Científicos descubren que los insectos pueden aumentar la carga eléctrica atmosférica

Un equipo de científicos ha descubierto que las abejas melíferas pueden producir en conjunto tanta carga eléctrica atmosférica como una nube de tormenta, según se detalla este lunes (24.10.2022) en una nueva publicación de la revista iScience.

Los científicos llegaron a esta conclusión después de medir los campos eléctricos cerca de los enjambres de este tipo de abejas, registrando un salto en la carga eléctrica atmosférica importante a pesar de que no había ninguna actividad de tormentas.

Los efectos “masivos” de los enjambres

Ellard Hunting, biólogo de la Universidad de Bristol y principal autor, dijo que el objetivo de la investigación era “saber cómo los distintos organismos utilizan los campos eléctricos estáticos que están prácticamente en todo el entorno”.

Para hacer el estudio, el equipo comprobó que el conjunto de abejas varían la electricidad atmosférica entre 100 y 1.000 voltios por metro. Si bien ya se sabía que las abejas individuales tienen una pequeña carga innata, nunca se había documentado un voltaje de esta magnitud en conjunto.

“Cuando miré los datos, me sorprendió ver que tenía un efecto masivo”, agregó Hunting.

La importancia de la densidad de carga de los enjambres

Al analizar la proximidad de las abejas entre sí, el equipo descubrió que cuanto más denso era el enjambre, más fuerte era el campo eléctrico. En algunos ejemplos, la densidad de carga de los enjambres era ocho veces mayor que la de una nube de tormenta y seis veces mayor que la de una tormenta de polvo electrificada.

“El modo en que los enjambres de insectos influyen en la electricidad atmosférica depende de su densidad y tamaño”, afirmó Liam O’Reilly, biólogo de la Universidad de Bristol y coautor de la investigación.

No se tiene certeza de la utilidad que podría tener esta habilidad para las abejas, aunque se cree que estas utilizan los campos eléctricos para buscar comida.
La influencia de otras especies en la carga eléctrica atmosférica

A partir de esa información, los científicos desarrollaron un modelo que puede predecir la influencia de otras especies de insectos, como las langostas, pero también con otros seres vivos como aves o murciélagos.

“Dado que forman enjambres a escala bíblica -con un tamaño de 460 millas cuadradas y 80 millones de langostas en menos de una milla cuadrada-, la influencia de las langostas en la electricidad atmosférica es probablemente mucho mayor que la de las abejas”, agregó el experto.

“Hace poco que descubrimos que la biología y los campos eléctricos estáticos están íntimamente ligados y que hay muchos vínculos insospechados que pueden existir en diferentes escalas espaciales, desde los microbios del suelo y las interacciones entre plantas y polinizadores hasta los enjambres de insectos y, quizá, el circuito eléctrico global”, concluye Ellard Hunting.

Fuente: https://www.dw.com/


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