Cómo ser amable con los demás puede proteger tu organismo
A todos nos gustaría tener algunas formas rápidas y sencillas de mejorar nuestra salud, pero estamos inundados de consejos a menudo contradictorios.
Así que si vas a probar una sola cosa para mejorar tu bienestar mental y físico, ¿cuál podría ser?
Tal vez un poco de té verde para aumentar la capacidad cerebral o hacer una plancha durante unos minutos para regular la tensión arterial.
¿Y qué tal hacer unos pequeños actos de bondad para beneficiar a tu sistema inmunitario?
Son las 11:00 de la mañana y acabo de hacer algo que podría mejorar mi estado de ánimo, aliviar el dolor y también reducir la inflamación crónica: preparé una deliciosa taza de café para mi mujer, Claire, que adora el café a estas horas de la mañana.
Hacer una taza de café para alguien no va a cambiar radicalmente su salud. Pero sorprendentemente, los actos regulares de amabilidad pueden marcar una gran diferencia.
Obviamente, la amabilidad beneficia a quien la recibe. Pero una nueva investigación demuestra que la amabilidad también puede ser sorprendentemente beneficiosa para quien la practica.
Ser amable con regularidad puede aumentar la felicidad y reducir los síntomas de depresión y ansiedad.
Pero lo que me parece especialmente impresionante es que también parece tener un poderoso efecto en nuestro sistema inmunitario al reducir la inflamación.
Un pequeño experimento
A la vez que investigaba sobre cómo los actos de bondad mejorar la salud, quise hacer un pequeño experimento: convencer a Sam, un gestor de proyectos de Kent (Reino Unido) para que incluyera algunos actos de amabilidad más en su rutina diaria.
Para ello, primero le pregunté a Sam cómo va su estado de ánimo.
“Definitivamente fluctúa. Tengo un trabajo bastante estresante y puede llegar a agobiarme”, me cuenta.
Además, me dice que vive solo y “centrado en sí mismo”.
Le propongo como reto para la semana hacer tres gestos amables, tal vez escribir una nota a un amigo que necesita un poco de apoyo en este momento, o realmente cualquier cosa, pero tres cosas diferentes.
Acepta… ¿Cómo le irá? Lo iremos descubriendo a lo largo de este artículo.
La activación del cerebro
Para empezar, hay estudios que demuestran que ser amable con los demás puede mejorar significativamente nuestro estado de ánimo.
En un estudio realizado en 2023, los científicos dividieron de modo aleatorio a distintas personas con depresión leve, ansiedad o estrés en tres grupos.
Un grupo realizó tres actos de bondad a la semana durante cinco semanas. A otro grupo se le pidió que fuera más sociable y el grupo final hizo una forma escrita de terapia cognitiva-conductual.
Los científicos descubrieron que, de las tres actividades, los actos de amabilidad tenían el mayor efecto sobre el estado de ánimo y reducían de modo significativo la ansiedad y la depresión.
¿Por qué y cómo la amabilidad mejora nuestro estado de ánimo?
El cerebro puede mostrar cuando alguien decide ser generoso o cooperar con los demás, ya que se activa una zona de él conocida como cuerpo o núcleo estriado.
Esta parte del cerebro responde a las cosas que pueden tener efectos gratificantes, como comer alimentos sabrosos.
Se cree que su estrato es la base biológica de ese calorcito de buenos sentimientos que obtenemos cuando somos amables.
Pero al hacer un escáner del cerebro se revela otra cosa igual de sorprendente: la amabilidad puede ayudar a aliviar el dolor.
En un estudio reciente, bastante macabro, se administró a los voluntarios dolorosas descargas eléctricas mientras decidían si donaban dinero o no. Los que donaron sintieron menos dolor.
Otro estudio descubrió que donar sangre dolía menos que sacarse sangre para un análisis, aunque la aguja fuera el doble de gruesa.
Los primeros días de Sam
Chequeo con Sam a mitad de semana cómo le va con sus gestos de bondad.
Me cuenta que ya hizo dos de los tres que le encomendé.
“Hice algo muy bonito por uno de mis amigos y por mi madre. Le escribí una nota larga y bonita de parte de mi padre, de mi hermano y de mí diciéndole lo mucho que la apreciamos. Se puso muy contenta”, me cuenta Sam.
Me dice que notó una diferencia en su estado de ánimo: “Me siento mucho más optimista de lo normal y también ha tenido efectos muy positivos en algunas de mis relaciones”.
Se sorprendió mucho ver cómo la gente apreciaba un gesto que surgió de la nada.
“Tengo muchas ganas de pensar en algo grande para mi último acto de bondad el final de la semana”, me dice.
