Chile y Ecuador firmaron acuerdos para reencauzar sus relaciones bilaterales

Santiago – Chile.- Rafael Correa ha protagonizado la primera visita oficial de un presidente de la región al Palacio de La Moneda, en este segundo mandato de Michelle Bachelet.

El pasado martes y tras sostener una reunión de una hora, los mandatarios informaron a la prensa que hay un afán de “renovar y fortalecer” las relaciones bilaterales en todos los ámbitos.

Bachelet dijo que concretamente hablaron de reforzar la cooperación que ya existe en materia de defensa y de firmar un acuerdo bilateral de compra y venta de electricidad y otro de transferencia de tecnología y desarrollo de talento humano.

También hablaron de la inversión chilena en Ecuador, particularmente de la presencia de Empresa Nacional de Petróleos (ENAP), que opera en el Golfo de Guayaquil desde 2012, y de la Corporación Nacional del Cobre de Chile (Codelco) que empezará a trabajar en el valle del Intag.

El presidente Correa dijo que le honró la invitación que le hiciera la presidenta reelecta de Chile para mantener una reunión formal y para que sus equipos ministeriales se conozcan.

Sin embargo, aclaró que su motivación inicial para visitar Chile fue recibir el doctorado honoris causa que le concedió la Universidad Santiago de Chile por su reforma educativa y dar una charla sobre los logros de su gobierno en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Esto lo repitió más tarde en las entrevistas que mantuvo con la Televisión Nacional de Chile (TVN) y Radio Cooperativa. Los periodistas redundaron en el supuesto deterioro de la relación bilateral con Chile durante el gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014), debido al litigio fronterizo marítimo entre Chile y el Perú en la Corte Internacional de La Haya, pero Correa negó esta conjetura.

“Es chistosísimo (…) para los sufridores en Ecuador vengo a Chile porque quiero huir de las críticas por todos los errores de mi gobierno, y recién me entero que están interpretando esta visita a Chile por el supuesto enfriamiento de las relaciones”, ironizó en Radio Cooperativa. “El motivo (del viaje) fue aceptar un doctorado honoris causa de la Universidad de Santiago de Chile, y apenas se enteró la presidenta Bachelet de nuestra visita, nos invitó a una visita oficial”.

Otro tema recurrente en las entrevistas fue el asilo que Ecuador concedió a Julian Assange en su embajada en Reino Unido. Los periodistas usaron esto como excusa para preguntar al mandatario ecuatoriano sobre la tensa relación que tiene con los medios de comunicación. El periodista Juan Manuel Astorga, de TVN, le preguntó sobre la paradoja de ser reconocido a nivel internacional por proteger a un ícono de la libertad de expresión y al mismo tiempo ser acusado de restringir este derecho dentro de Ecuador.

“Yo creo que (la prensa) es un poder que abusa todos los días y a esos abusos los llaman libertad de expresión, pero es libertad de extorsión, de corrupción (…). La prensa latinoamericana en general es muy mala, hace propaganda”, dijo el presidente, y argumentó que el asilo al fundador de Wikileaks no fue concedido en nombre de la libertad de expresión sino porque de ser entregado a Estados Unidos su vida corría peligro.

En TVN también le consultaron sobre su posición ideológica, toda vez que su rechazo al aborto y el matrimonio igualitario ha trascendido fronteras. “Toda mi vida he sido creyente, estudié en escuelas cristianas, fui jefe de los scouts católicos, he sido voluntario de los salesianos (…) y en base a la teología de la liberación, he tenido una vida de servicio”, dijo y añadió que en Estados Unidos sería inclasificable. “A nivel ideológico, condiciones de producción y sociales, soy de izquierda, pero en cuestiones morales sí soy conservador”.

Correa reservó el segundo día de su visita a Chile para los encuentros que inicialmente lo llevaron a ese país. El miércoles por la mañana acudió a la ceremonia de entrega del doctorado honoris causa en la Universidad Santiago de Chile. El evento fue transmitido por la página web de la Presidencia de la República y los medios aliados al Gobierno.

Es el décimo primer título de esta categoría que ha recibido el presidente ecuatoriano desde 2008. Los anteriores reconocimientos fueron dados por universidades de Paraguay, Rusia, Argentina, Perú, Turquía, República Dominicana y España.

Lo que no se vio en el vídeo en línea de la ceremonia fue la protesta de un grupo de estudiantes chilenos en contra de la política extractiva del gobierno de Correa. “Yasuní, Intag, ¡Basta de Correazos!”, “Codelco fuera de Ecuador”, “Correa horroris causa”, fueron algunas de las consignas con las que recibieron al presidente de Ecuador.

Los medios locales reseñaron que los agentes de seguridad del presidente intentaron acallar las voces de los estudiantes, pero las autoridades de la universidad intercedieron en favor de la manifestación y argumentaron el derecho a la libertad de expresión que existe en ese centro de estudios.

El diario público ecuatoriano El Telégrafo también reportó la protesta y añadió que se unieron algunos familiares del empresario chileno Marco Antonio Santelices Rivera, cuyo cuerpo fue hallado en una playa de Ecuador. Correa también fue preguntado por este tema en la rueda de prensa que dio en La Moneda y su respuesta fue que “hay dos hipótesis, suicidio o asesinato, pero siguen las investigaciones”.

La intervención en la Cepal se dio en un entorno más favorable para el presidente visitante. Entre múltiples ovaciones, Correa citó los logros económicos y sociales de sus siete años de gobierno, como que la extrema pobreza ha caído del 16,9% al 8,6% o que Ecuador es uno de los tres países que más ha avanzado en temas de desarrollo humano en las mediciones de Naciones Unidas durante el periodo 2007-2012.

Mencionó también que el presupuesto para educación superior pasó del 1,1% al 2% del PIB, más del doble del promedio de América Latina, que es 0,8%, y que existen 8.000 estudiantes ecuatorianos becados en las mejores universidades del mundo. Finalizó diciendo que el desarrollo de Ecuador no es un milagro, como lo han calificado algunas publicaciones, sino que es el resultado de que en el país ya no mandan las élites sino las grandes mayorías y que se ha puesto al ser humano sobre el capital.

Fuente: http://internacional.elpais.com


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