Cómo son los primeros prototipos de autos eléctricos con baterías de estado sólido

Así como ocurre con los teléfonos celulares, un dispositivo electrónico que adquiere energía eléctrica desde una batería, está constantemente expuesto a mayor exigencia de uso, y al compromiso de acompañar ese uso más frecuente e intenso, con una mejor autonomía y carga en menos tiempo.

Con los autos eléctricos pasa lo mismo. Y si bien las marcas siguen desarrollando nuevos componentes y cargadores de alta velocidad, la realidad es que al ritmo que crece la demanda de autos eléctricos, la industria no puede relajarse un minuto y se enfoca en brindar evoluciones que acompañen el cambio de paradigma de la movilidad en el planeta.

Los súpercargadores, por ejemplo, reducen considerablemente el tiempo muerto de los usuarios mientras esperan tener energía para seguir su viaje, pero no hay que abusar de ese modo de recarga, porque, al igual que ocurre con los teléfonos móviles, el ciclo de vida de una batería expuesta a cargas de alta velocidad se reduce considerablemente. Y como bien se sabe, el costo más alto que justifica la diferencia de precio de un auto eléctrico sobre uno de combustible fósil, es precisamente la batería.

Por eso fábricas de autos y de baterías, no cesan en la búsqueda de nuevas soluciones, y una de ellas podría ser la adopción de baterías de estado sólido, que según todos coinciden, tienen mayor potencia, autonomía y tiempo de carga.

Toyota está trabajando en todos los frentes al mismo tiempo: prepara la presentación su SUV 100% eléctrico para 2022 bajo el nombre de bZ4X, además continúa los ensayos y desarrollos de las dos versiones de autos propulsados a hidrógeno – el Miraí con pila de hidrógeno y el Corolla de inyección de directa de hidrógeno al motor de combustión interna-, y también reveló que sus avances en el prototipo de auto eléctrico con batería de estado sólido, han dado grandes pasos.

El prototipo, como todo proyecto futurista, tiene formas extravagantes, que pueden terminar siendo algún día parte de un diseño que se comercialice en la red de concesionarios o no, pero lo interesante es el concepto que han mostrado.

El proyecto comenzó en junio de 2020 con un modelo que se utilizaba únicamente en circuitos de prueba, pero después de los primeros ensayos, se hicieron las reformas necesarias para recibir la homologación como prototipo para poder circular por calles abiertas, lo que les permitió acelerar el desarrollo.

Las baterías de estado sólido sustituyen los electrolitos líquidos utilizados en las baterías de litio actuales por material sólido, lo que inmediatamente redunda en una ventaja de seguridad porque resultan mucho menos inflamables. Esto permite que puedan funcionar en una franja de temperatura más amplia que las actuales. La teoría dice que, gracias a esto, las baterías de estado sólido lograrían una mayor entrega de energía, así como tiempos de carga mucho más rápidos, debido al menor riesgo de desbordamiento térmico con un incendio como consecuencia.

Pero otra de las ventajas hipotéticas, es que las baterías de estado sólido podrían ser parte incluso de la carrocería de los autos, lo que posibilitaría que los autos sean menos pesados. Para graficarlo, un techo podría ser una batería, o los guardabarros y los parantes o pilares también. Es decir, las partes que no se mueven de una carrocería.

Pero por el momento, tanto para Toyota como para los otros fabricantes que, como VW, Ford o BMW, que también investigan y desarrollan esta tecnología, el principal problema sigue siendo la vida útil de la batería. De hecho, directivos de Toyota han reconocido que “la corta vida útil era un problema. Para resolver este y otros problemas, tenemos que seguir desarrollando, principalmente, materiales electrolíticos sólidos”.

Aun así, los japoneses siguen con la mira puesta en que para 2030 puedan fabricar baterías por un total de 180 GWh y con la posibilidad, si hay demanda, de pasar de los 200 GWh.

El gran objetivo de todos los que apuestan por las baterías de estado sólido, es que puedan llegar a lograr los mismos tiempos de carga que requiere hoy, detenerse en una estación de servicio y completar el tanque de combustible fósil, a la vez que podrían evitar los problemas ecológicos o medioambientales que supone la extracción del litio en la actualidad, del que poco se habla, pero que es un problema que la industria no desconoce.

Fuente: https://www.infobae.com/


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