Cómo evitar que las altas temperaturas afecten a los neumáticos

Con la llegada de la época estival, Bridgestone recuerda la importancia de revisar los neumáticos, con el objetivo de reforzar la seguridad vial, en estos meses en los que se prevén 94 millones de desplazamientos en nuestro país, según la Dirección General de Tráfico. Además, se están viviendo semanas de altas temperaturas que rozan o superan los 40 grados en algunos puntos de la geografía española, lo cual también afecta al desgaste de los neumáticos, el único punto de contacto de los turismos con el asfalto, y uno de los elementos principales de seguridad activa del vehículo.

En este sentido, cabe remarcar que los neumáticos, cuyo valor óptimo de funcionamiento está en torno a los 60 grados, si no disponen de un mantenimiento adecuado en cuanto a presión de inflado y otros factores, pueden perder prestaciones y trabajar en un rango de temperaturas inadecuado. Dado que en verano la temperatura exterior es mayor y el asfalto está más caliente, esta falta de mantenimiento puede ser más crítica ya que las condiciones de uso son más severas.

En cuanto a las presiones, es muy importante mantener las recomendadas por el fabricante del vehículo (en frío). También se debe saber que la presión de inflado de los neumáticos varía en función de la temperatura. Por tanto, un neumático en funcionamiento irá aumentando su presión de forma proporcional al aumento de la temperatura de trabajo.

Un neumático con presión por encima de la recomendada (en frío), sufrirá una degradación prematura de su área central de rodado, aumentará el riesgo de rotura de carcasa por impacto (reventón), y perderá prestaciones de agarre y capacidad de frenado.

Por el contrario, en un neumático con presión por debajo de la recomendada (en frío) sus elementos flexarán más y se alcanzará una mayor temperatura de trabajo, sufriendo una degradación prematura, fatiga de la carcasa, riesgo de reventón y un mayor consumo energético.

También es importante hacer una comprobación visual para buscar posibles anomalías, tales como cortes, arranques de goma en la banda de rodadura, impactos o aparición de bultos, ya que cuando aumenta la temperatura, y en condiciones de uso severas, puede crecer el riesgo de deterioro o colapso. En caso de duda, se recomienda llevar el vehículo a un taller habilitado para que los neumáticos sean inspeccionados y comprobados por especialistas.

“Recomendamos comprobar las presiones cada tres meses, aunque lo ideal es hacerlo una vez al mes, y pasarse por el taller cuando los neumáticos estén aproximadamente a mitad de vida para comprobar su estado y hacer una rotación si fuera necesario. El verano, y especialmente la olas de calor, también afectan al desgaste de los neumáticos debido a que la transferencia de calor con el exterior se minimiza. Es fundamental revisar minuciosamente su estado y, además, planificar su elección según el destino al que vayamos a desplazarnos en verano. Desde Bridgestone apostamos tanto por el adecuado mantenimiento de los existentes, como por la oferta de neumáticos adaptados para esta época del año”, señalan desde el equipo de Ingeniería Técnica de Bridgestone.

Fuente: https://www.posventa.info/


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