Más gratitud, menos estrés
Además del impacto de la amabilidad en el estado de ánimo y el dolor, existen investigaciones fascinantes sobre cómo ser amable con otras personas puede reducir las hormonas del estrés y la inflamación crónica, lo que puede beneficiar a tu salud en general.
La doctora Tristane Inagaki de la Universidad Estatal de San Diego, estudió los beneficios para la salud de la amabilidad y descubrió que puede reducir la inflamación crónica.
Para hacerlo, se realizó un estudio en adultos de entre 25 y 76 años a los que se les extrajo sangre y se les midió el nivel de interleucina-6 o IL6, un marcador inflamatorio.
Los voluntarios dijeron a cuántas personas y organizaciones brindaron ayuda, apoyo o amabilidad.
“Descubrimos que ser amable con más personas y organizaciones, como amigos y familiares, pero también ser voluntario, aunque sea sin recibir el mismo trato a cambio, se asocia con una menor inflamación”, apunta Inagaki.
La doctora señala que el tipo de inflamación que investiga en este caso no es la puntual que puede aparecer, por ejemplo, cuando nos hacemos un corte, sino la inflamación crónica o sistémica, que afecta a todo el cuerpo y aparece en la sangre.
Ante una infección, una lesión o toxinas, en general algo nocivo que puede hacerle daño a tu cuerpo, la inflamación surge como un proceso de tu organismo, de tu sistema inmune, para luchar contra esos males, como mecanismo para curarse a sí mismo.
Cuando la amenaza cesa, la inflamación debería parar. Pero si el sistema inmune no cesa, se produce una respuesta inflamatoria que puede ser crónica, que puede ser peligrosa porque se asocia a la pérdida de función de muchos procesos fisiológicos y patológicos.
“Sabemos que este tipo de inflamación conduce a una serie de diferentes enfermedades. Así que es bueno tener una menor inflamación sistémica. La inflamación crónica predice todas las enfermedades comúnmente conocidas, enfermedades cardiovasculares, cáncer o incluso depresión”, sostiene.
En otro estudio, Inagaki indagó sobre la relación entre la amabilidad y el estrés. Y, al igual que ocurrió con el caso anterior, en personas que habían hecho algún ejercicio práctico que implicaba mostrar amabilidad, posteriormente su respuesta fisiológica al estrés ante un estímulo fue menor, por ejemplo, tuvieron menor presión arterial, explica.
Y esto, a su vez, reduce la inflamación crónica.
“Hay un vínculo muy fuerte: aquellas personas que están más estresadas de modo crónico muestran una inflamación sistémica mucho mayor”, cuenta la doctora Inagaki.
Así, dice, “reducir el estrés y la inflamación son unos de los mayores beneficios de mostrar amabilidad”.
Cómo ponerlo en práctica
Pregunté a la doctora Inagaki por dónde recomendaría empezar a aquellas personas que quieren practicar y hacer más actos bondadosos.
Y es algo tan sencillo como lo que yo mismo hice con mi mujer: llevarle una taza de café.
“Se pueden hacer cosas en la vida diaria, dentro de casa. Llevarle un té o un café a un vecino. Tal vez hornees algo y se lo dejas en la puerta o lo llevas al trabajo. También puedes hacer favores a compañeros, pequeños detalles. Es algo que puedes hacer en tu vida cotidiana”, sostiene Inagaki.
Son gestos muy pequeños que suman y pueden tener un gran impacto.
Y la investigadora advierte: “No recomendamos gastar dinero. Se trata más bien de pequeñas cosas, pequeños esfuerzos”.
Y recomienda hacer tres tipos de cosas a la semana e ir variando esos actos amables. Por ejemplo, hacer algo tener un acto amable con la pareja, luego con otro miembro de la familia y después con un compañero de trabajo cercano.
El final de la semana de Sam
Pasados 7 días y tres actos de bondad en la vida de Sam, me cuenta que disfrutó todo el proceso y que eligió a su hermano como objeto para su último acto amable dentro de este pequeño experimento.
“Mi hermano lo ha pasado mal últimamente, así que cuidé de sus hijos durante un día para que él y su esposa se tomaran el día libre. Y sé que realmente lo apreció”, me explica.
Y también vio sus beneficios en carne propia.
“Afectó a mi vida de una manera bastante agradable. Definitivamente me divierto, es fácil conectar con algunas de las personas de mi vida después de hacer esto… Sin duda, es algo que quiero seguir haciendo”, sostiene.
Es estupendo ver cómo Sam disfrutó de su reto de amabilidad. Yo también intento incluir más actos amables en mi rutina diaria.
¿Por qué no intentarlo? Harás feliz a la otra persona y puede que reduzca tu inflamación crónica. Y ya está.
Es una cosa que puedes hacer ahora mismo, que realmente podría beneficiar a tu cuerpo y a tu vida.