China crea aviones de combate con tecnología robada de EE.UU.

Aquello de que es mejor fallar en originalidad que triunfar en imitación parece no tener cabida en la República Popular China (RPC), nación que mediante el robo de propiedad intelectual (PI) militar estadounidense, hoy cuenta con el avión de combate de quinta generación J-20, copia fiel del Lockheed Martin F-22 de Estados Unidos (EEUU).

Para adueñarse de lo que no les corresponde, y como es habitual en su proceder, los chinos comunistas se han valido (y continúan valiéndose) de diversas artimañas de espionaje, entre ellas, el uso de espías en suelo americano, el tráfico de influencias entre personalidades y funcionarios locales, y, por supuesto, los ciberpiratas.

Ahora, con la certeza de que China no solo ha robado secretos comerciales, tecnológicos y biomédicos a EEUU, sino también militares de este calibre, el gigante asiático se acerca peligrosamente a la capacidad de poder enfrentarnos en un posible campo de batalla e, incluso, superarnos.

J-20: la formidable imitación del F-22 estadounidense

Al citar a expertos en el tema, Fox News Digital dijo que “China logró su avión de combate de quinta generación copiando tecnología militar de EEUU, y podría mantener su ritmo de desafío al ejército estadounidense si no se hace más para salvaguardar la información confidencial sobre las armas”.

En entrevista con ese medio de prensa, el exsubsecretario de Defensa Interino para Políticas, James Anderson, señaló que, “debido a los esfuerzos de espionaje de China, su avión J-20 es más avanzado de lo que debería, y ese es el punto [más] importante aquí”.

Paterson recordó que los chinos “se han beneficiado mucho de sus robos a lo largo de años”. Según él, “le han dado un buen uso [a lo robado] y han ideado un caza avanzado de quinta generación”, del que es muy difícil predecir su capacidad frente al F-22 estadounidense, salvo a través de un combate real.

J-20: el tercer avión de quinta generación en la historia

Popularmente conocido como “Mighty Dragon”, el J-20 chino fue fabricado por Chengdu Aircraft Industry Group, constituye una de las armas militares más avanzadas del país asiático y es el tercer avión de combate de quinta generación en la historia, solo precedido por el F-22 y el F-35, ambos de EEUU.

Según un reporte de Business Insider, en 2021, la fuerza aérea china tenía una flota de más de 50 jets J-20; flota calificada de “robusta” por el general Kenneth Wilsbach, jefe de las Fuerzas Aéreas del Pacífico de EEUU, quien según esta publicación quedó impresionado ante las demostraciones de ese avión en el Mar de China Oriental.

Si bien “es un poco pronto para decir exactamente lo que [los chinos] pretenden hacer con el J-20, realmente [cabe mencionar que] todo lo que le hemos visto hacer demuestra superioridad aérea”, dijo Wilsbach en una entrevista concedida en marzo de 2022.

Según explicó Fox News Digital, la RPC “comenzó a desarrollar su J-20 en 2008 como parte de un plan para diseñar un nuevo caza que pudiera competir con los de Estados Unidos. El avión despegó por primera vez en 2011 y entró en servicio en 2017”, no sin antes haber mostrado similitudes con los aviones de combate norteamericanos.

Resulta ser que en 2015, un informe de Associated Press sobre la tecnología y las capacidades del avión advirtió de las semejanzas existentes entre la aeronave china y la estadounidense. “Al parecer, decía el reporte, parte de su tecnología podría haber venido de los propios EEUU”.

El reporte de Business Insider agregó que el J-20 chino tiene una velocidad máxima de 2468 kph, una autonomía de vuelo de 5,26 km y dos versiones: el J-20A, que es la versión original y el J-20S, que es el primer avión de combate furtivo biplaza.

Otros reportes de prensa han especificado que el jet tiene una longitud de 21,2 m, una altura de 4,70 m y dos motores de propulsión con postquemador que le permiten volar dos veces más rápido que la velocidad del sonido.

El riesgo de las prácticas ilícitas de China para EEUU

Según el citado exsubsecretario de Defensa Interino para Políticas, James Anderson, China utiliza varias técnicas de espionaje para robar tecnología militar: desde el uso “anticuado” de espías hasta sobornos para reclutar contratistas estadounidenses, académicos universitarios y personal del Gobierno, sin olvidar métodos más avanzados, como la ciberactividad.

