado: ¿tiene a la vista el objeto no identificado?

-El Dorado de FAC 2072: correcto, Torre, lo tengo a la vista. Salgo en su persecución, autoríceme sobrepaso.

-FAC 2072 de Torre El Dorado: autorizado.

El T33 FAC 2072, un avión de ataque, utilizó su potencia para aprovechar su máximo rendimiento y llegar hasta el objeto. Russi recordó que la aeronave subió y detalló que estuvo a 2.000 pies (unos 600 metros) de distancia del objeto no identificado.

Desde la Torre de control, el hombre observó cuando el aparato desconocido subió de manera vertical sin hacer ruidos mientras el FAC 2072 intentaba acercarse.

A los tres minutos de iniciada la persecución, el piloto del avión volvió a comunicarse con Russi.

-Torre El Dorado de FAC 2072: Torre El Dorado, le informo que tengo nivel de vuelo de 31.000 pies y el avión no da más. Tampoco tengo combustible suficiente. Autoríceme descenso.

El objeto luminoso se desplazó hacia el oeste, en un ángulo de 45 grados, y se perdió. “¿Qué fue? No lo puedo decir. No lo sé. No sé qué vi, pero que lo vi, lo vi”, dijo Russi.

El FAC 2072 y 2070 aterrizaron. Russi quedó anonadado por lo que acababa de ocurrir, pero ahora, 55 años después, sigue lamentando su inexperiencia para entonces, pues solo le quedaron grabadas las matrículas de los aviones y los nombres de los pilotos olvidó preguntarlos.

A los controladores aéreos, contó Russi, el jefe Pedro Sánchez les ordenó guardar silencio con lo ocurrido, una instrucción que también habría sido dada a los pilotos de la FAC, quienes después de unos días volvieron a Palanquero.

“Fue la primera y única vez que vi algo así en 50 años de carrera. Todos estos casos tienen un común denominador: hay el evento, pero se pide que no se hable de eso”, indicó Russi.

Eventos similares como el de Russi son materia de investigación en Estados Unidos, donde recientemente el New York Times elaboró un informe en el cual pilotos de la Marina indican que, entre el 2014 y 2015, vieron extraños objetos que alcanzaron los 30.000 pies con velocidades hipersónicas y no pudieron identificarlos. (Más de esta noticia: Pilotos militares de EE. UU. han reportado el avistamiento de ovnis)

Estas velocidades de las que hablan en el informe del medio extranjero son similares a las que Russi dijo que vio en su episodio, las cuales -insiste- que ninguna aeronave, ni siquiera actuales, pueden alcanzar.

Este tipo de reportes aéreos, reconoció el Pentágono, son investigados por el departamento de Defensa de Estados Unidos. “El Pentágono continúa y continuará investigando, a través de su procedimientos ordinarios, los reportes de aeronaves no identificadas encontradas por aviadores del Ejército estadounidense, en función de protegernos contra cualquier sorpresa estratégica realizada por los adversarios de nuestra nación”, dijo el portavoz de esa institución Christopher Sherwood.

Para Russi, las autoridades y gobiernos pareciera que no están interesados en que se divulguen estas situaciones, por lo que considera que queda en el ambiente que la cuestión o el evento se efectuó, pero no trasciende a las personas.

Respecto a la aparición de ovnis en la capital del país, Germán Puerta, director del Planetario de Bogotá, señaló que es común que las personas digan que los ven, teniendo en cuenta que hay muchos fenómenos aéreos, como aviones, drones y satélites, además de la Estación Espacial Internacional, la cual es muy brillante. Todos estos elementos se pueden confundir con objetos no identificados.

“Al Planetario llegan imágenes y videos de fenómenos aéreos, pero sobre estos no se puede decir mayor cosa. Que hay un objeto luminoso o que se mueve, eso no deja alguna evidencia. No se puede decir nada sobre ello”, señaló.

Fuente: https://www.eltiempo.com/


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