Científicos hallan una explicación para la “crisis energética” de Júpiter
Un equipo internacional de investigadores ha llegado a la conclusión de que las auroras de Júpiter están detrás de la llamada “crisis energética” que sobre calientan a “temperaturas sorprendentemente altas” al planeta más grande del Sistema Solar, según un estudio publicado por la revista científica Nature.
Los astrónomos, que estuvieron durante 50 años sin encontrar una respuesta clara para el fenómeno, utilizaron las imágenes de la nave espacial Juno de la NASA, del satélite Hisaki de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) y del Observatorio Keck en Hawai para averiguar las causas del aumento térmico de ese planeta.
Júpiter despierta el interés de los astrónomos por diferentes motivos: es un planeta extremadamente caliente, a pesar de estar tan lejos del Sol y recibir tan poca luz de este. Es tanto así, que según los cálculos de los científicos, la atmósfera superior debería estar totalmente congelada, a unos -73 grados Celsius. Sin embargo, la temperatura promedio de Júpiter es superior a los 426 grados Celsius, casi tan caliente como la superficie de Venus.
“Hemos descubierto que la intensa aurora de Júpiter, la más potente del Sistema Solar, es la responsable de calentar toda la atmósfera superior del planeta hasta alcanzar temperaturas sorprendentemente altas”, dijo uno de los autores del estudio James O’Donoghue, del Instituto de Ciencias Espaciales y Astronáuticas de la JAXA, en Sagamihara (Japón).
Las auroras son fenómenos comunes en diferentes planetas del Sistema Solar, incluida la Tierra. Las también llamadas luces del norte o del sur se producen cuando las partículas cargadas eléctricamente quedan atrapadas en el campo magnético y se dirigen en espiral hacia los polos. En ese desplazamiento, las partículas chocan con los átomos y las moléculas de la atmósfera, produciendo luz.
La labor clave de Juno
En el caso específico de las auroras de Júpiter, las imágenes captadas por la nave espacial Juno, que entra y sale del campo de radiación del lejano planeta, le permitió a los científicos rastrear el calentamiento atmosférico de Júpiter.
Para graficarlo mejor, el astronauta lo explica de la siguiente manera: “Imagínese esto como una playa: si la atmósfera caliente es el agua, el campo magnético cartografiado por Juno es la línea de costa, y la aurora es el océano, descubrimos que el agua salió del océano e inundó la tierra, y Juno reveló dónde estaba esa línea de costa para ayudarnos a entender el grado de inundación”.
Si bien el calentamiento superior producido por las auroras no es una teoría nueva, esta fue la primera vez que se pudo demostrar, aunque fue un hecho fortuito.
“Fue pura suerte que captáramos este potencial evento de desprendimiento de calor. Si hubiéramos observado a Júpiter en una noche diferente, cuando la presión del viento solar no es tan alta, ¡nos lo habríamos perdido!”, contó el experto.
Fuente: https://www.dw.com/