En su opinión, aparte de que China se ahorra tiempo y dinero con esas prácticas, EEUU ha terminado “subsidiando una parte de su presupuesto de investigación y desarrollo, porque [los chinos] están robando con éxito algunos de nuestros secretos”. Un hecho que, “en última instancia, pone a nuestros hombres y mujeres en mayor riesgo en el campo de batalla”, aseveró.

Ciertamente, para nadie es un secreto que la nación asiática representa la amenaza número uno para la seguridad de nuestro país. Ahora, a raíz de lo trascendido en torno a su avión J-20, el investigador principal del programa de China del Instituto para el Estudio de la Guerra, Matt McInnis, ha vuelto sobre el tema recordándonos en qué consiste tal riesgo.

China: la mayor amenaza para la seguridad de EEUU

Partiendo de que el gigante asiático “ha estado luchando por décadas” para mantenerse al día con las armas occidentales en general, y las estadounidenses, en particular, Matt McInnis se refirió al enfoque de China para obtener tecnología de motores a reacción para sus aviones más avanzados.

Según el mismo reporte de Fox News Digital, el experto citó “el caso de Yanjun Xu, un espía chino que fue condenado en 2022 por intentar robar secretos comerciales de varias compañías aeroespaciales y de aviación de EE. UU., incluido el robo de tecnología patentada de ventilador para motores de avión”.

“Realmente, fue una gran victoria para Estados Unidos poder resolver ese caso en particular, pero, al mismo tiempo, todavía observamos lo que China está tratando de hacer con la tecnología: el espionaje”, dijo McInnis, no sin antes advertir de que China es y seguirá siendo la mayor amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.

El plan del Xi jinping en defensa

Un reporte de La Razón sobre este asunto señaló que el plan del presidente chino, Xi Jinping, “es modernizar la fuerza aérea del Ejército. Por eso, el [también llamado] Chengdu J-20 tendrá la misión de defender el país asiático desde el aire”.

Sin ir más lejos, el principal avión de combate chino puede transportar hasta 11.000 kg de armas “es modernizar la fuerza aérea del Ejército. P de diferente tipo; lanzar misiles PL-10 de corto alcance, PL-12 de medio alcance y PL-15 de largo alcance, e, incluso, incorporar misiles PL-21 de un mayor alcance, así como bombas de precisión de hasta 60 kg”.

Aunque China aún no ha dicho cuántas unidades del J-20 planea construir (aparte de las que ya se tiene noticia), es posible que sean unas 200, a juzgar por las predicciones del experto en aviación militar Andreas Rupprecht, citado por la misma fuente.

Uso de inteligencia artificial en operaciones militares chinas

Si de por sí China ha logrado avanzar en el terreno militar con la imitación del F-22 estadounidense, la nación asiática podría continuar mejorando su capacidad defensiva aún más con la incorporación de inteligencia artificial (IA) a sus operaciones, según dio a conocer un artículo del portal defensa.com.

De acuerdo con la fuente, el diseñador jefe del J-20, Yang Wei, dijo que el deber de China Aviation Industry Corporation es superar a los demás modelos de aeronaves de quinta generación en cuanto a equipos y tecnologías. En su opinión, “cuando se trata del desarrollo futuro de la industria aeronáutica de China, creo que todos saben lo que necesita el país”.

Partiendo de que el caza J-20 “puede interoperar junto con aviones remotamente tripulados”, el experto añadió que este modelo de avión también se integrará en los sistemas terrestres, marítimos, aéreos y espaciales a fin de desempeñar un papel óptimo en todo el sistema con el despliegue de las últimas tecnologías de IA.

La brecha existente entre Washington y Beijing en el plano aeromilitar cada vez se hace más pequeña. De hecho, ya se habla de que la nación asiática trabaja en la sexta generación de aeronaves tripuladas y no tripuladas, así como en el mejoramiento de sus capacidades furtivas para volverlas invisibles a los radares enemigos.

Por supuesto, nuestro país también está inmerso en el desarrollo de la sexta generación, en este caso, mediante el programa Dominio Aéreo de la Próxima Generación (NGDA, por sus siglas en inglés), el cual prevé tener un avanzado caza tripulado con capacidad operativa antes de 2030.

Por el bien de la seguridad nacional de EEUU, confiemos entonces en que nuestra tecnología no llegue antes a manos chinas; de lo contrario, el desafío para Washington sería tan grande como las mismas capacidades de estas potentes naves.

Fuente: https://www.diariolasamericas.com/


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*