Cómo la pandemia impacta en la lucha contra la obesidad infantil

La obesidad infantil es uno de los grandes problemas que vienen afectando a los niños desde mucho antes del confinamiento por la pandemia del covid-19, y la situación que se ha agravado por la falta de actividades físicas entre los más pequeños.

Los bloqueos implementados a escala mundial desde los primeros días del 2020 han impactado negativamente la dieta, el sueño y la vida recreativa en los niños, explican conocedores del tema.

El nutriólogo clínico Carlos Bolívar Lebreault Medina define la obesidad como una acumulación de grasa que perjudica la salud, y que produce un ambiente proinflamatorio de base, el cual da al traste con las complicaciones de salud multisistémicas conocidas.

Considera que la ganancia de peso, sobre todo en la población infantil, es una situación multifactorial que se genera por varias causas. Durante la pandemia existen múltiples factores combinados que conlleva a la obesidad, como por ejemplo el sedentarismo o inactividad por el confinamiento.

Estar sin realizar ningún tipo de ejercicio físico no es saludable, ya que el cuerpo no tiene un balance energético adecuado para expulsar lo que consume durante el día.

Otro factor no favorable, según el especialista, es la alteración de la ingesta, el aumento de consumo de comidas de bajo contenido nutricional y alto contenido energético.

La larga jornada escolar de forma virtual desde la casa también contribuye al aumento en la obesidad en los pequeños. Según el médico, esta situación no solo produce alteración en el peso por la inactividad a la que están sometidos los niños, sino que además puede causar lesiones de columna cervical y síndrome del túnel carpiano.

¿Cómo afecta la obesidad a los infantes?

La obesidad en edades infantojuveniles promueve las alteraciones cardiometabólicas a una temprana edad. Estos jóvenes tienen tendencia al desarrollo de enfermedades crónicas transmisibles como la hipertensión arterial, dislipidemia (problemas de colesterol y triglicéridos), hígado graso no alcohólico y resistencia a la insulina, la cual es el paso inicial al desarrollo de diabetes a una edad temprana.

“Inicialmente la obesidad agrava enfermedades propias del individuo, es el caso de los jóvenes que sufren problemas respiratorios como el asma bronquial, desarrollo de enfermedades crónicas a temprana edad, hipertensión arterial, diabetes mellitus 2, resistencia a la insulina e hígado graso no alcohólico”, explicó el obesólogo dietista.

Riesgo de diabetes

La obesidad produce un ambiente intra y extracelular inflamatorio. Esto hace modificaciones en lo referente a la señalización de múltiples hormonas, comprometiendo el funcionamiento normal de estas. Es el caso de la señalización de la insulina.

La obesidad visceral (abdominal) produce disminución de la captación de la glucosa (azúcar) a nivel muscular, haciendo que el páncreas tenga que trabajar de forma excesiva para compensar el aumento de la glucosa en sangre.

Esto produce lo que conocemos como estrés oxidativo y a su vez apoptosis (muerte celular) de la célula pancreática y es el desencadenante de la diabetes tipo 2 ligada a obesidad.

Prevención

Para prevenir el sobrepeso en la infancia, el experto ve como fundamental que los padres diseñan una serie de hábitos en el niño, en los que le den prioridad a la alimentación y el ejercicio, ya que ambos temas jugaron un rol de mucha relevancia en el aumento de la enfermedad durante los meses fuertes del confinamiento.

Ante el riesgo de ver que sus pequeños pueden caer en la obesidad, Lebreault Medina pide a los padres buscar ayuda de un personal de salud capacitado, además de mantener una constante evaluación pediátrica con mediciones de peso y talla. También les exhorta vigilar cualquier cambio en la conducta alimenticia del niño y el núcleo familiar, ya que los pequeños copian mucho de sus padres.

Realizar actividad física diariamente por promedio de una hora de forma moderada es favorable para no caer en la enfermedad, indica el especialista, quien trabaja como médico asistente para el servicio nacional de salud (SNS) y como docente de la maestría en obesidad y dietética del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

Dato importante

Luego de que la obesidad es una realidad en un infante, es recomendable que los padres consulten con un personal multidisciplinario que contenga nutriólogo, pediatra y un profesional de la salud mental. Se debe modificar la ingesta de alimentos del pequeño y seguir las recomendaciones nutricionales de un profesional de la nutrición.

En puntos

Vulnerabilidad.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la llegada de coronavirus trajo mayores retos en el cuidado y prevención de la obesidad. Estudios señalan que dicha enfermedad aumenta el riesgo de enfermarse gravemente o morir a causa del virus.

Malnutrición.

Esto sumado al contexto de pandemia, puede profundizar las dificultades para el acceso a alimentos de calidad y la realización de actividad física; adicionalmente, las barreras económicas y el aislamiento podrían incidir en la malnutrición de la población infantil y adolescente del país.

 


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