Con Revista Vehicular quedó evidenciado que somos un país de locos

Por: Yovanny Ant. Vargas

La socorrida expresión que afirma que República Dominicana es un país de locos, ha quedado evidenciada con el traumático proceso que le ha tocado vivir a la ciudadanía para la renovación de la mal llamada Revista Vehicular.

Una interminable fila en el Banreservas, para comprar el pírrico impuesto de RD$45.00, para luego tener que trasladarse a esperar tres o cuatro horas para que su vehículo sea “inspeccionado”; y total para nada.

Y es que el país seguirá lleno de chatarras. Luego que pase el furor del “operativo” de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), imponiendo las multas a los vehículos que transiten sin la famosa “Revista”, todo volverá a ser igual.

Esto sería tomándole la palabra al director de la Dirección General de Tránsito Terrestre (DGTT), licenciado Luis Osvaldo Estrella Pichardo, quien ha afirmado que esta vez no se incurrirá en la incautación ilegal de los vehículos en falta.

Aunque justo es reconocer que las autoridades dieron el tiempo suficiente para la revisión vehicular, dicen que la costumbre hace ley, y el desorden generalizado en todo lo relacionado con el transporte terrestre ha hecho que se pierda el respeto a las normativas. Muestra de lo anterior es la enorme cantidad de vehículos que transitan sin las placas, y mucho menos hablar del alto porcentaje de choferes que nunca han obtenido una licencia de conducir.

Lo más grave de todo, es que por el Gobierno estar detrás de recaudar no más de cien insignificantes millones de pesos, no se evalúa los probablemente miles de millones que perderá el país en falta de productividad por las horas sin trabajar; y sin calcular el combustible consumido.

Pero un grupito muy beneficiado: los buscones y empleados de la DGTT que hicieron su agosto en enero y febrero.

¿Algún día tendremos una verdadera revisión vehicular?

Ojalá que algún día en el país se implemente una verdadera revisión técnica vehicular, cuyo verdadero propósito sea mejorar la seguridad vial, y no el fin de demostrar la eficiencia recaudatoria de un funcionario.

Talleres certificados por la DGTT, estratégicamente ubicados por todo el país, sería la solución.

La condición de los elementos estructurales, sistema eléctrico y luces, frenos de servicio y de estacionamiento, sistema de suspensión, sistema de dirección y tren delantero; entre otros, aunque sin olvidar los sistemas de escape y ruido, tan importantes para la preservación del medio ambiente.


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